LGBTIQ+. Abuso policial y política de odio: Qatar, un país peligroso para la diversidad sexual y de género

En el testimonio publicado por la BBC, la victima de abusos policiales identificada como Shahd, relata que al ser detenida por su expresión de género, le cortaron el cabello y le exigieron se quitada el tejido mamario del pecho que se había formado luego de comenzar a tomar estrógenos, que consiguió fuera del país sin receta.
"Perdí mi trabajo y mis amigos", relata. "Me detuvieron y me interrogaron varias veces por mi identidad. Lo perdí todo".

Un informe de la ONG Human Rights Watch (HRW) publicado recientemente, detallaba detenciones de personas LGBTIQ+ en Qatar. Y es que la policía puede detener a una persona durante un máximo de seis meses como sospechosa de haber infringido las leyes de "protección de la comunidad", sin juicio ni cargos, si sospecha que ha "violado la moral pública".

El Código Penal seguía tipificando las relaciones homosexuales entre hombres como un delito punible con hasta siete años de prisión. Su artículo 296 especificaba los delitos de “conducir, instigar o seducir a un varón de cualquier manera para que cometa sodomía o disipación” e “inducir o seducir a un varón o a una mujer de cualquier manera para que cometa acciones ilegales o inmorales”.

Según HRW, las fuerzas del Departamento de Seguridad Preventiva de Qatar han arrestado arbitrariamente a personas LGBT y las han sometido a malos tratos durante su detención. Según entrevistas realizadas por la ONG a personas afectadas, dijeron que los abusos se produjeron en fechas recientes, como en septiembre y en noviembre de 2022, mientras Qatar se preparaba para acoger la Copa Mundial de Fútbol, documentando seis casos de palizas graves y repetidas y cinco casos de acoso sexual bajo custodia policial entre 2019 y 2022. Las personas fueron detenidas en lugares públicos con único motivo su expresión de género y registraron ilegalmente sus teléfonos. Como requisito para su liberación, las fuerzas de seguridad ordenaron que las mujeres transgénero detenidas asistieran a sesiones de terapia de conversión en un centro de “apoyo conductual” patrocinado por el gobierno.

Todos los entrevistados dijeron que los agentes los detuvieron en una prisión subterránea en Al Dafneh, Doha, donde fueron sometidos a maltrato físico y sicológico. Así mismo, fueron víctimas de maltrato con el fin de extraerles confesiones forzadas, se les negó además el acceso a un abogado, a la familia y a la atención médica. Más aún, todos dijeron que la policía los obligó a firmar compromisos que indicaban que “cesarían la actividad inmoral”. Todos estuvieron detenidos sin cargos, en un caso durante dos meses en régimen de aislamiento, sin acceso a asesoramiento jurídico, así como tampoco ninguno recibió algún registro de haber sido detenido.

Sin duda, en Qatar el abuso policial, discriminación y odio hacia les LGBTIQ+ es parte de la cotidianeidad en este país que se rige por una especie de monarquía árabe, el Emirato. La diversidad y disidencia de pise aquel país tiene por delante un panorama muy difícil y peligroso. Es una batalla descarnada contra el patriarcado más arcaico, machista y misógino, donde son las mismas instituciones gubernamentales las que gestionan las terapias de conversión. Es una batalla contra la policía por ser el brazo defensor y represor que garantiza se perpetúa el orden imperante, que tortura y mata en total impunidad para conseguirlo debe ser abolida. Es lucha por derechos humanos mínimos que, contradictoriamente, hoy son tema mundial de discusión gracias al mismo Mundial de Fútbol que está sucediendo hoy en Qatar con le objetivo de limpiar imagen y enriquecer a los grandes magnates capitalistas y qataríes.