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Red Internacional
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GÉNERO Y SEXUALIDADES. Aborto: una lucha internacional por que sea libre, legal, seguro y gratuito

En medio del debate sobre la objeción de conciencia y la derrota momentánea del gobierno, debemos preguntarnos ¿cuál es la lucha por el aborto que debe llevar adelante el movimiento de mujeres?

Domingo 13 de mayo de 2018

El fallo de la contraloría general de la república en contra del protocolo de objeción de conciencia, significó sin dudas una derrota para el gobierno, que ocupando todas las formas legales que tiene a su disposición, intentó restringir lo más posible la implementación del mínimo proyecto del aborto en 3 causales de la Nueva Mayoría, por medio de la ampliación de la objeción de conciencia en todos los ámbitos que le fue posible.

En términos simples, buscaba asegurar que no se tocara ni un milímetro la moral conservadora de la derecha y la iglesia en sus centros de atención de salud, a la vez que protegía sus ganancias.

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Ahora bien, este juego legal de la derecha fue posible como consecuencia de las reglas establecidas por el gobierno de la ex Nueva Mayoría, que minimizó las demandas del movimiento de mujeres a una ley totalmente débil e insuficiente que le pavimentó los ataques a la derecha, dejando el espacio abierto a interpretaciones en favor del gobierno de turno.

En ese sentido, no es suficiente hacer una mera “defensa del legado de Bachelet” como quieren hacer ver a algunos sectores, ya que esta ley y todas sus limitaciones son fruto de la insuficiente respuesta que dio al problema del aborto en Chile, no solo acotándolo a las tres causales, sino que además sujetando la decisión de llevar adelante el aborto o no, en última instancia, al médico de turno, permitiendo la objeción de conciencia individual en el sistema público y privado.

¿Cuál es el problema con el aborto en Chile?

El problema del aborto en Chile constituye un problema de Salud Pública y también con un profundo carácter de clase. Lo primero, debido a que, lo que está en juego cuando hablamos de la legalidad del aborto, es finalmente, la vida de miles de mujeres (o tal vez más), que debido a la ilegalidad del procedimiento en el país, se ven empujadas a ser atendidas en condiciones precarias e insalubres, sin las condiciones mínimas de higiene y seguridad. Y lo segundo, porque cuando hablamos de la falta de acceso al aborto, no hablamos de cualquier sector social, sino que estamos hablando de las mujeres más pobres y precarizadas, es decir, trabajadoras, pobladoras, estudiantes y diversidad sexual, quienes no cuentan con los medios económicos para saltarse la ilegalidad del aborto en todas las causales y acceder al procedimiento en centros privados de salud o incluso en el extranjero. Por el contrario, deben enfrentarse a la practica de abortos en centros clandestinos o por medio de métodos artesanales o de alto riesgo, poniendo en juego importantes repercusiones para su salud sexual y reproductiva, además de la probabilidad de que, al fallar estos métodos, deban acudir a recibir atención de salud de urgencia, siendo denunciadas y detenidas.

Entonces, ¿Cuál es la lucha que debe dar el movimiento de mujeres?

Frente a esto, es clara la demanda que debemos tomar en nuestras manos. Como primera cosa, el aborto debe ser declarado legal, porque el estado debe hacerse responsable. Aspi mismo, tiene que ser libre en lugar de estar limitado a ciertas causales, cosa que solo responde a la moral impuesta por la iglesia y los sectores políticos más conservadores, coartando el poder de decisión a las mujeres. Además, debe ser seguro, es decir, que debe realizarse en centros de salud sujetos a normas y regulaciones de higiene, donde además se cuente con los medios para responder a las posibles complicaciones que pueda presentar el procedimiento, como es con todos los procedimientos médicos en general. Y finalmente debe ser gratuito, por una parte para asegurar el acceso a las mujeres pobres que son hoy en día, las únicas que siguen siendo afectadas por abortos clandestinos, a la vez que se impide el negocio –que no tardarían en llevar adelante- los empresarios de la salud, que buscarán sacar ganancias como con casi todos nuestros derechos.

Todo esto, debe ir acompañado de una política de educación sexual laica en la educación básica y media que permita decidir efectivamente sobre nuestra sexualidad y de políticas de salud pública que realmente sean capaces de entregar a la población métodos anticonceptivos eficaces y gratuitos para no llegar a la decisión de abortar.

Nuestros derechos sexuales y reproductivos: una lucha internacional contra la derecha y la iglesia

Es este el centro de la lucha que da Pan y Rosas no solo en Chile, sino que también en Argentina, junto al PTS (Partido de trabajadores socialistas) donde las militantes de la agrupación, han participado y tomado en sus manos el movimiento por el aborto que se ha ido levantando en Argentina con mayor fuerza estos últimos meses. Una demanda que han logrado que trascienda a otros sectores, movilizando por ejemplo a trabajadores en huelga que han reivindicado y apoyado esta demanda central de las mujeres.

En este sentido ha sido central, para esto, el rol que han cumplido las y los diputados que forman parte del PTS, como Miriam Bregman, Nicolás del Caño, Laura Vilches, entre otros, que por medio de su tribuna, han sido portavoces de las demandas de los trabajadores, estudiantes, jubilados, y en también mujeres y diversidad sexual, impulsando y defendiendo en el congreso, la demanda por el aborto legal, seguro y gratuito en Argentina.

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La lucha por el aborto, así como por el resto de los derechos que las mujeres debemos conquistar, solo puede encontrar salida por medio de la lucha organizada en las calles de las mujeres y LGBTI en unidad con los trabajadores y estudiantes, que imponga su voluntad por sobre la de la moral conservadora de la iglesia y los empresarios. Levantando la bandera del aborto libre, legal seguro y gratuito.