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Red Internacional
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COMODORO RIVADAVIA. A siete años del desastre ambiental en Chubut

El 26 de diciembre se cumplieron siete años del trágico episodio ambiental que afectó alrededor de 17 kilómetros de costas del barrio portuario Caleta Córdova de Comodoro Rivadavia y que generó tanto malestar y angustia entre los vecinos del lugar. La provincia recibió U$S 5 millones de indemnización.

Miércoles 7 de enero de 2015

Foto: Observatorio Petrolero Sur

El caso tuvo como principales implicados a la planta Termap (sociedad integrado por las principales operadores que se encuentran en la zona) y al buque Arturo Illia, propiedad de la armadora Antares Naviera. La causa estuvo marcada por la falta de claridad en las explicaciones de lo ocurrido, una supuesta multa de U$S 50 millones a los responsables y la despreocupación y desidia del Ministerio de Ambiente de la provincia de Chubut y de las petroleras en materia ambiental.

Finalmente en junio del 2014 Antares Naviera S.A. fue encontrada responsable del derrame y pagó al Estado provincial U$S 5 millones que, al parecer, serían destinados a obras de infraestructura.

El derrame de hidrocarburo fue descubierto la madrugada del 26 de diciembre de 2007 por fuentes que no fueron precisadas. Allí 300 metros cúbicos de petróleo tiñeron la costa del barrio portuario provocando un daño irreparable a la flora y fauna de la región y limitando la vida laboral de las familias que viven de la pesca en la zona.

Los primeros comentarios radiales de entonces giraron en torno a una probable falla en la monoboya que opera Termap, ya que si el buque hubiese provocado alguna pérdida tendría que haber ido dejando durante su recorrido una cinta de crudo.

La atención se centró entonces en la monoboya, lo que implicaba que los responsables directos de lo ocurrido eran las operadoras que funcionan en la cuenca del golfo San Jorge. Otras de las situaciones que se ventiló fue la falta de un plan de emergencia para contener este tipo de derrames.

Agua para el fuego

Ante la gravedad de los hechos el entonces gobernador Mario Das Neves dijo que sería “implacable”, que iniciaría una demanda penal contra los responsables y que la multa oscilaría los U$S 50 millones. Declaraciones que le vinieron bien para su proyección presidencial, ya que la noticia trascendió por su gravedad y se instaló rápidamente en la agenda de las corporaciones mediáticas.

Das Neves también dijo que que cada centavo obtenido por las acciones legales iba a ser invertido en el barrio portuario. Eso mismo fue pregonado a los cuatro vientos por su ex delfín y actual gobernador del Frente Para la Victoria, Martín Buzzi, quien era intendente de Comodoro Rivadavia. Con eso buscaban apaciguar la bronca e impotencia de los vecinos de Caleta Córdova, quienes presenciaban el escenario montado a su alrededor en función a una tragedia ambiental que los afectó directamente y que cambió su estilo de vida.

Los vecinos protagonizaron una especie de pueblada, cortaron la ruta 1 de ingreso al barrio solicitando justicia. Pero el reclamo fue tan efímero como la buena voluntad política materializada en palabras el día del desastre.

Luego se armó un comité de crisis o de emergencia municipal que debía planear acciones para atender las consecuencias del derrame. Y se anunció la llegada de ONG y otras instituciones que colaboraron en el rescate de la fauna afectada. Todo en un marco de desorganización y precariedad de recursos que ponía en evidencia el desinterés político y empresario.

En la Cámara de Diputados de la provincia el único partido que se hizo eco de lo ocurrido fue el ARI, que a través del ex legislador Fernando Urbano presentó una denuncia penal en el juzgado federal de Comodoro Rivadavia acompañado por el presidente de la federación de abogados ambientalistas del país, Enrique Viale. Los vecinos de Caleta Córdova también tuvieron la intención de presentarse como querellantes en la causa ya que fueron afectados directos. Siendo querellantes podían acceder a la información que controla la justicia e incluso el propio gobierno provincial, que supuestamente participó en la investigación.

Como era esperable la jueza Parcio no dió hizo lugar a la denuncia del ARI. Desde la Justicia se pregonaba un absoluto hermetismo y no se brindaba información a periodistas que seguían de cerca el caso. Pero el hermetismo presentó extrañamente algunas fisuras. Un conocido matutino de Comodoro manifestó tener en su poder una fotografía satelital del buque que permitiría establecer que el derrame se había generado desde el buque presidente Arturo Illia y no de la monoboya.

Por supuesto, la noticia ocupó la primera plana del diario. Con el tiempo quedaron implicados el capitán del buque y algunos tripulantes. Durante toda la investigación de la Jueza Federal se evitó tocar la responsabilidad de las operadoras como del gobierno provincial y nacional.

El municipio de Comodoro Rivadavia invirtió en un paseo costero y en la organización y promoción de la feria de maricultores, apaciguando los ánimos de los vecinos durante un tiempo.

En febrero de 2008 se estableció que el desastre fue originado por el buque de carga "Arturo Illia", por lo que cinco personas fueron imputadas por el derrame y se estipuló una demanda de $ 50 millones. Los responsables fueron el capitán del barco, Ricardo Ávalos, dos marineros, el representante de Termap y el gerente de Antares Naviera. Se estipuló que, de haberse avisado, el desastre hubiera sido mucho menor.

En Junio de 2014 el fiscal de Estado, Miguel Montonya, manifestó que se había logrado un acuerdo con Antares Naviera para la indemnización por los daños ambientales. “En primer lugar, el seguro indemnizó al municipio comodorense, al igual que a todos los actores individuales; y funcionarios provinciales y con la empresa se acordó un monto de U$S 5 millones en favor de la provincia una vez que esté homologado el acuerdo que hemos firmado el pasado 10 de junio”, explicó Montoya.

Según manifestaron fuentes oficiales, los fondos provenientes del beneficio económico obtenido serán destinados a la realización de obras de infraestructura en la ciudad de Comodoro Rivadavia y en la zona afectada por el derrame.

Luego de la reconstrucción de lo que generó este desastre en Caleta Córdova, cada 26 de diciembre lo ocurrido entonces vuelve a la memoria como uno de los hechos ambientales que marcó la historia de la provincia. Y puso nuevamente al descubierto el vacío y falta de planificación que existe en políticas medioambientales en un país que acaba de cumplir 107 años de explotación petrolera.