Estereotipos de belleza, mandatos sociales en polémica a partir de la supuestamente “nueva tendencia” en el Instagram.
Viernes 22 de julio de 2016
El Ab Crack (“grieta ab”) es lo que se dio a conocer como la separación del vientre en donde se marca una línea vertical muy pronunciada que atraviesa todo el abdomen, desde el esternón al pubis, que propone marcar los abdominales rompiendo un tendón de la zona. Definitivamente se trata de una lesión interna.
Las famosas Hannah Bronfman, Emily Ratajkowski y Stella Maxwell, son algunas de las que suben fotos en la red social mostrando esta “delgada línea”.
El Ab Crack si bien es catalogada como “tendencia” no es momentánea ni tampoco viene sola: está acompañada de cremas “anti-age”, de cirugías “complementarias”, de perfumes nacionales o importados, dietas interminables e insufribles, que le siguen tratamientos costosos que la mayoría de las mujeres trabajadoras no pueden ni podrán pagar, y ni hablar de quienes son las que pueden mantener el mandato de tener que “matarse en el gimnasio”.
Esta secuencia perversa que pretende enseñar cómo se debe “ser mujer” martilla constantemente las mentes y los cuerpos de miles de jóvenes mujeres que intentan alcanzar un ideal de perfección femenina.
¿Arreglarte para quién? ¿Ser “bonita” para quién?
Se puede escuchar la respuesta: “para nosotras mismas”, porque constantemente los medios de comunicación, las revistas de espectáculo, las grandes empresas multinacionales que promocionan productos, dígase “de belleza”, así como también las inundaciones de comerciales en las redes: Instagram, facebook, youtube, en las paredes cuando caminas por la calle, en la tele cuando miras el programa de Tinelli, donde nos viven señalando que tenemos que arreglarnos para sentirnos mejores con nosotras mismas, que hay que buscar la auto-superación constantemente: el ser mejores siempre cueste lo que cueste.
Pero ojo, no siempre la estética siempre tiene que estar pensada en base a lo que juzgen “ellos”, los “verdaderos” hombres, los propietarios… de las mujeres.
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La peligrosa moda
La peligrosa moda titulan los medios de comunicación dominantes cuando escriben sobre el ab crak, cuando en realidad lo brutal y peligroso es que todos los días los medios de comunicación reproducen conceptos de belleza femenina que sólo un grupo elite puede lograrlo acosta de esfuerzos y angustias que provocan, incentivado cotidianamente con las publicidades y los modelos de mujer en los programas y los discursos.
Los medios dicen las consecuencias más terribles del ab crack, como si fuese algo anormal las consecuencias que provoca esta nueva “moda”. Definitivamente se trata de una consencuencia más de la opresión de las mujeres que viven cotidianamente. Mientras que reproducen los estereotipos de mujer, ahora los diarios presentan al crack como una “excepción” a la regla, o en muchos casos, un exabrupto.
El estereotipo como negocio
Sumas millonarias son las que ganan los que hacen negociados a costa de estereotipar a la mujer. Podemos nombrar el ejemplo de la Universidad de Palermo, universidad privada de cuotas altísimas, que recientemente abrió un programa universitario dirigido por Valeria Mazza para que jóvenes a partir de los 16 años puedan hacer un curso introductorio al modelaje. Educadas al servicio… de la moda.
Las multinacionales se llevan millones de dólares a costa promocionar una determinada imagen femenina. Pero no son los únicos que la promocionan, los políticos del régimen se llenaban la boca hablando de la igualdad de género, mientras Juliana Awada- casada con Macri- se muestra con un discurso para que las mujeres sean emprendedoras por el otro lado es dueña de una marca de ropa que esclaviza a cientos de mujeres, niños y hombres en talleres clandestinos.
A través de los ojos de las mujeres
Hacia el Encuentro Nacional de Mujeres que se realizará en Rosario, la agrupación de mujeres Pan y Rosas va a dar una pelea contra los mandatos establecidos para las mujeres, contra los estereotipos que se imponen, cuestionando y combatiendo los estereotipos que impone un mercado pensado para el placer de los hombre donde la mujer es un mero objeto.