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Red Internacional
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Política. A un año del Acuerdo por la Paz: ¿por qué los empresarios respaldan dicho acuerdo firmado entre la derecha y el FA?

Hoy se cumple 1 año de la consolidación del Acuerdo por la paz y la Nueva Constitución firmado desde el FA y la Derecha que desviaron la lucha en las calles y que alivió a los grandes empresarios y capitalistas.

Cristobal Cartes Bernal

Cristobal Cartes Bernal Estudiante de Medicina U. de Antofagasta. Militante Vencer.

Domingo 15 de noviembre de 2020

Hace un año, un 15 de noviembre del 2019, en horas de la madrugada los partidos de la Derecha junto con la ex Concertación y el Frente Amplio firmaban el Acuerdo por la paz y la Nueva Constitución que venía a desviar las enormes movilizaciones que se desarrollaban desde el 18-O, donde las y los estudiantes secundarios que saltaron los torniquetes evadiendo el metro de Santiago, hasta el punto más alto y álgido de las movilizaciones de la rebelión popular, un 12 de Noviembre donde sectores de la clase trabajadora como Portuarios, trabajadoras y trabajadores del sector público, del área de la salud, docentes, estudiantes universitarios y secundarios, mujeres, diversidad sexual, pobladores y diferentes organizaciones sociales paralizaron y se movilizaron con un solo puño durante todo ese día, desde tempranas horas con cortes de ruta y manifestaciones hasta altas horas de la noche en muchas ciudades del país.

El 12-N se realizó la mayor movilización incluso desde la dictadura y que gracias a la unidad y acción conjunta de la clase trabajadora, mujeres, estudiantes y pobladores, logró poner entre las cuerdas a Sebastián Piñera y su gobierno de conjunto. Sin embargo gracias a los mismos partidos de estos 30 años, incluyendo al Frente Amplio no solo desviaron lo que se pedía en las calles, una Asamblea Constituyente Libre y Soberana, sino que le otorgaron oxígeno a un Piñera que podía caer con la fuerza de la movilización, de una huelga general que puso al régimen de los 30 años en jaque.

El Frente Amplio y la oposición defensora del régimen no solo salvaron en ese momento al gobierno de Piñera, sino que lo siguen haciendo, le siguen entregando oxígeno a este régimen podrido, con tan solo de conseguir migajas para las grandes mayorías. Inclusive Alejandro Guillier representante de una coalición que gobernó durante estos 30 años, y que mantuvo los pilares de la constitución de la dictadura, reconoció el real objetivo del Acuerdo por la paz, "salvar al presidente, que estaba a punto de caer".

En base a este contexto, es que momentos previos y claramente posteriores a la firma del Acuerdo por la paz y la Nueva Constitución, los grandes grupos económicos y de empresarios que explotan el día a día a la clase trabajadora, salieron de conjunto con declaraciones felicitando el acuerdo como un logro, como un hecho histórico, necesario para crear un clima de unidad y para separar a los "violentistas". Recordando los dichos de Alfonso Swett, Presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio, CPC: “Hoy ha ganado la ciudadanía. Ha ganado la democracia. Ha ganado la buena política.”

Pero, ¿por qué los grandes empresarios y capitalistas respaldaron el acuerdo por la paz?

Para los grandes empresarios y poderosos del país significó un gran respiro, puesto que sabían lo que significaba la consolidación de este Acuerdo, desviar las sendas luchas en las calles contra el régimen de estos 30 años, a la vez que con el Acuerdo se entregaba una solución apta para la burguesía, para la democracia burguesa y sus instituciones, un cambio de Constitución a la medida de los de siempre, un plebiscito y dos mecanismos que la redactarían, la Convención Mixta y la Convención Constitucional, ambas con una serie de trampas que hoy en día muchos comienzan a cuestionar, como por ejemplo la restricción de participación de independientes, con la misma ley de partidos que lo único que asegura es que los mismos partidos del régimen heredado de la dictadura estarán presentes en la Convención. La restricción a los secundarios que despertaron Chile y los Tratados Internacionales de Comercio, los cuales serán intocables, es decir, a estos grandes empresarios no se les moverá ni un solo pelo.

Y como no mencionar una de las principales trampas del proceso constituyente, que le da la tranquilidad y seguridad a los grandes empresarios y grupos económicos de Chile, el quórum de 2/3 porque asegura sus intereses y ganancias a través del poder de veto, donde una minoría podrá imponerse por sobre los intereses de la mayoría.

Como se mencionó anteriormente el 12-N puso en jaque al gobierno de Piñera, mientras los grandes grupos económicos, capitalistas y poderosos del país miraban con horror estos sucesos, representado por una sostenida alza del dólar en el Banco Central, y el tambaleo de la bolsa. La continuidad de una huelga general hubiese destrozado al Gobierno y a Sebastián Piñera, y sobre sus ruinas se instalaría una Asamblea Constituyente realmente libre y soberana necesaria para derribar realmente los pilares de la herencia de la dictadura, y estos pilares necesariamente involucran y chocan directamente con grandes empresarios y capitalistas, medidas urgentes a favor de las grandes mayorías requieren tocar las ganancias de los capitalistas; vieron peligrar sus intereses que han defendido durante estos 30 años con uñas y dientes.

Actualmente, a semanas de la arrasadora victoria del Apruebo en el plebiscito del 25-O, que demostró las ganas con que un 80% de la población quiere acabar con toda la herencia de la dictadura de Pinochet, incluyendo aquellos intereses que tanto buscan salvaguardar los empresarios y burgueses. Sin embargo a medida que se acerca el periodo de inscripción de listas a Constituyentes, esto ha provocado una serie de criticas, lo cual representa una de las trampas del mismo proceso que cocinaron los mismos de siempre en la cocina parlamentaria del 15-N, y como se destacó, los empresarios tanto celebraron y celebran actualmente, puesto que gracias a las trampas del proceso los intereses de estos grupos económicos que controlan el país serán protegidos, la protección de la herencia de la dictadura es lo que mantiene tranquilos a los grandes empresarios.

Es por esto que a un año de la firma del Acuerdo por la paz y la Nueva Constitución firmada por el FA hasta la derecha, y el PC plegándose al proceso en los hechos, puesto que a través de organismos como la CUT que dirigen con Bárbara Figueroa, abandonaron consignas como el "Fuera Piñera". A un año de este proceso y de una huelga general que puso en las cuerdas a Piñera, es más importante que nunca recordar la importancia del camino de la movilización, única forma para acabar con el mínimo rastro de estos 30 años de herencia de dictadura, e imponer una Asamblea Constituyente Libre y Soberana que pueda resolver las necesidades de las grandes mayorías.