Desde la bancada del Frente de Todos en la legislatura porteña se hizo la presentación del programa ATR. Se trata de un sistema de “becas” que encubren una relación laboral precaria para estudiantes terciarios con el 60% de la carrera, que deberán “revincular” a miles de estudiantes secundarios y primarios en los barrios de la Ciudad que se quedaron afuera producto de la crisis económica y social.
Natalia Sposato @Consejera Directiva del Joaquín V. González/Agrup. 9 de Abril
Miércoles 11 de noviembre de 2020 13:49
El día de ayer se presentó el proyecto de ley del programa ATR (acompañamiento de trayectorias educativas) desde la legislatura porteña mediante una transmisión virtual que fue abierta por María Bielli, legisladora del Frente de Todos. “Quizás la falta de recursos y políticas públicas que acompañen esta difícil situación que estamos atravesando, un proceso que llevaron adelante las docentes y los docentes (...)” planteó alrededor de los fundamentos que llevaron a pensar esta iniciativa. En el caso de la propuesta, lo que se busca es la revinculación con los estudiantes que quedaron afuera del sistema educativo por falta de conectividad y recursos como internet, computadora, etc. La “solución” que se propone, es mandar a estudiantes avanzados de las carreras de formación docente, junto a promotores educativos, a los barrios más vulnerables para que den clases y así estos estudiantes recuperen contenido y el vínculo que se perdió durante la pandemia.
La presentación contó también con la presencia de invitadas como Angélica Graciano (secretaria general de UTE), Sol Godoy (presidenta del centro de estudiantes Joaquín V. González), Naara Maddonni (presidenta del centro de estudiantes del normal N° 1), Lucía Ares (vicepresidenta del Centro de Estudiantes del I.E.S. Juan B. Justo) y Andrea Berman (rectora del ENS Mariano Acosta). El proyecto que buscan aprobar plantea otorgar, a las y los estudiantes que tengan más del 60% de la carrera realizada, una “beca” equivalente al 75% de lo percibido por una docente maestra de grado con jornada simple. Es decir, se trata de un “salario” bastante menor al mínimo. Aunque en el caso del proyecto no se habla de esto, sino que se encubre una relación laboral, cuando solamente se habla de estudiantes que estarían becados. Si bien se contempla cobertura de vida, por accidentes, y por riesgo de trabajo, no se especifica cuántas horas laborales serían, ni se menciona aportes o aguinaldo. Tampoco se habla de vacaciones y puntaje dando a entender que la tarea estaría por fuera del estatuto docente, es decir que contarían con menos derechos, lo que sí está garantizado es la precarización laboral.
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Otros programas educativos impulsados por el oficialismo a nivel nacional años anteriores y más recientemente en pandemia, se caracterizan también por tener a sus trabajadoras y trabajadores en la máxima precarización laboral. El programa ATR tiene un antecedente en el conurbano donde Kicillof ofrece $8000 de “beca” para trabajar re vinculando. También es el caso del Plan FinEs que perciben un salario menor al resto de la docencia por realizar la misma tarea. Ni hablar del programa PIEDAS que le exige a quienes son parte del programa, estar a disposición a cualquier hora del día por un salario de $10 000 que no alcanza para vivir a nadie. Si bien algunos programas son más nuevos que otros, pareciera que para el gobierno la pandemia es una buena excusa para profundizar las condiciones laborales precarias para las y los trabajadores de la educación y estudiantes terciarios.
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Exponer al contagio sin derechos laborales a estudiantes avanzados, ¿es una solución a la falta de recursos? Solamente en la Ciudad de Buenos Aires son 6500 las y los estudiantes que no pudieron acceder a la educación. Ni Larreta ni Trotta, implementaron los recursos necesarios para garantizar el acceso y la permanencia de los sectores más empobrecidos, que son los primeros en quedar afuera de la escuela. Ni siquiera se pusieron de acuerdo para poder entregar las computadoras que hacen falta. Mientras tanto hay docentes que no tienen cargo ya que los actos públicos llegaron tarde y son escasos. Hay pibes sin docentes y docentes sin pibes.
Párrafo aparte merece Angélica Graciano, secretaria general de UTE: “mi sindicato y la CTERA hemos intentado estar a la altura. En particular en la ciudad de Buenos Aires hemos tenido que recurrir a todos los poderes del Estado no sólo a la comisión de educación sino al poder judicial. Tenemos muchas presentaciones judiciales por las computadoras, por conectividad y por los elementos de protección, aguinaldo y suspensión del aumento”. Para miles de docentes estas declaraciones son insuficientes. Durante estos meses las y los trabajadores de la educación tuvieron que dar clases hasta con los datos de su celular, pusieron el cuerpo arriesgándose sin elementos de protección para entregar viandas, y materiales a estudiantes desde las escuelas. Pero estos representantes sindicales no quisieron ni siquiera llamar a paro ni movilización o asambleas para debatir medidas de lucha que exijan una respuesta a las demandas de la comunidad educativa
De cualquier manera queda bastante claro que la prioridad del Gobierno Nacional no es la educación. Tampoco la salud, que va a sufrir un recorte de presupuesto del 9.4% para el 2021. Si queremos encontrar las prioridades basta con mirar las exigencias del FMI. Tarifazos para fin de año, ajuste a los jubilados y el desalojo en Guernica, ya dejan ver que la agenda del gobierno está muy lejos de las necesidades sociales.
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Natalia Sposato
Consejera Directiva del Joaquín V. González/Agrup. 9 de Abril