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Red Internacional
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Mañanera contradictoria. AMLO: En contra de la corrupción, pero con respeto a los empresarios “con dimensión social”

Sabemos que es imposible que haya empresarios enriquecidos de una “manera honesta” como enfatiza López Obrador, pues no se puede acumular grandes riquezas si no es valiéndose y apropiándose de las ganancias generadas por el esfuerzo de quienes trabajan para ellos. Pero AMLO no quita el dedo del renglón a propósito de su pelea con Salinas Pliego.

Jueves 25 de abril de 2024

La mayor parte de la mañanera de López Obrador fue dedicada por éste a plantear las razones por las que se ha sancionado en los medios una pugna con quien figuraba como uno de los principales integrantes del Consejo Asesor Empresarial y quien ha utilizado a su televisora como una trinchera para cuestionar el “comunismo” de los libros de texto y diversas medidas del gobierno de la 4T.

Ante la cuestión de la negativa al pago de impuestos al Sistema de Administración Tributaria por parte del magnate ─estimados en más de 61 mil millones de pesos-, AMLO planteó que él como gobierno no puede obligar a Salinas Pliego a pagar impuestos, sino que compete al sistema de justicia obligarlo.

Un gobierno que tuviera como norte los intereses de los desposeídos, iría mucho más allá de los dichos impotentes de López Obrador, quien se queja de los conservadores autoritarios, “fachos” les dijo, mientras, planteó que respeta a quienes se han enriquecido de buena manera, como veremos más adelante. A los patrones hay que meterlos en cintura imponiéndoles un régimen de pagos de impuestos progresivos a las grandes fortunas. Entre más acumulen, es decir entre más exploten el trabajo humano, deberán entregar mayores cantidades al erario nacional.

Pero para AMLO es más importante deshacerse en declaraciones y explicaciones públicas, pues sus interlocutores privilegiados no son los trabajadores y el pueblo pobre sino los grandes empresarios “con dimensión social”. No con la dimensión social que en realidad poseen, como vividores a costa de las clases desposeídas, sino como personas de bien que se preocupan por sus semejantes, discurso que nos machaca día tras día el presidente. Algunos de estos “hombre de bien”, fueron invitados por AMLO a formar su Consejo Asesor Empresarial, entre ellos los Carlos Slim, dueño de Carso y Telmex, Carlos Hank González presidente de Banorte. Bernardo Gómez, mano derecha de Azcárraga Jean, capitaneando Teleivisa y Univisión; Olegario Vásquez Aldir, director del grupo Ángeles. A ellos y muchos más van dirigidas tantas explicaciones, para que no teman por sus negocios y propiedades.

Lobo bueno y lobo malo

Bajo esta perspectiva dedicó una buena parte de la charla mañanera a explicar el tema del campo de golf de Huatulco, que el gobierno está peleando al magnate de la televisión y de la usurera comercializadora Electra/Banco Azteca. Un terreno que está valuado en por lo menos 420 millones de pesos y que Salinas disfrutaba como una concesión del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), su legítimo propietario. Pero, como podemos ver, se trata sólo de la muestra más de los negocios que los grandes ricos pueden hacer bajo la sombra del Estado mexicano con una mínima inversión en la propiedad bajo el amparo de la figura de “concesión”. Obviamente cuando Fonatur les planteó la compraventa, el magnate se rehusó a hacerlo e intenta mantener el estatus de concesionario, para que el gobierno le siga proporcionando los costos de mantenimiento, según detalló AMLO.

En otro intento de evidenciar al maloso empresario RSP, emparentándolo con “el que quiere resolver todo por la fuerza” la mañanera nos mostró una entrevista en la que Salinas Pliego plantea la cuestión del acatamiento de la línea editorial en TV Azteca ─que no es diferente a la que se da en todos los medios-, en la que plantea si el periodista tiene que obedecer o puede dar su propia opinión: “si yo te convenzo y lo haces tuyo, adelante... pero si no te convenzo y no lo haces tuyo no adelante” dijo RSP e inmediatamente remató “de ahí a que una persona vaya en contra de nuestros principios editoriales, eso no se puede, eso es calle”. La evidencia no es feliz para AMLO, pues el fue quien dejó en la calle a cientos de periodistas al servicio del Estado, ya que, como patrón de última instancia, no toleró que se le hiciera una huelga justa y prefirió llevar un movimiento sindical hasta el agotamiento y luego decretar la extinción de Notimex.

Así, López Obrador intenta vendernos la idea de que hay empresarios buenos y malandrines como Salinas Pliego. En la mañanera dijo que:

“Los respeto a todos... hay empresarios muy importantes para la vida pública en un país... ¿qué podríamos hacer sin los empresarios, si no hay inversión, sin empleos y si además ese empresario tiene dimensión social cívica? (¡¡sic!!)... que los hay, que tratan bien a sus trabajadores, que no los humillan, que no es prepotente, que es austero, humano. "Por eso vivimos en una sociedad bastante fraterna en México en general", concluye.

Si ese tipo de gentes existieran, los que conformaron su Consejo de Asesores Empresariales, no estarían ahí, habrían sido enviados a la manada de lobos malos tras de Salinas Pliego, quizás los encontraríamos en Chapultepec, si el zoo les diera cabida.

Ya en el paroxismo del imaginario amloísta, éste se detiene en su viaje por la distopía filoempresarial de la 4T, y se acuerda de que: “hay cierta polarización” ─refiriéndose a la andanada de ataques mediáticos semi impotentes que la 4t sufre día con día-, “pero es arriba” ... “pero ni siquiera con los de más arriba” (los capos de la burguesía nacional y sus patrones extranjeros)... es entre “los aspirantes a fifís, los que sueñan con Ferraris y departamentos en Miami. Por supuesto, lo que nos transmite sin decirlo abiertamente es que, con la 4T los grandes capos patronales están a gusto, que su gran capacidad política de pasivización ─hace unos días presumió que con la CNTE en su sexenio “no ha habido paros”, por ejemplo-, sostenida en el consenso, es decir, en el alto porcentaje de aceptación de su gobierno, ha cambiado la crítica situación politica del fin de sexenio de Peña Nieto, de sus partidos electorales pro-patronales y sus fuerzas armadas.

Y sí, las patronales transnacionales y su gobierno imperialista en Washington, deben de estar a gusto con la recomposición de la hegemonía burguesa impulsada por AMLO, maquillando y fortaleciendo al ejército, utilizando los recursos del erario para dar unas dádivas a las masas, mientras destina una gran parte a construir un poco de infraestructura en provecho de los grandes empresarios de “dimensión social”, cuya dimensión se mide por los favores que les presta el Estado.