Tras trece meses injustamente encarcelado por el derecho a la protesta, Daniel Ruiz volvió a casa. Luego de estar detenido en el penal de Marcos Paz su mirada se encuentra otra vez con el paisaje patagónico, con otras cientos de miradas que lo estaban esperando.
Domingo 20 de octubre de 2019 19:14
Estuvo detenido más de un año en el penal de Marcos Paz. Preso por protestar, preso por resistir, preso por luchar contra la Reforma Previsional en las jornadas del 14 y el 18 de diciembre de 2017 frente del Congreso Nacional.
Luego de innumerables cartas que envió a los luchadores chubutenses, quienes transitaban (y aún transitan) una crisis profunda, hoy pudo hablar en persona, frente a todos ellos, para expresar su agradecimiento y reivindicar la lucha.
Contó cómo fue adaptarse de nuevo a la libertad: “Hice una huelga de hambre de casi 3 días, hubo actos en todo el país que tengo que agradecer. Yo iba por el segundo día de huelga, salió una reunión donde se anunció que la fecha del juicio era para el 1° de octubre. Había una posibilidad de acelerar el proceso; nos habían dicho que el juicio iba a realizarse en marzo del año que viene, se aceleró como producto de la lucha”. Fue la primera vez que Daniel contempló la posibilidad de salir libre.
El día en que fue liberado (para él, un día como cualquier otro), contó que había comenzado el rito de despedida con sus compañeros de pabellón, sin saber aún cuándo sería liberado.
“Me metieron en la celda a las 6 de la tarde, y me fui a dormir un rato. Alrededor de las 7 me abren tres penitenciarios y me dicen ‘te vas’, yo pensé que era un cambio de módulo, de pabellón, y me dicen ‘no, te vas, agarrá tus cosas y te vas’. Uno de mis compañeros me dicen ‘¿vas a dejar algo para tu rancho?’. Sí, todas las cosas mías son de mi rancho. Contó que cada viernes irá a visitar a su rancho, a sus compañeros de ese largo año, para continuar con la lucha para mejorar la condición de los presos políticos.
“Salí, no lo podía creer. Me sacaron en el medio del campo, en Marcos Paz. La nueva sensación de libertad, de estar con mis compañeros, amigos y de venir aquí a mi ciudad, a mi barrio. Me costó porque hubo que pedir permiso en el Juzgado. Y bueno, volver a mi barrio fue toda una sensación emocionante, ahí nací y pienso morirme en La Floresta. Soy obrero, hijo de obreros y seguiré siendo obrero”.
Señaló cómo lo conmocionó “ver a mis hijos, mi familia, mis sobrinos que crecieron, a quienes no pude ver crecer, son cuestiones del encierro, pero con fuerza y el apoyo y el cariño de mucha gente, compañeros de militancia, de trabajo, vecinos, amigos, familia; desde que llegué a Comodoro a no me han dejado ni un día solo”.
“Sos un símbolo de resistencia”, le dije. Su humildad es inmensa. “Siempre le decía a mis compañeros que yo soy un soldado en movimiento”, me respondió. “Estoy para lo que se necesite, luchando por la dignidad que aprendí acá en la Patagonia Rebelde. Considero que la gente vio en mi situación lo que le puede pasar a cualquiera. Quiero que nadie pase lo que pasé yo, por causa de jueces adictos al poder de turno”.
“Estoy orgulloso de lo que pasó el 13 de diciembre, fue el inicio de la derrota de este gobierno. Creo que eso ha hecho que mi situación gane tanto apoyo, entonces me veo en ese sentido y cómo siempre dije, lo poco o mucho que uno aprendió en estos años, yo daré mi experiencia, a los jóvenes que reclaman lo suyo. Es mi tarea de enseñanza, Sé que van a venir camadas mejores que yo y para eso estoy a disposición”.
Junto a compañeros y compañeras que lo acompañaron durante más de un año, esta vez lo vieron bajar el cartel de la plaza Kompuchewe en Comodoro Rivadavia, que pedía por su excarcelación. Hoy, solo la palabra libertad toma pleno sentido, con una certeza firme: Daniel Ruiz nos enseñó a resistir.
Leé acá la campaña por la libertad de Daniel
