Se han cumplido ya 6 meses de que el gobierno mexicano realizó una masacre sin precedentes en la historia del país. El 26 de septiembre del 2014 en Iguala, Guerrero, fueron masacrados un grupo de estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa y fueron detenidos-desaparecidos 43 de ellos.
Viernes 27 de marzo de 2015
Desde entonces un movimiento multitudinario tomó las calles y exigió justicia. En prácticamente todo el país estudiantes, trabajadores, pueblo pobre tomó las calles bajo la consigna de ¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!
Las protestas alcanzaron un punto muy avanzado de movilización el día 20 de noviembre del 2014. Muchos analistas consideran que esa manifestación fue histórica por diversos motivos: la masividad, la emotividad y la unidad entre sindicatos y sectores populares. El conteo de dicha movilización varía, pero quienes estuvimos en el caudal humano que protestó desde diversos puntos sabemos que al menos éramos cientos de miles, y varios medios de comunicación calcularon en 2 millones la cifra de manifestantes en todo México.
La emotividad también fue impresionante: por un momento habíamos obligado al gobierno federal a desocupar el Zócalo de la Ciudad de México y a cancelar el desfile militar. La participación del movimiento juvenil y popular también orilló a los sindicatos, como el de los telefonistas, a realizar un paro nacional, confluyendo con la movilización en todo el país.
El caso Ayotzinapa puso en crisis al régimen mexicano. Las consignas de la movilización también remataban #FueElEstado. El movimiento responsabilizó a todos los partidos en el congreso (PRI, PAN, PRD) y denunció que todo el régimen está podrido.
Los heroicos familiares de los 43 no han cejado de movilizarse día y noche por la presentación con vida de los 43 y han llamado a transformar desde la raíz todo el país. Insisten que fue el Estado y han denunciado que el Batallón 27 de las fuerzas armadas está implicado en la masacre.
Aunque el gobierno intenta dar “carpetazo” presentando la “verdad histórica”, en la que los 43 habrían sido incinerados en el basurero de Cocula por integrantes del crimen organizado, hay indicios de los peritos del Equipo Argentino de Antropología Forense, de académicos universitarios y de los propios familiares de los 43 que exigen que se indague que las fuerzas armadas están implicadas en la masacre.
Ofensiva reaccionaria: Peña Nieto llama superar el caso Ayotzinapa y a votar en las próximas elecciones
El régimen mexicano ha realizado una fuerte ofensiva reaccionaria contra el movimiento que exige la presentación con vida de los 43. En primer lugar la Procuraduría General de la República declaró que hay una sola “verdad histórica” sobre el caso Iguala: los 43 están muertos y fue el crimen organizado.
En segundo lugar el régimen volvió a incurrir en la represión a cada manifestación. El 20 de noviembre, por ejemplo, los estudiantes que fueron detenidos fueron llevados a penales de máxima seguridad, sembrando el miedo a la movilización. A inicios de este año fue asesinado el activista Gustavo Salgado en Cuernavaca, militante del FPR, y fue ejecutada Norma Angélica de la comisión de búsqueda de familiares desaparecidos en Iguala.
Producto del desgaste de la movilización, y de la impotencia de la estrategia de las direcciones sindicales para avanzar en un plan unificado que concentrara el descontento nacional, el régimen avanzó aún más con una fuerte ofensiva contra los trabajadores.
Impuso un nuevo recorte a PEMEX con más de 100 mil despidos anunciados, recortes a la seguridad social (IMSS, ISSSTE) y el avance de la reforma al apartado B del artículo 123, que liquida el derecho a huelga y a la contratación colectiva de los trabajadores del sector público. También hubo un recorte a las libertades democráticas con el despido de Carmen Aristegui de MVS, por difundir los casos de corrupción del gobierno de Peña Nieto.
La ofensiva también se expresó con la iniciativa de ley que da pie a la privatización del agua: los empresarios podrán privatizar el derecho humano al uso del vital líquido.
El Consejo Coordinador Empresarial, máxima organización de los capitalistas del país, llamó a que en el próximo proceso electoral las fuerzas armadas aseguren que el proceso electoral se desarrolle en normalidad.
El Ejército mexicano, en diversas ocasiones insistió en que seguir difundiendo la idea de que el Batallón 27 estaba implicado en la desaparición de los 43 era una “provocación”. Mientras, el comisionado de seguridad insiste en que se realizarán los próximos comicios electorales: “Llegaron a ser desalojadas siete juntas electorales, las siete ya han sido recuperadas. No veo que haya condiciones para que se pueda alterar el proceso electoral.”
La represión autoritaria llegó a la comunidad académica: por decreto de la Secretaria de Gobernación se ha cerrado el acceso a la Galera 1 del Archivo General de la Nación (AGN), en que trabajaban cientos de historiadores en búsqueda de datos de desaparición forzada de los años 70. En el AGN están los archivos de la llamada “Guerra Sucia”.
La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNHD) hoy emitió una declaración: después de Ayotzinapa en México no somos los mismos. Los familiares de los 43, al no recibir ninguna ayuda de la CNDH, han viajado en Caravana a la Comisión Interamericana y hoy se encuentran en los Estados Unidos realizando mítines de protesta y acciones.
A 6 meses de la desaparición de los 43, Peña Nieto llamó a la participación en las próximas elecciones y declaró que “en junio tendrán lugar los comicios más fiscalizados y transparentes de nuestra democracia.” En el mensaje difundido en la página web de la presidencia también declaró: “Acudamos a las urnas y reafirmemos nuestra confianza en las instituciones democráticas, porque con cada voto construimos un México más fuerte.”
La democracia mexicana es la “democracia” de los más de 160 mil muertos, 25 mil desaparecidos, de los miles de desplazados. Nuestra democracia convirtió a México en una fosa clandestina. La sumisión a los planes de los Estados Unidos, con la aplicación de la reforma educativa, laboral, energética y con la implementación de la militarización y paramilitarización del país, ha puesto en evidencia que nuestra democracia es una “barbarie”, como lo dijo alguna ocasión, hace ya unos 50 años, el intelectual marxista José Revueltas.
Pero la historia aún es más absurda y sobrepasa las historias de terror y humor negro. El Instituto Nacional Electoral (INE) eligió a uno de los 43 normalistas desaparecidos como funcionario de casilla.
Desde el Movimiento de los Trabajadores Socialistas estamos impulsando una campaña hacia las próximas elecciones en México. Consideramos que este régimen político está podrido y es irreformable, y que los trabajadores no debemos de votar a ninguno de los partidos políticos en el Congreso: ni PRI, ni PAN, ni PRD.
En el caso del Morena, aunque se perfila como “opositor”, en los hechos no ha participado en ninguna de las movilizaciones de repudio generalizado a los planes del gobierno. Como se sabe, Andrés Manuel López Obrador respaldó a José Luis Abarca, ex alcalde de Iguala y uno de los principales responsables de la masacre de Guerrero. Con su estrategia utópica de reformar y democratizar las instituciones existentes, un eventual fortalecimiento del Morena sólo sería funcional a la legitimación de este régimen asesino, por la vía de apuntalarse como su nueva “ala izquierda” para la contención del descontento social.
Hay que respaldar el llamado de los familiares de los 43 y repudiar este proceso electoral. En estas elecciones, los trabajadores y el pueblo pobre no tenemos alternativa. ¡Anulemos nuestro voto con la consigna #Nosfaltan43!