La reedición de “Acción Travesti Callejera Revolucionara: Supervivencia, revuelta y lucha Trans-antagonista”, seguida de “Fuego queer”, en ediciones de bolsillo de Editorial Imperdible, es más que oportuna en estos tiempos en el que el World Pride capitalino (este año ubicado en Madrid) parece haber domesticado lo que comenzó siendo una lucha sin tregua contra las fuerzas de un orden heteropatricarcal y capitalista de carácter marcadamente racista, una lucha que tomó muchas de sus estrategias de los movimientos negros y antifascistas.
Eduardo Nabal @eduardonabal
Viernes 23 de junio de 2017
La reedición de “Street Transvestite Action Revolutionaries: Survival, Revolt, and Queer Antagonist Struggle” no es solo una apuesta valiente de una pequeña editorial independiente, sino un testimonio necesario en estos tiempos de fracturas y también nuevos desafíos y esperanzas de cambio en el seno de la todavía maltratada comunidad LGTBQ, sujeta a nuevos recortes que llevaron a luchas continuadas contra la violencia policial, la desatención médica, el oprobio de la entonces llamada “mayoría moral” y el progresivo aburguesamiento de un sector de la comunidad LGTB, denunciado ya entonces con rabia por sus autoras.
Lejos de la nostalgia o el documento aséptico, ese libro cobra hoy la vigencia de un testimonio sangrante y una proclama a seguir adelante, a pesar del desprecio de sectores sociales que se han apartado de la línea de combate, bien sea la comunidad gay capitalina más conservadora, bien sea un sector de izquierda, todavía, en cierta medida, heterosexista y corto de miras o bien sea un movimiento racial que entonces ya se mostraba excluyente en cuestiones de género y diversidad sexual.
Hoy día cuando definimos ciudades como Burgos o Palencia como pre-Stonewall, queremos decir que no ha saltado esa chispa revolucionaria que lleva a considerar el 28 de junio de cualquier año como una fecha de lucha o posibilidad, como una fecha a apuntar en el calendario activista de los movimientos progresistas, y a la vista está. O, en el mejor de los casos y para quién pueda costárselo, unos días para festejarlo en Madrid, lo que está cada vez más lejos de ser acudir a una jornada de lucha sino a unas caras y cortas vacaciones.
Pero la pregunta incómoda que nos lanza este libro que da voz a las malogradas Marsha P. Johnson y Sylvia Rivera, es que aquello no fue casi nunca una fiesta, sino un acto valiente de plantar cara no solo a la policía y el conservadurismo de la sociedad estadounidense del momento, sino también un grito de la trans latinas y las travestis callejeras contra el acoso y la corrupción de diversos sectores del empresariado aliados con el poder policial y parapolicial, capitalista y carcelario.
Es aquí donde la voz de Jennicet Gutiérrez, interpelando a un feliz presidente Obama, orondo por sus concesiones nupciales a la comunidad LGTB y ajeno a realidades de “la otra América” cobra un sentido de urgencia, de lucha por la vida y la dignidad, en plano real y simbólico, más allá de los dispositivos integracionistas o normalizadores de los que hace gala el Estado o las empresas o espectros comunitarios más oportunistas, tal y como ha denunciado Dean Spade en su lúcido ensayo “Una vida normal”.
Su lucha, que costó la salud o la vida a más de una de ellas (incluyendo a las autoras de este libro diminuto pero excepcional), hoy se ha visto disuelta en la memoria de un reformismo alarmante, una comunidad acrítica, despolitizada que, a su manera, empieza a reproducir los esquemas de exclusión de un sector del colectivo LGTB por raza, corporalidad o clase social o pertenencia grupal. Aquí y en los EEUU de Trump, donde las trans indocumentadas, sin recursos, nadan entre la precariedad, el acoso vecinal y la posibilidad del internamiento en centros especiales que no son sino centros de tortura de permanencia indefinida, después de largos años esperando obtener la nacionalidad allí donde residen.
La brecha por la libertad abierta en Stonewall por estas mujeres trans o gays y lesbianas sin techo puede reflejarse más o menos bien en algunos testimonios, pero falta algo, las voces subjetivas, irónicas y desgarradas que recoge esta pequeña recopilación de entrevistas, diálogos airados, réplicas y contrarréplicas, experiencias y manifiestos recogidos por la Editorial Imperdible.
Un libro pequeño pero brutal y bien documentado en su descripción de la pervivencia de la transfobia y el clasismo en una sociedad opulenta que solo da oportunidades vitales y sociales a una minoría blanca, casada y domesticada, dejando a gentes trans-fronterizas, combativas, críticas, en la cuneta de los derechos humanos, que siempre han sido negociables bajo los esquemas del heteropatriarcado capitalista y reblandecedor de realidades sangrantes e ideas de cambio real o participación activa en todos los ámbitos la vida pública.
En pocas páginas, pero con testimonios lúcidos y estremecedores la Editorial Imperdible nos acerca a esas calles donde se libraron y, aún más silenciosamente, se siguen librando batallas cotidianas contra la precariedad, la exclusión laboral, el miedo a salir del armario o la necesidad de organizarse en una comunidad diversa alejada de imágenes únicas y ejemplarizantes, consumistas o en presupuestos sociales asimilacionistas, dictadas por los de siempre.
Las luchas por la libertad sexual, la emancipación de las mujeres, la emancipación de las y los negros y la mejora de las condiciones laborales de la clase trabajadora no tienen una fecha de salida y ninguna película o ley de parejas o matrimonios les va a poner fecha de llegada. Basta con ver la homofobia renovada en Francia, el racismo en nuestras costas, las trans en los Centros de Internamiento para Extranjeros o el recorte en derechos sanitarios, sindicales, informativos y educativos en toda Europa. No está mal recordar todo esto, pero no hay mucho que celebrar comparando con todo lo que hay que conquistar o reconquistar.
Eduardo Nabal
Nació en Burgos en 1970. Estudió Biblioteconomía y Documentación en la Universidad de Salamanca. Cinéfilo, periodista y escritor freelance. Es autor de un capítulo sobre el new queer cinema incluido en la recopilación de ensayos “Teoría queer” (Editorial Egales, 2005). Es colaborador de Izquierda Diario.