El líder de Vox lo dice en un libro, pero ya lo planteaba en su programa electoral. El racismo institucional y la xenofobia no es un programa exclusivo de la ultraderecha, sino de todo el régimen español.
Viernes 29 de marzo de 2019
Foto: Santiago Abascal, el pasado noviembre, frente a la valla de Melilla.
Para Santiago Abascal, el país vecino envía “oleadas de inmigrantes clandestinos” hacia España para chantajear a la Unión Europea. Es así que, siguiendo la estela de Trump en Estados Unidos y su muro con México, el líder de Vox, plantea la construcción de un muro en las fronteras de Ceuta y Melilla con Marruecos “que quizá debería pagar” el país vecino.
Abascal opina que los muros solo “sirven en parte” para controlar los flujos migratorios, por ello sostiene también que “el Ejército tendría que vigilar ambas fronteras hasta que se levante ese muro” y recibir “las órdenes necesarias” para defenderlas.
Y si faltaba alguna medida reaccionaria, el líder de ultraderecha arremete también “contra las ONG que colaboran con las mafias y se van al litoral africano a recoger mercancía humana”, mientras afirma que hace falta una legislación que levante un “muro psicológico” ante los inmigrantes para desalentar la inmigración diciéndoles que "jamás" podrán regularizar su situación, ni les será reconocido el derecho de arraigo, ni recibirán ayudas sociales ni tarjeta sanitaria.
Abascal recita este verdadero catecismo de racismo y xenofobia en un libro que recoge las conversaciones con Fernando Sánchez Dragó titulado ’Santiago Abascal. España vertebrada’, editado por Planeta.
La noticia ha sido una verdadera “operación de prensa”, tanto para publicitar el libro, que saldrá la próxima semana, como para la propia precampaña electoral de la ultraderecha.
La realidad, sin embargo, es que el líder del partido ultraderechista ya había planteado esta política reaccionaria en su programa electoral de “100 medidas para la España Viva”, presentado antes de las elecciones de Andalucía en las que Vox obtuvo representación parlamentaria. En su punto 26, dentro del apartado de Defensa, el documento pide “fortalecer las fronteras” y “levantar un muro infranqueable en Ceuta y Melilla”.
El discurso a favor de un muro ya había sido ensayado en julio del año pasado, tras el exitoso intento de unas 600 personas inmigrantes que lograron saltar la valla de Ceuta. Entonces el secretario general del partido, Javier Ortega Smith, se trasladó al lugar para reclutar nuevos afiliados y arengar a favor de que “se construya un muro lo suficientemente alto para que la frontera no pueda ser saltada”. La frontera en Ceuta y Melilla ya está compuesta por tres vallas fronterizas de seis metros de altura.
Discurso xenófobo y ‘trumpismo’ ibérico
Según Abascal, “en 2049, con el actual ritmo demográfico, la mitad de la población será musulmana”, lo que provocará “una guerra civil soterrada” porque, según él, se trata de “dos culturas totalmente enfrentadas e incompatibles”. Un discurso completamente racista y sin fundamentos en la realidad, pero no por ello menos incendiario.
Este nuevo tributo a las ‘fake news’ del líder de Vox responde a la necesidad de alterar la realidad de que solo una ínfima minoría de la población del Estado español considera la inmigración como un problema grave. Exactamente el 1,6 %, según el CIS de febrero. La principal preocupación es el paro (un 39,1 %), seguida por la política en general, la corrupción y el fraude o las dificultades de índole económica.
El partido de Abascal sigue de este modo el credo que llevó al magnate Donald Trump a la Casa Blanca, asesorado por el ultraderechista Steve Bannon.
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Bannon, que esta semana reivindicó desde Roma la irrupción de Vox diciendo que es “un gran admirador” y que el partido de Abascal “ha empujado al resto de partidos de derecha al lado nacionalista”, también es asesor de la xenófoba ‘Lega’ del vicepresidente Salvini y planea la expansión de su ideología al resto de Europa con el movimiento The Movement. Sus socios: la ultraderechista Alternativa para Alemania, el presidente húngaro Víktor Orban o la francesa Marine Le Pen. Y, ahora, también Vox.
A la propuesta del muro en Ceuta y Melilla, siguiendo al dedillo la política estrella de Trump durante la campaña de 2016 de construir un muro en la frontera con México -en permanente crisis y por el que México ya ha dicho que no pagará ni un solo peso-, Vox ha sumado también la idea de “liberalizar la tenencia de armas”. Un programa que comparten tanto Trump -que ha hecho bandera de la segunda enmienda de la Constitución norteamericana que permite a los ciudadanos portar armamento- como Salvini en Italia -que acaba de impulsar la aprobación de una ley que permite a los italianos disparar si son víctimas de un intento de robo en su domicilio-. La idea ha espantado incluso hasta al PP de Casado.
Una medida a tono con los muros racistas de la Unión Europea
Aunque es evidente que Abascal se inspira en el muro de Trump para plantear su política, visto en retrospectiva el propio presidente norteamericano se inspiró en las políticas de los gobiernos anteriores -como la valla de más de 1.100 kilómetros que atraviesa la frontera mexicana, construida durante el gobierno demócrata de Bill Clinton en el año 1993-, y especialmente en las políticas de la Unión Europea contra los inmigrantes.
En los últimos años no ha cesado de crecer la construcción de muros, vallas y alambradas que la Unión Europea ha levantado contra el paso de inmigrantes y refugiados. Aparte de las tres vallas que separan Marruecos de los enclaves coloniales españoles en Ceuta y Melilla, hay muros y vallas en Grecia frente a Turquía, en Hungría en varios de sus lindes, así como en otros países balcánicos, en Francia frente al Reino Unido con el nuevo muro de Calais. Construcciones que alcanzaron un coste de más de 500 millones de euros y que atraviesan 1.200 kilómetros alrededor del continente.
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Mientras las muertes en el Mediterráneo siguen aumentando por miles, la única respuesta de la Unión Europea ante la inmigración desatada por el hambre, la miseria y las guerras que genera el capitalismo, ha sido de blindar y militarizar aún más sus fronteras.
En los últimos años, se han producido brutales escenas de represión contra inmigrantes, el desalojo forzoso de varios campos de refugiados, masivas deportaciones y devoluciones en caliente, mientras miles de inmigrantes y refugiados están encerrados en los CIEs. O el asesinato impune de inmigrantes que intentaban cruzar la frontera, como sucedió en la playa ceutí de Tarajal, donde murieron decenas de personas a manos de la Guardia Civil española.
Junto con esto, las leyes “antiterroristas” y el aumento de la seguridad por parte de los gobiernos europeos alentaron aún más la persecución, discriminación y criminalización contra la población migrante. Medidas represivas que no han hecho más que fortalecer los discursos racistas y el crecimiento de movimientos de extrema derecha alrededor de Europa, como Vox.
Un programa contra la política reaccionaria de Vox y el conjunto del régimen español
El racismo institucional y la xenofobia no es un programa exclusivo de la ultraderecha. Es una política del conjunto del régimen político imperialista español y de la Unión Europea. Las principales medidas racistas y discriminatorias como los CIES (verdaderas cárceles racistas), las expulsiones en caliente, los muros y las concertinas, ya han sido aplicadas por los sucesivos gobiernos del PP y el PSOE.
El Gobierno de Pedro Sánchez, que hoy muchos presentan como un “mal menor” para frenar a la extrema derecha, mantiene las devoluciones en caliente y las concertinas en las vallas de las fronteras, sigue abriendo CIEs, bloquea en los puertos españoles los barcos de rescate de las ONGs -siguiendo, al igual que propone Vox, la agenda política anti inmigratoria y xenófoba de Salvini en Italia- y aplica las leyes de extranjería, que condenan a las inmigrantes a vivir sin papeles.
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La juventud, el movimiento de mujeres, las organizaciones obreras, de derechos humanos y de la izquierda, deben denunciar esta agenda racista y xenófoba. Frente a estas políticas reaccionarias no puede haber medias tintas. Es necesario levantar un programa que comience por defender la apertura de las fronteras, el libre tránsito y plenos derechos ciudadanos para todos los migrantes. Que plantee también la derogación de la reaccionaria Ley de Extranjería, el cierre de los CIEs (Centros de Internamiento para Extranjeros), el acceso igualitario a la sanidad pública y los servicios sociales, independientemente de la situación administrativa de la persona. Un programa que diga no a la discriminación, expulsión y/o prohibición de la libertad de expresión y vestimenta en los centros de trabajo y estudio, independientemente de la cultura y/o religión, y que termine con toda discriminación laboral mediante el racismo, la xenofobia y la islamofobia.
Al mismo tiempo, un programa para enfrentar la política reaccionaria de Vox y el régimen imperialista español contra los inmigrantes tiene no puede sino denunciar que el Estado español mantiene enclaves en Ceuta y Melilla, desde donde actúa como “gendarme” de una franja de la frontera mediterránea de Europa, con las reaccionarias y racistas vallas para impedir el paso de inmigrantes.
Un pueblo que oprime a otro pueblo nunca podrá ser libre. Por ello es necesario luchar contra el imperialismo español y sus multinacionales, por la retirada de las tropas en el extranjero, por la devolución de los enclaves coloniales de Ceuta y Melilla, por el fin del sostén a regímenes reaccionarios como las monarquías árabes, por la entrega de las posesiones de las multinacionales españolas expoliadoras a los diferentes países donde operan.
Los muros racistas como el que propone Vox y sus nefastas consecuencias sólo se pueden derribar con la alianza de la clase obrera, las mujeres, la juventud y las personas inmigrantes con una política anticapitalista e independiente de los partidos del régimen.