El enorme proceso de lucha que arrancó en marzo con los estudiantes a la cabeza y se extendió al movimiento obrero con impactantes huelgas y piquetes, continúa y se profundiza luego de tres meses.
Jueves 9 de junio de 2016
El masivo y combativo movimiento contra la Ley Khomri viene haciendo frente a continuas (y muchas veces brutales) represiones en el marco del “estado de emergencia” que impuso el gobierno de Hollande desde noviembre del año pasado y que el parlamento le renovó ya tres veces. Una burocracia sindical vendida, que controla la mayor central obrera (CFDT), que apenas planteó alguna enmienda secundaria a la ley y boicoteó y carnereó todas las medidas de lucha. La imposición de servicios mínimos para disolver los efectos de las huelgas en los servicios públicos, que a pesar de ello han sido masivas y contundentes. El procesamiento de cientos de activistas que enfrentan causas con penas de cárcel efectiva por luchar. Los mecanismos antidemocráticos del sistema político que le permiten al gobierno pasar reformas antipopulares cuando no pueden hacerlo en el parlamento y cuando tienen en contra a más del 70% de la población.
A esta batería de obstáculos ahora se suma, previo al comienzo de la Eurocopa, un recrudecimiento de la campaña del gobierno, los grandes medios de comunicación y la central patronal MEDEF, contra las huelgas y las movilizaciones acusando a los manifestantes de “tomar de rehén a la sociedad” y hasta de “terroristas”. Al mismo tiempo, y luego de semanas de ninguneo, el primer ministro Manuel Valls señaló que la CGT, la central obrera que tomó la cabeza de la lucha, “tiene las puertas abiertas” para dialogar, aunque nunca se cansan de aclarar que nada sustancial de la ley será cambiado.
Es un reconocimiento de la fuerza de la clase obrera que en estas largas semanas de lucha ha paralizado puertos, trenes y subterráneos e interrumpido el abastecimiento de combustible en gran parte del país. Pero a la vez una señal de que la lucha seguirá siendo dura y que es necesario profundizarla. Porque la gran patronal y el gobierno están decididos a imponer al pueblo francés una reforma estructural del “mercado laboral” que reduzca los “costos” y mejore la “competitividad del país”. Facilidades para despedir, largos períodos “de prueba” para los jóvenes, bajos salarios, extensión de la jornada laboral, jubilaciones de miseria y, muy importante, la casi eliminación de la negociación colectiva con los sindicatos por rama o industria. A esto apunta la reforma actual, destruyendo conquistas y derechos históricos de la clase obrera para aumentar sustancialmente las ganancias de la burguesía imperialista francesa.
El 14 de Junio: Huelga General
Pero la oleada de huelgas, que se afirma también en luchas sectoriales como es el caso de los ferroviarios por el convenio colectivo de trabajo, se mantiene, y presenta una firme resistencia a los planes del “socialista” Hollande. Este miércoles los ferroviarios cumplieron una semana de huelga continua y en las asambleas llamaron a la dirección sindical a no firmar ningún acuerdo con el gobierno. A su vez llevaron adelante una acción de boicot hacia el tren en el que llegaba el trofeo de la Eurocopa 2016, que comienza este viernes.
Los estudiantes de Paris 8 están cerca de un centro de reparación de maquinarias de los ferroviarios y acompañan a los trabajadores más activos en sus acciones: fueron a una refinería la semana anterior, y ayudan a organizar una caja de resistencia para sostener la lucha. Han participado juntos, obreros y estudiantes, en varias manifestaciones de trenes, en bloqueos de las vías y movilizaciones.
Están en huelga también los trabajadores del subte, los trabajadores de la basura y se encuentran bloqueados dos depósitos de basura en los suburbios de París, algo que puede ser muy peligroso para el gobierno a pocos días de la Eurocopa. Este viernes se suman los pilotos de avión de Air France.
En este agitado contexto, el próximo martes 14 de junio, tendrá lugar una nueva jornada nacional de lucha, con huelgas y movilizaciones en todo el país convocada por las centrales obreras CGT, Solidaries, FO, entre otras, junto a los estudiantes y el movimiento de ocupación de plazas Noche de Pié. Será un nuevo capítulo en la resistencia que debe avanzar hacia la huelga general indefinida para poder derrotar la reforma laboral y al gobierno represor de Hollande.