Comienza este 2019 calentito, al conflicto generado en Cacaolat en estos primeros días del año, hay que añadir el de Abelló Linde, también en la provincia de Barcelona, con 3 centros de trabajo y un total de 180 trabajadoras y trabajadores afectados.

Joe Molina Trabajador despedido de Panrico, Barcelona | @joemolina57
Miércoles 16 de enero de 2019
Abelló Linde es una empresa creada en 1907 y pertenece a The Linde Group. Produce y comercializa gases (oxígeno, nitrógeno, argón ) utilizados en sus distintas aplicaciones en prácticamente la totalidad de los sectores industriales, así como en medicina.
Posee plantas de producción y comercialización en Valencia, Salamanca, Alcalá de Henares, Jerez de la Frontera y Barcelona, que es donde se dispone a eliminar alrededor de 70 puestos de trabajo en los dos centros que posee en Rubí y Parets del Vallés.
En 2016 la Comisión Nacional del Mercado y la Competencia (CNMC ) anunció la apertura de un expediente contra Abelló Linde y algunas otras empresas del sector, bajo la sospecha de que estas habían creado un círculo cerrado entre ellas, a modo de monopolio que pretendía negar el acceso de otras empresas concurrentes y controlar los precios.
Ahora ante la amenaza de la aplicación de dicha reestructuración que ya planea sobre la plantilla desde 2017, CCOO ha convocado paros intermitentes que irán en aumento en cada jornada propuesta: el 8 de enero 2019 de 12 a 13h, el 11 de enero de 11:30h a 13h, el 15 de enero de 11h a 13h y el 18 de enero de 10:30 a 13. La intención es que la empresa retire el plan de reestructuración y se siente a negociar un plan industrial de futuro.
Esta misma semana, el pasado martes 15 de enero, se realizaron paros en las fábricas de todo el Estado como muestra de rechazo al plan de reestructuración.
Ante la grave situación como es el despido de 70 trabajadoras y trabajadores, no sé si las medidas de protesta tomadas pueden resultar efectivas, en unos días lo veremos. Lo que si se hace necesario es que sean los propios trabajadores los que mediante asambleas tomen sus decisiones y que los sindicatos se conviertan en sus herramientas, y no al contrario.
La mejor forma de hacer frente a un ataque patronal es con la organización de los trabajadores, en asambleas democráticas, que decidan un plan de lucha a la altura. Pelear por levantar sindicatos de clase, donde los trabajadores tomen el mando del sindicato y lo democraticen para convertirlo en un bastión impenetrable ante esos ataques: reestructuraciones de plantilla, externalizaciones, subcontratas, falsos autónomos, precarización laboral en general.
Escuchar o leer a Unai Sordo y Pepe Alvarez líderes de CCCC y UGT respectivamente, haciendo buenos propósitos para el nuevo año y asegurando que de su mano estaremos salvados, parece una cortina de humo, un ejercicio de demagogia y un tanto de hipocresía.