Tras la reunión de Macri con el oficial en la Casa Rosada, la ministra Patricia Bullrich aseguró que le dará apoyo legal para enfrentar el procesamiento por homicidio en exceso de la legítima defensa.
Jueves 1ro de febrero de 2018 19:54
Tras el encuentro entre el agente de la Policía Local de Avellaneda Luis Oscar Chocobar y el presidente Mauricio Macri junto a parte de su gabinete, las muestras de apoyo del Gobierno hacia el policía procesado por asesinar a Pablo Kukoc, luego de que este asaltara e hiriera a un turista norteamericano, continúan.
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Patricia Bullrich fue la primera en cerrar filas y brindar su apoyo, como ocurre en cada acción criminal del aparato represivo del Estado. Además, la ministra de Seguridad confirmó que Nación y Provincia van a ayudar en la defensa legal al policía de Avellaneda.
“Consideramos que el juez va a entender nuestro razonamiento. No es una injerencia del Ejecutivo. Es una defensa legal, vamos a poner abogados para que den un punto de vista alternativo al que tuvo el juez. También hay una Cámara”, consignó la funcionaria.
Luego sostuvo que como Gobierno han “dado vuelta lo que pasaba acá. Parecía que los victimarios eran las víctimas y que las víctimas eran los victimarios. En nuestro Gobierno hemos revertido esto, tanto hacia el interior de la fuerza como con la sociedad”.
Sin embargo, encubrir y apoyar las fuerzas represivas para controlar y estigmatizar a la juventud y a la población pobre, no es novedad de este Gobierno. De hecho, los casos de gatillo fácil son moneda corriente por parte de las distintas fuerzas a lo largo de las décadas y de los diferentes gobiernos de turno.
En la tarde de este jueves por el canal C5N el abogado y periodista Darío Villarruel explicó por qué no se puede hablar en términos legales de una situación de “legítima defensa” como sostiene el Gobierno respecto a Chocobar. La carátula de la “legítima defensa” aplica en circunstancias donde el hecho delictivo ocurre en el mismo momento que la agresión policial. Además, para ser legítima defensa no puede darse que el policía tenga un arma de fuego y el presunto delincuente un cuchillo. En el expediente de la causa figura que Kukoc comenzó a huir cuando escuchó la voz de “alto” del policía y luego de perseguirlo tres cuadras este le tiró por la espalda y en la pierna a unos siete u ocho metros. Por lo cual no se puede hablar de una agresión en “legítima defensa” ya que no se dio un forcejeo durante el hecho infraganti.
En este sentido, el encubrimiento del Gobierno pega un salto no solo al otorgarle apoyo legal a un policía que asesinó impunemente, sino también al interferir en el tratamiento de la causa a través de una campaña en medios de comunicación y declaraciones que desvirtúa y miente acerca de los hechos ocurridos.