Ante el intento de la patronal de suspender a los trabajadores con rebaja salarial, es fundamental que la Comisión Interna y la Directiva de la UOM rechacen de plano cualquier pérdida de puestos de trabajo, rebaja salarial y pérdida de conquistas.
Jueves 2 de abril de 2020 17:55
Acindar hizo circular anoche un comunicado en el que, escudándose en la situación por la que está atravesando el país – y el mundo – por la pandemia del coronavirus, informa de su decisión de suspender personal con rebaja de salario, abonando solo el 65% de los mismos mientras duren las suspensiones.
Tenemos que evitar que la patronal intente extorsionarnos para que aceptemos rebaja de salario a cambio de que contratados y contratistas se queden sin trabajo. La Comisión Interna y la Directiva deben rechazar de plano cualquier pérdida de puestos de trabajo, de salario y de condiciones laborales, porque no podemos ser los trabajadores quienes paguemos la crisis una vez más. Acindar nos pide que colaboremos, pero no se le puede exigir aún más sacrificio a los contratistas y contratados, utilizando como excusa una pandemia que está afectando gravemente a las familias trabajadoras para terminar de aplicar un plan que vienen intentando hace tiempo y que ya han aplicado en otros momentos.
Acindar, al igual que otras empresas (entre las cuales se destaca también el grupo Techint), viene ganando millones y millones, se ha beneficiado de la devaluación de nuestros salarios y del aumento del dólar en la exportación. Ha recibido de todos los gobiernos beneficios impositivos y créditos baratos, además de subsidios en la energía eléctrica y el gas, mientras los trabajadores a duras penas llegamos a pagar los servicios en nuestros hogares, situación que se agrava aún más en el caso de los contratistas.
Sabemos, además, que montones de compañeros que trabajan en los talleres que dependen de Acindar están quedándose sin trabajo.
Si Acindar dice que está en crisis, que muestre sus números.
El Gobierno de Alberto Fernández tomó la decisión de prohibir los despidos durante 60 días, con un decreto claramente acordado con las patronales y las cúpulas sindicales. Esta medida, además de insuficiente (no contempla, por ejemplo, los miles de despidos que se dieron hasta ahora) habilita explícitamente a patronales como Acindar a extorsionar con las suspensiones y el empeoramiento de las condiciones laborales, planteando que las suspensiones se pueden negociar y ser aceptadas por los trabajadores. El gobierno pretende, además, meter la mano en el bolsillo de los jubilados para salir al rescate de las empresas.
No hay nada que negociar. La Comisión Interna y la Directiva tienen que rechazar este ataque de la patronal exigiendo que no se pierda ningún puesto de trabajo ni que rebajen los salarios. Además, los compañeros despedidos de los talleres que dependen de Acindar deben ser reincorporados inmediatamente, y tenemos que exigir un salario de emergencia de $30,000 que les permita pasar la cuarentena a las familias que se encuentran sin poder trabajar. Tenemos que discutir todo esto en asambleas, respetando las medidas sanitarias pertinentes.
La patronal quiere extorsionarnos y atemorizarnos mientras estamos en nuestras casas, abrumados por la incertidumbre. Por eso es necesaria una declaración pública del gremio y de la interna, rechazando el chantaje y llevando tranquilidad a los trabajadores.
Que la crisis la paguen ellos, y no los trabajadores y sus familias.