Tras una movilización el sábado en defensa de la vivienda y contra el modelo especulativo y la turistificación, algunos manifestantes decidieron armar una acampada frente al Ayuntamiento y continuar la lucha. Un ejemplo que puede extenderse a otras ciudades en un clima de hartazgo por el inasumible precio de los alquileres.
Jaime Castán @JaimeCastanCRT
Miércoles 23 de octubre de 2024
Tras la manifestación por la vivienda de este sábado en València, bajo el lema València s’ofega (València se ahoga) una parte de los manifestantes decidió continuar con la protesta armando una acampada en la plaza del Ayuntamiento, con el objetivo de seguir denunciando el abusivo precio de los alquileres tras muchos años de especulación y de turistificación.
Esta acampada es parte del creciente movimiento popular en defensa del acceso a una vivienda digna, con distintas movilizaciones en las grandes ciudades al igual que en la capital valenciana, destacando la manifestación en Madrid del pasado 13 de octubre, donde se movilizaron más 150.000 personas según la estimación del Sindicato de Inquilinas. También en Barcelona hubo protestas en el contexto de la Copa América, justamente un evento representativo del modelo de turistificación que se está combatiendo. En otras ciudades como Málaga o Sevilla se preparan para salir a las calles el próximo 9 de noviembre.
Este año, en el segundo trimestre, el precio de la vivienda en la capital valenciana alcanzó máximos históricos, con una renta media de 1.700 euros al mes, muy por encima del salario mínimo, en lo que supone casi un 20% más que el pasado año (datos COAPIV). Una situación que se extiende a muchas otras ciudades, incluso en lugares donde los precios eran más asequibles, como Zaragoza, donde los alquileres se han duplicado en una década.
"Si no tenemos casa, okupamos la plaza" o "las ciudades son para quienes las habitan" son consignas que se pueden leer en la acampada de València, donde los manifestantes realizan asambleas y comidas populares. Fue en la propia València, hace unos meses, donde surgió también la primera acampada universitaria en solidaridad con el pueblo Palestino, para después extenderse a campus de todo el Estado español. Por el momento, los manifestantes de la acampada tienen previsto continuar al menos hasta el próximo domingo.
Desde el movimiento por la vivienda se empieza a plantear el escenario de una huelga de alquileres que se han negado a reunirse con Sánchez en su reunión con la patronal inmobiliaria y sindicatos CCOO y UGT. Unos sindicatos dirigidos por enormes burocracias que llaman a movilizarse por la vivienda, pero que no están dispuestos a convocar una huelga general, como denunciábamos estos días en un artículo.