Villa Constitución. Acindar: ¿un lugar seguro para trabajar?

Desde el comienzo de la pandemia y el aislamiento social, el contagio masivo en las industrias y las aglomeraciones de trabajadores tanto en las plantas como en el transporte público es una de las mayores problemáticas en esta crisis sanitaria.

Acindar no está exenta de esta grave situación. A pesar de no ser una industria esencial, a las pocas semanas de decretada la cuarentena, la multinacional del acero obtuvo autorización para producir por parte del Ministerio de la Producción de la Provincia de Santa Fe. Con la excusa de producir bienes para exportación, logró sortear las restricciones para la industria no esencial. Esto se tradujo, en los últimos meses, en un aumento exponencial de los casos en la ciudad y en la región, ya que muchas familias cuentan con trabajadores desempeñando sus tareas allí.

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Sasia declaró que la planta “es un lugar seguro para trabajar, es un lugar seguro para venir con tranquilidad. Todos los sectores tienen su protocolo, todos los lugares de trabajo tienen su protocolo, con lo cual quiero llevar la tranquilidad que pueden venir a trabajar tranquilos, que la población se puede quedar tranquila que los vamos a cuidar”. Declaraciones que resultan contradictorias si pensamos en la cantidad de casos confirmados y en el número de obreros aislados por haber tenido contacto con positivos o compartir el mismo sector de trabajo. Evidentemente las medidas adoptadas para la prevención y protección de la salud de los trabajadores fueron insuficientes, y al día de hoy se tornaron totalmente obsoletas e ineficaces.

Mientras en la provincia se retrocede de fase por la situación sanitaria cada vez más crítica y se pone el acento en la responsabilidad individual y las reuniones familiares, las grandes industrias como Acindar continúan con las puertas abiertas exponiendo a miles de trabajadores y sus familias al contagio para seguir garantizando sus ganancias. Los protocolos y el cuidado de la salud de los obreros no pueden quedar en manos de quienes deciden priorizar el rédito económico a la vida de las familias trabajadoras.

Cada vez se vuelve más urgente la implementación de una comisión independiente de salud, dirigida por los propios trabajadores, con asambleas en los sectores y asesorada por profesionales de la salud, que se encargue de instrumentar un plan integral preventivo de salud en los barrios, centros de salud y lugares de trabajo para que la propagación del virus en la planta deje de ser moneda corriente.