Para sobrevivir los primeros dos años, un bebé necesita cosas por un valor mínimo de 120 mil pesos. La mayoría de las mujeres no puede pagarlo. La hipocresía de los “pro-vida”.

Cecilia Rodríguez @cecilia.laura.r
Jueves 29 de marzo de 2018
Los cálculos
Y mirá, los dos primeros años de vida le tenés que calcular entre 5000 y 6000 pañales. A precio de góndola 2018 son casi 65.000 pesos.
Supongo que vas a tener que laburar para pagar los pañales. Una niñera, negreándola mucho, te sale 6500 por mes, o sea, 160 mil pesos los dos años. Es mucho ¿no? Bueno, entonces tenés la opción de guardería. Promedio 2000 por mes. O sea, 44 lucas.
El bebé necesita cuna, cochecito y sillita… Esto lo podés comprar usado en Mercado Libre… ¿Qué cuánto?... Y… te lo redondeo en 5000 pesos. Si le sumás unos 200 y pico por mes en ropa -los bebes crecen locamente- son 5 lucas más. Además, vas a necesitar algo para transportarlo y ubicarlo en lugares, un moisés, una mochilla, una sillita para auto, entre 500 y 1500: pongámosle el promedio: 1000. Seguramente se nos estén olvidando varias cosas, pero veamos como estamos hasta acá... a ver… déjame sumar:
120 mil pesos... sin contar alquiler, impuestos, super, farmacia, transporte...
5000 pesos adicionales por mes. Eso vas a necesitar, de mínima, para criar a un bebé por dos años.
Las cifras
Cada nacido vivo en Argentina recae fundamentalmente sobre las espaldas de una mujer. ¿Qué mujer sola puede pagar esos 5000 pesos adicionales por mes para criar a un niño?
De entrada, descartemos a la mayoría de las jóvenes de hasta 29 años. Un 30% de ellas ya tuvo que dejar el colegio por un embarazo. El 19% está desocupada. El resto, explica gran parte del 35% de mujeres que trabajan en negro y ganan 40% menos que los hombres por el mismo trabajo.
Tal vez no sea tan extraño que el 55% de las que murieron en 2017 por abortos clandestinos sean menores de 30 años (según datos del gobierno). Tampoco resulta extraño que sean jóvenes la mayoría de las que sufren violencia doméstica (60%). ¿Han visto algún “pro vida” preocuparse por los 2200 niños que se quedaron sin madre desde 2008 a causa de femicidios? Yo no.
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Se esperaría que una mujer que trabaja en blanco pudiera hacerse cargo de un bebé. Todo depende del salario. Aun en los puestos mejores pagos, una mujer gana en promedio un 27% menos que un hombre. Sin embargo, estos puestos no suelen ir para ellas. Sus principales fuentes de empleo son las peor remuneradas: ser empleada doméstica, maestra, enfermera, atender al público, etc. Según el Ministerio de Trabajo, a principios del 2017 había cerca de 900 mil personas trabajando en casas particulares. La aplastante mayoría (98,7%) son mujeres.
Casi la mitad de las trabajadoras (45%) no alcanzaba el salario mínimo el año pasado. Si se cruzan las cifras de trabajo en negro con las de los salarios menores al mínimo, casi el 60% de las mujeres que trabaja lo hace en condiciones de precariedad extrema.
¿A alguien puede sorprenderle que, aún siendo un procedimiento peligroso, insalubre e ilegal, se practiquen de todos modos 500 mil abortos al año en Argentina? ¿A alguien puede sorprenderle que más de la mitad del país, según estadísticas de Amnistía Internacional, esté a favor del derecho a decidir?
El hartazgo con esta vida precaria ha llevado a cientos de miles de mujeres a las calles. Hoy ese movimiento exige el aborto legal, seguro y gratuito.
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Los hipócritas
Un obispo recibe 44 mil pesos por mes del Estado, según una cifra que dio el Jefe de Gabinete y que se sabe subestimada. Con el sueldo mensual de un obispo se pagaría la guardería a un bebé por dos años. Ese obispo le exige a las mujeres que sean madres. Más bien les exige parir: nadie les pregunta si podrán o no ser madres, si podrán pagar los 6200 pesos que necesita el chico solo para empezar la escuela pública en 2018. Al obispo solo le importa el feto. Mientras el feto nazca, todo bien. ¿Y el futuro del chico? Eso es problema de la madre, no de la Iglesia.
El gobierno habilita el tratamiento de la ley de aborto pero se pronuncia a en contra. Lo mismo hace la mayor parte de la oposición peronista. Algunos hasta escriben poemas. Mientras tanto, celebran que bajó unos puntos la pobreza aunque en realidad se aumentó el empleo precario e inestable, de esos que ocupan centralmente las mujeres. Por supuesto, aumenta el gas otra vez. Y cuando llegan las enfermeras del Posadas a exigir que no las echen, bueno, el gobierno está ocupado… bajando las jubilaciones, abriendo cuentas off shore, puteando por Whatsapp a una empleada doméstica… cosas importantes.
Las empresas que el gobierno defiende garantizan la brecha salarial, la precarización y la desocupación. Las mujeres son para ellos como las gallinas de los huevos de oro: al precarizarlas o pagarles menos, presionan el conjunto de los salarios a la baja.
Las direcciones peronistas se encargan de que las mujeres no estén organizadas en los sindicatos. No paran el 8M, no plantean la cuestión de la brecha salarial. Todo cierra.
En este marco, la conquista del derecho a decidir ya casi que no parece un derecho, sino una deuda. Nos lo deben. Se lo deben a la mayoría de las mujeres gracias a las cuales estos hipócritas acumulan ganancias y privilegios.

Cecilia Rodríguez
Militante del PTS-Frente de Izquierda. Escritora y parte del staff de La Izquierda Diario desde su fundación. Es autora de la novela "El triángulo" (El salmón, 2018) y de Los cuentos de la abuela loba (Hexágono, 2020)