La Cámara de Representantes de Estados Unidos evitó un cierre del Gobierno el jueves, aprobando por un escaso margen una ley de gastos de 1,1 billones de dólares, pese a las objeciones demócratas a unas controvertidas disposiciones financieras.
Sábado 13 de diciembre de 2014
Fotografía: REUTERS
El acuerdo llegó a solo tres horas de alcanzar el momento en el que se agotarían los fondos de las arcas federales (a la medianoche del jueves), lo que se conoce como “cierre” del gobierno porque efectivamente al quedar sin presupuesto se empiezan a cerrar uno a uno todos los edificios que dependen del presupuesto federal.
La votación siguió un largo día de discordia en el Capitolio, que subrayó la débil unidad de los demócratas y produjo una incómoda alianza entre el presidente Barack Obama y el presidente de la Cámara baja, el republicano John Boehner, “enemigos” en batallas por el presupuesto en el pasado.
Una votación sobre la medida fue retrasada por horas después que un sector de los demócratas cuestionara unas disposiciones para revertir parte de la ley de reforma financiera Dodd-Frank y permitir mayores donaciones de dinero a las campañas políticas.
Por su parte, el sector más conservador de los republicanos cuestionó que la medida no bloquea los fondos para la reforma inmigratoria de Obama.
Los demócratas dijeron que los líderes republicanos fueron muy lejos al tratar de revertir la ley Dodd-Frank.
"Tenemos suficientes votos para mostrarles que nunca hagan esto otra vez", dijo la líder de los demócratas de la Cámara baja, Nancy Pelosi, a los miembros de su partido, a puertas cerradas, según una fuente que se encontraba presente.
Algunos demócratas también exigieron la eliminación de una disposición que permite un fuerte incremento de las contribuciones individuales a los partidos políticos nacionales para las elecciones federales, potencialmente hasta 777.600 dólares al año.
El debate enfrentó a Obama contra Pelosi, uno de sus aliados más fieles en el Congreso, cuando el mandatario emprendió una campaña de última hora para convencer a los demócratas que dejaran a un lado sus objeciones, argumentando que si no lo hacían el partido obtendría un acuerdo de gasto peor el año que viene bajo el control de los republicanos.
El esfuerzo por salvar el proyecto de ley enfureció a algunos demócratas, que se quejaron de que tanto Obama como el presidente ejecutivo de JPMorgan Chase & Co, Jamie Dimon, llamaron a los demócratas a apoyarlo.
"Es muy extraño, muy extraño que ambos estuvieran trabajando para apoyar este proyecto de ley", dijo Maxine Waters, la demócrata de mayor rango en el Comité de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes.
En la votación, que salió 219 votos a favor y 206 en contra, 67 republicanos rechazaron la iniciativa de gastos, en gran parte porque no tomó medidas para detener la orden ejecutiva de reforma inmigratoria de Obama. Pero eso fue contrarrestado por 57 demócratas que votaron a favor.
Poco después de la aprobación, tanto la Cámara baja como el Senado aprobaron una extensión de 48 horas para permitir que el Senado tenga más tiempo para considerar la medida. El líder demócrata del Senado, Harry Reid, dijo que el proyecto de ley será debatido el viernes.
De ser aprobada por el Senado, la ley de gastos financiaría a todos los organismos gubernamentales hasta septiembre de 2015, a excepción del Departamento de Seguridad Nacional, que obtendría una prórroga solo hasta el 27 de febrero.
Los republicanos tienen la intención de negar el financiamiento a la agencia para impedir que lleve a cabo la orden de Obama que permitiría a millones de inmigrantes indocumentados permanecer y trabajar en Estados Unidos.
La medida mantiene el gasto interno en gran parte plano, mientras que proporciona miles de millones de dólares en fondos adicionales para la lucha contra el Estado Islámico en Irak y Siria, y las incursiones en Medio Oriente.
Fuente: Reuters