La UNAM informó que después de la revisión de los más de 11 mil exámenes que se calificaron mal, se aceptarán a 3 mil 613 en los bachilleratos de dicha universidad.
Joss Espinosa @Joss_font
Jueves 10 de agosto de 2017
Tras ser revisados los más de 11 mil exámenes de acceso a bachillerato, que tuvieron “errores”, la UNAM informó que se aceptarían a 3 mil 613 aspirantes en las distintas sedes de la Escuela Nacional Preparatoria y el Colegio de Ciencias y Humanidades. Esto después de que padres de familia presionarán a la rectoría para que revisará los exámenes.
Reiteró también que “tanto el examen como el proceso de asignación cuentan con los mayores estándares de calidad, confiabilidad y transparencia”. Sin embargo muchas veces se ha denunciado por distintas organizaciones el carácter de exclusión y los filtros que imponen estos exámenes.
Esto dado que se da peso al estudio socioeconómico, para saber quien podría mantenerse la educación media superior, dando preferencia a los aspirantes de altos recursos, dejando en claro que el desarrollo y profundización de estos filtros únicamente apuntan a la elitización de la educación.
Cuál es verdadero “error”
Aunque en su comunicado la UNAM dice refrendar “su compromiso con la educación y con los jóvenes del país” por la vía de los hechos no es así, dado que los exámenes de admisión, dejan fuera a un gran porcentaje de los jóvenes que quieren acceder a la educación. Y la UNAM ha hecho poco por aumentar la matricula, o abrir otros bachilleratos para que ningún joven se le niegue el derecho a la educación.
El error de comipems, y las instituciones educativas, no fue calificar mal más de 11 mil exámenes, sino dejar fuera a decenas de miles de jóvenes que quieren continuar sus estudios.
El “error” tampoco está en los aspirantes que no logran “aprobar” el examen, es responsabilidad del Estado, que no garantiza el espacio suficiente para todos los jóvenes, poniendo a la educación como un privilegio y no como un derecho.
Desde la Agrupación Juvenil Anticapitalista, creemos que debemos avanzar en la lucha por la defensa de la educación pública y gratuita, en donde matriculados y no matriculados demandemos que ningún joven quede excluido de la educación media superior y superior. Exigiendo el aumento mínimo del 10% del PIB para poder cubrir lo necesario para garantizar la educación a nivel nacional.
Sólo podremos imponer estas demandas con la movilización en las calles peleando por el no pago a la deuda externa y los impuestos progresivos a las grandes fortunas, para que eso sea invertido en educación.
