En un sindicato donde las mujeres representamos más del 80% de las afiliaciones, las trabajadoras de la educación no tenemos voz para decidir.
Lunes 6 de agosto de 2018 09:34
El miércoles 8 de agosto será nuevamente una fecha que quedará marcada en la historia de la lucha de las mujeres, porque se debatirá en el Senado de la Nación aprobar la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) que obtuvo media sanción en la cámara de diputados el pasado 13 de junio.
Sabemos que si hoy se está discutiendo sobre la legalización del aborto en Argentina tiene que ver con la lucha histórica del movimiento de mujeres, que cobró una fuerza y una visibilidad enorme al calor del fenómeno NiUnaMenos desde el 2015. Pero las mujeres tenemos una pertenencia de clase, y las mujeres trabajadoras sabemos muy bien que ningún derecho arrancado a los gobiernos a lo largo de la historia ha sido sin luchar.
Estos días presenciamos cómo el debate en el Senado estuvo signado por la cuenta de porotos de un lado y del otro. En los matutinos del día domingo la senadora del FPV, Silvina García Larraburu, planteó que votará en contra del proyecto. Teniendo en cuenta esto hay una inclinación hacia el rechazo, por eso no podemos confiar ni un minuto en los y las senadoras que ponen sus votos al servicio de la Iglesia y sus intereses, y no en la necesidad de atender un problema de la salud pública que golpea a las mujeres de la clase trabajadora y en particular a las más pobres. La clandestinidad para ellas no es un problema, claro, ellas pueden pagarlo.
Asambleas para decidir, porque el aborto se conquista en las calles
En los últimos día hemos escuchado en distintos ámbitos, a integrantes de la conducción provincial de ATEN como la secretaria adjunta Susana Dellariva, en el 2º Congreso de ESI realizado en Cutral Có , decir que “no tiene que haber paro necesariamente para salir a las calles” o al Secretario general Marcelo Guagliardo (ante la consulta desde una seccional sobre la medida para ese día), planteando que no iban a llamar a paro porque no había ninguna organización feminista que lo estuviera exigiendo .
Primero, lo que hay que decirle a “nuestro” secretario general es que las trabajadoras de la educación somos mujeres y estamos organizadas en ATEN. Por ende, si se pusieran a andar los mecanismos de decisión del sindicato, como llamar a las asambleas, quizás las mujeres trabajadoras de la educación podríamos opinar y decidir cómo le arrancamos el derecho al aborto al gobierno y a la Iglesia y que no sea él quien decida por las trabajadoras qué hacer y qué no.
Segundo, a “nuestra” Secretaria adjunta podríamos decirle que no es condición necesaria el paro para movilizar, pero sí es una condición política hacerlo hoy. Porque no confiamos en el Senado de la Nación que vota o no, leyes según sus propios intereses. Poner en las calles la fuerza de las y los trabajadores parando cada lugar de trabajo y ver, que en el país no se mueve nada hasta que le arranquemos este derecho democrático elemental, es unir los métodos de la clase trabajadora a las demandas sociales de los distintos movimientos. Garantizar que verdaderamente seamos millones en las calles en todo el país ese día.
Un debate necesario hacia el interior de ATEN
Este fin de semana se llevó adelante el 2º Congreso de educación sexual integral en la localidad de Cutral Có, impulsado por la comisión directiva provincial de ATEN, junto a su agrupamiento de mujeres La Revuelta. En los materiales que se entregaron se planteaba el slogan “Itinerarios para pensar que toda educación es política y sexual” y en los cursos de formación se plantea la unidad: educación-política- sexualidad como un todo. Sin embargo la política de la conducción provincial de ATEN (TEP) en el seno de nuestra organización sindical es la contraria, ya que su política es dividir lo sindical de lo político y de lo democrático.
En los hechos plantean la lucha de los derechos de las mujeres por un carril paralelo bajo el lineamiento político de la agrupación feminista La Revuelta. En un sindicato donde somos el 80% mujeres, la trabajadoras no tenemos voz para decidir en este terreno; la política del TEP es dejar a las mujeres en un lugar de subordinación de las decisiones que toman otros, es decir ellos, una vez más reproducen lo que dicen combatir.
Teniendo en cuenta la historia de ATEN de organización y combatividad basada en la democracia de las asambleas, pensemos, ¿no se podría poner esa experiencia de lucha también al servicio de las luchas democráticas como el derecho que tenemos las mujeres a decidir sobre nuestros cuerpo y al de no morir producto de la clandestinidad del aborto? Nosotras queremos unir y poner en el seno de debate del sindicato la consigna que surgió del movimiento de mujeres en los años `70, que todo lo personal es político.
La mayoría de las mujeres que somos parte del movimiento de mujeres pertenecemos a la clase trabajadora, y tenemos que organizarnos desde esa pertenencia para poder conquistar nuestros derechos. Por eso instalar el debate en nuestra organización, como lo hicimos desde la Agrupación Negra durante las asambleas en el marco del conflicto que llevamos adelante fue primordial, porque entendíamos que en un sindicato donde las trabajadoras somos mayoría no podía estar ajeno. No solamente planteamos el debate sobre el aborto legal, cuestión que ninguna otra agrupación osó mencionar en esos días, sino que nos pusimos a la cabeza junto a compañeras independientes en organizar el primer foro en ATEN por el derecho a decidir. Planteamos que el 13 de junio tenía que haber paro del sindicato y la necesidad que haya asambleas para pensar en común cómo continuábamos la lucha.
Es necesario redoblar la organización que empezamos a darnos desde el foro por el aborto, para luchar por educación sexual en cada establecimiento educativo, para luchar contra la injerencia de la Iglesia que se sigue metiéndose en nuestras vidas, porque queremos conquistar el derecho al aborto legal seguro y gratuito. Por eso hoy más que nunca: ¡pare ATEN, pare!