Justo inician nuestras vacaciones de invierno en las escuelas y liceos, y comienza también la campaña hacia el plebiscito del nuevo texto constitucional. Ahora volvemos y quedan solo 6 semanas para las votaciones.

Nancy López Profesora. Agrupación Nuestra Clase
Martes 19 de julio de 2022

Es interesante el escenario para los profesores y profesoras, porque una parte muy relevante de la discusión constitucional ha sido respecto a la educación, uno de los primeros derechos privatizados que salimos a cuestionar.
Muchos de los profes de hoy día fuimos partícipes de la rebelión de los pingüinos en 2006 y luego universitarios en 2011, salimos a las calles y protestamos para poner en evidencia la precariedad de la educación pública, denunciamos que “la educación es un derecho y para el gobierno un privilegio” y cientos de miles de familias a nivel nacional nos apoyaron, trabajadores y trabajadoras que abrían los ojos y se llenaban de rabia ante el tremendo negocio que unos pocos hacen con la educación de los más pobres.
El borrador constitucional integra varios elementos de los cuales la constitución de dictadura ni siquiera hacía referencia: la existencia de un Sistema Nacional de educación, gratuidad en todos los niveles educativos o el derecho a la participación vinculante de las comunidades educativas.
Te puede interesar: El modelo mercantil en crisis: ¿Qué hacer con la Educación para ricos y para pobres?
Te puede interesar: El modelo mercantil en crisis: ¿Qué hacer con la Educación para ricos y para pobres?
El solo hecho de que cuestiones como éstas aparezcan escritas en una posible nueva constitución, ya irrita a un sector importante de empresarios y políticos tradicionales, los mismos de los 30 años, de la derecha dura del ex presidente Piñera y también de sectores golpistas que son parte de partidos como la DC. Ellos son los que dicen rechazo y para no parecer tan obtusos le añaden “para reformar”. Mentira, pasaron más de 30 años y nunca quisieron cambiar ninguno de los pilares que puso en pie la constitución de la dictadura, tampoco lo van a hacer ahora.
Las comunidades educativas, los profesores y profesoras, tenemos que preguntarnos qué hacer, pero mientras el Colegio de Profesores ya dio inicio a su campaña del apruebo, aunque en nuestras escuelas y liceos no hemos tenido ni un solo espacio de base para conversar y debatir en torno a la nueva propuesta constitucional. Ni siquiera en los lugares donde nuestros dirigentes son militantes de los partidos de apruebo dignidad, sean Frente Amplio o Partido Comunista.
Mi llamado es a no engañarnos. La constitución puede decir mucho y no por ello asegurar nada. Miremos Honduras, donde en 2008 se promulgó un reglamento de Ley de igualdad de oportunidades para la mujer, pero al 2022 es el país Latinoamericano con mayor tasa de femicidios cada 100 mil mujeres según datos de la Cepal. Papel y realidad, son cosas muy diferentes.
Te puede interesar: La educación en la nueva Constitución... y en el frío de las salas de clases
Te puede interesar: La educación en la nueva Constitución... y en el frío de las salas de clases
Pase lo que pase con el resultado del plebiscito, nuestra vuelta a clases será -lamentablemente- a la misma dura realidad de una crisis educativa cada vez peor. Discutamos de la nueva constitución, comentemos sus fortalezas y debilidades, pero que aquello no nos nuble de lo urgente, que es que no damos abasto para educar a 45 niños y niñas por sala, que las y los profes estamos trabajando 10, 12 o más horas gratis en nuestras casas porque las horas no lectivas simplemente no alcanzan, que nuestros niños más pobres en esta época tienen que aguantarse el frío en los colegios más precarios.
Eso es lo primero que nos tiene que preocupar y es para lo que nos deberíamos preparar para luchar, porque “el profe luchando, también está educando”.

Nancy López
Profesora. Agrupación Nuestra Clase