El anuncio del presidente Alberto Fernández en la apertura de sesiones legislativas de la presentación de un nuevo proyecto para legalizar el derecho al aborto dejó preguntas y se espera la letra chica. Columna de Géneros y Sexualidades en El Círculo Rojo, programa de La Izquierda Diario en Radio con Vos.

Celeste Murillo @rompe_teclas
Lunes 2 de marzo de 2020 10:30
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· El derecho al aborto legal fue uno de los anuncios más esperados del discurso de apertura de sesiones. En un contexto sin posibilidades de grandes anuncios económicos, la ampliación de derechos y los gestos políticos ganan protagonismo.
· El anuncio concreto: durante los próximos 10 días, el Poder Ejecutivo presentará un proyecto de ley que legalice el aborto en el tiempo inicial del embarazo y permita a las mujeres acceder al sistema de salud cuando toman la decisión de abortar.
· Un interrogante sin respuesta: ¿por qué no apoyar el proyecto de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, con apoyo social, del movimiento de mujeres y adhesión transversal en ambas cámaras? ¿Cuáles serán entonces las modificaciones, hay letra chica?
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· Algunas preguntas que dejó planteadas el anuncio:
· ¿Por qué subrayar inicial? ¿Se retrocederá de las 14 semanas del proyecto de la Campaña Nacional?
· ¿Estará incluido en el Plan Médico Obligatorio? ¿Se garantizará el acceso en el conjunto del sistema de salud, incluyendo sobre todo a las obras sociales?
· El presidente anunció que impulsarán un programa contundente de educación sexual integral y prevención del embarazo no deseado. ¿Se aplicará la ley existente de Educación Sexual Integral? ¿Se van a garantizar las condiciones para que se dicten los contenidos en las escuelas o seguirá dependiendo de la voluntad, tiempo y recursos de docentes y estudiantes?
· ¿Se contemplará la objeción de conciencia institucional, como adelantó el ministro de Salud?
· El 20/2, después del pañuelazo en apoyo al proyecto de la Campaña, el ministro de salud Ginés González García dijo en radio La Red que el proyecto incluiría la objeción de conciencia institucional. El ministro dijo: “La objeción de conciencia, siempre y cuando se garantice que se cumpla el caso, se contemplará. Una institución religiosa, no necesariamente católica, se puede negar”.
· ¿Qué pasará en las ciudades o provincias donde la mayoría de las clínicas son de la Iglesia o entidades religiosas? ¿Habrá localidades enteras donde no se practicarán abortos legales? Si el Estado no obliga a garantizar este derecho elemental, ¿las prácticas legales terminarán saturando el sistema público?
· Son todas preguntas lógicas y relacionadas con algo que dijo el propio Fernández en su discurso: “La democracia es igualdad y libertad, no es ni puede ser privilegio”.
· Si el derecho al aborto no es legal, gratuito y con acceso en todo el sistema de salud, se transforma en un privilegio, como otros derechos que las democracias capitalistas reconocen con leyes pero a los que en la vida real solo accede una porción. Es lo que pasa con la educación sexual, con el acceso a los anticonceptivos, o cuando se habla de diversidad, como pasa en Argentina, que tiene una de las leyes más progresivas del mundo pero en la vida de todos los días, las personas trans tienen una expectativa muy por debajo del promedio.
· La objeción de conciencia institucional no es el único gesto hacia la Iglesia y los secretos conservadores:
· Junto al proyecto de aborto legal, se enviará al Congreso un proyecto que garantice la atención y el cuidado integral de la vida y de la salud de la mujer embarazada y de sus hijos o hijas en los primeros años de vida.
· En sí mismo es un plan necesario, considerando que las mujeres suelen sufrir las consecuencias económicas del ajuste fiscal con más fuerza, están sobrerrepresentadas en el trabajo no registrado, y están a cargo de las tareas de cuidado, incluida la crianza de chicas y chicos, y muchas veces lo hacen en soledad.
· Es difícil no ver en este programa un gesto a las Iglesias católica y evangélica, que son las fuerzas que más militaron contra el acceso de las mujeres y personas con capacidad de gestar a este derecho elemental. Así como no hay que confundir estas medidas con gestos hacia la fe religiosa, tampoco hay que confundir la misa del 8M con una expresión de fe: es un acto político contra los derechos de las mujeres.
· Al presidente le gusta hablar de hipocresía, y me parece una palabra muy precisa para hablar de aborto legal porque es un debate lleno de hipocresía, y la mayor es no tratar a la Iglesia como lo que es: una de las principales fuerzas reaccionarias contra toda ampliación de derechos (divorcio vincular, matrimonio igualitario, identidad de género, aborto legal, solo en las últimas décadas).
· Los detalles se conocerán cuando se publique el proyecto, será necesario leer la letra chica y siempre saber que ningún gobierno nos regaló nada nunca. Así como sabíamos que el gobierno de Mauricio Macri quiso utilizar nuestros derechos para reubicarse en un escenario difícil, tenemos que saber que este derecho puede ser concedido hoy en un mar de nada, de una economía arrasada por el ajuste fiscal y los compromisos con el Fondo Monetario del gobierno de Albeto Fernández.
· Eso no le quita ni importancia ni legitimidad a nuestro reclamo pero confirma por qué tenemos que mantener nuestra independencia de los gobiernos, para que no nos usen como piezas de cambio. Tenemos que tener presente siempre:
Llegamos al debate de 2018 por nuestra movilización.
Llegamos a este debate por nuestra movilización.
Por eso es imprescindible mantenerla hasta que el derecho al aborto legal, seguro y gratuito sea ley.

Celeste Murillo
Columnista de cultura y géneros en el programa de radio El Círculo Rojo.