Durante la conferencia de este miércoles, el presidente se refirió a los movimientos de ultraderecha y las intervenciones militares.
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Miércoles 30 de agosto de 2023
La mañana de este miércoles, López Obrador hizo referencia al riesgo que existe del alza del fascismo y las intervenciones militares.
Creo que todavía hay el riesgo del fascismo, del uso de la fuerza bruta para imponerse, los golpes de estado, las intervenciones militares, eso no desaparece, claro. Hemos ido avanzando mucho en resolver las diferencias mediante la vía electoral, la vía pacífica la vía democrática y ese es el camino a seguir.
Su declaración se da en el marco, por un lado, de los movimientos de la derecha neoliberal en México, aún en crisis y sin poder definir a un candidato, aunque se van perfilando ciertas opciones rumbo a 2024. Por otra parte, esto ocurre luego de las primarias argentinas, en las que se adelanta el ascenso de la ultraderecha liberal de Javier Milei, candidato a la presidencia de ese país.
Al mismo tiempo, aunque viene de un repliegue a nivel internacional luego de la derrota en Brasil de Bolsonaro y el escandaloso juicio a Trump, la ultraderecha trumpista sigue latente en diversas partes del globo.
No podemos, empero, tener acuerdo con la postura de AMLO en lo que concierne al "fascismo" y las formas de hacerle frente.
¿Qué es el fascismo?
Si bien la palabra ha sido bastardeada para hacer referencia a cualquier postura autoritaria, el fascismo es en realidad un movimiento de masas surgido en tiempos de crisis capitalista fuerte. Su etimología proviene de "fasci", una palabra italiana que podría traducirse como "liga" y que era usada para destacamentos de veteranos de la Primera Guerra Mundial insatisfechos con el resultado de la misma y las pocas "recompenzas" prometidas a Italia.
En ese sentido, los fasci poco a poco se convirtieron en grupos mercenarios al servicio del empresariado y que eran usados para romper huelgas. El movimiento se cristalizó como los "camisas negras" al mando de Mussoloni, quien empezó a agitar un programa nacionalista y anticomunista, con medidas populistas para ganarse el apoyo de las clases medias desesperadas por estar empobrecidas. Los "camisas negras" marcharon en 1922 hacia Roma, lo que llevó a Mussolini al poder.
Bajo estos esquemas, es importante hacer notar que, aunque efectivamente el peligro de la ultraderecha existe, ésta aún no es un movimiento que utilice métodos de matonaje ni pretende derrocar el poder constituido. Por el contrario, es una ultraderecha que descansa en los pilares del neoliberalismo y que, aunque sostiene posiciones autoritarias, éstas no son directamente dictatoriales, no atacan a los sindicatos directamente (aunque sí pueden dar duros golpes a las masas trabajadoras) ni pretenden disolver el sistema parlamentario.
¿Cómo le hacemos frente a la ultraderecha?
Ello no quiere decir entonces que si esta ultraderecha no es fascista es inofensiva o no debamos hacer nada. Por el contrario, es necesario organizarse para frenarla.
Por eso es que es falso lo que afirma AMLO cuando sostiene que se debe "resolver las diferencias mediante la vía electoral". Eso tiene el propósito de paralizar a las masas ante los ataques de la derecha. No hay que sobreestimar el alcance del enemigo, ya que un mal diagnóstico nos frenará de poder ver al verdadero peligro fascista cuando asome la cabeza.
Al fascismo y la ultraderecha se los frena en las calles, no en las urnas ni con votos, sino mediante la movilización revolucionaria de los trabajadores, mujeres, jóvenes, comunidades originarias y minorías como la comunidad LGBT. Es decir, todos aquellos grupos a los que el fascismo tiene en la mira.
Para ello es necesaria la organización independiente de la 4T y de la derecha neoliberal y forjar una alternativa obrera y socialista. Para este propósito ponemos a nuestros lectores nuestras páginas de La Izquierda Diario en miras de construir esa organización en México.