La Red de Acción por el Clima (CAN, por sus siglas en inglés), integrada por 1,500 organizaciones civiles de 130 países, otorgó a México el título de "Fósil del Día", por sus pobres acciones para frenar el cambio climático, así como sus insistentes acciones para utilizar combustibles fósiles que contaminan el planeta con cada emisión.
Axomalli Villanueva @1quiahuitl
Jueves 11 de noviembre de 2021
En el marco de las multitudinarias movilizaciones de activistas contra la crisis climática en la ciudad de Glasgow, que ya han llamado a protestar a más de 100 mil personas en contra de la inacción de parte de las principales potencias para atender la crisis climática, la Red de Acción por el Clima (CAN, por sus siglas en inglés), integrada por 1,500 organizaciones civiles de 130 países, otorgó a México un "título".
Este "reconocimiento" se le da a los gobiernos que se caracterizan por sus pobres acciones para frenar el cambio climático, así como sus insistentes acciones para utilizar combustibles fósiles que contaminan el planeta con cada emisión.
En esta ocasión, México se llevó el segundo lugar por “trabajar duro” y colocarse como el decimotercer emisor de CO2 más grande del mundo. Además, la organización también detalló que el gobierno, encabezado por Andrés Manuel López Obrador, ha inyectado más dinero a la industria de combustibles fósiles con la construcción de refinerías y retrasando las políticas destinadas a reducir las emisiones de carbono.
Según los activistas de la CAN, “estas acciones provienen de un país donde, sólo en 2020, al menos 101,000 personas fueron desplazadas por la fuerza a causa de desastres naturales, según el informe anual del Centro de Monitoreo de Desplazamientos Internos”.
Ante esto, el cinismo de figuras de derecha no se hizo esperar, entre ellos el diputado federal Gabriel Quadri, quien tildó de “absurdas y regresivas” las políticas públicas del mandatario en materia energética y ambiental, como si los partidos a los que representa no hubiesen avalado el despojo y ecocidio de grandes trasnacionales, como las mineras canadienses y los parques eólicos en Oaxaca.
Otra diputada que sacó a relucir su hipocresía, fue la panista Xóchitl Gálvez. Con un tuit, indicó que es “vergonzoso” recibir este reconocimiento, "ya que el gobierno apuesta a combustibles fósiles y retrasa políticas que reducen emisiones. El pasado más presente que nunca”. Curiosamente no mencionó que el Partido Acción Nacional, durante el sexenio de Peña Nieto avaló también la reforma energética, que entre otras cosas permitió el despojo de tierras indígenas y originarias en beneficio de grandes transnacionales.
Gobierno ausente en compromisos climáticos
Más allá del cinismo de la oposición de derecha, lo cierto es que el gobierno de López Obrador ha sido fuertemente criticado dentro de la COP26 por estar ausente en los principales acuerdos para hacer frente a la crisis climática y ha limitado su interés en temas ambientales en el programa "Sembrando Vida".
A su vez, México a pesar de ser el 13° país más emisor de gases de efecto invernadero, ha continuado favoreciendo las inversiones en las refinerías de petróleo y a su vez, ha frenado el progreso en políticas destinadas a reducir las emisiones de carbono.
Sin duda, la inquietud en cientos de miles de personas durante la COP26, ha sido la falta de compromiso de parte de las grandes potencias emisoras, quienes se han limitado a lucir compromisos poco ambiciosos para frenar esta crisis. Sin embargo, estas cumbres están lejos de ser una solución para el cambio climático.
No podemos reducir un reclamo sobre el destino del planeta a una simple denuncia y exigencia a los representantes políticos capitalistas para que tomen medidas urgentes. Frente a la irracionalidad del capitalismo y de los gobiernos que solo defienden los intereses corporativos, es evidente la necesidad de medidas drásticas y urgentes mediante una planificación racional de la economía mundial, donde se priorice el desarrollo científico de energías renovables para satisfacer las necesidades de la mayoría de la población.
Sin embargo, estas decisiones sólo pueden ser posibles si la planificación de la economía se encuentra en manos de la única clase que por su situación objetiva y sus intereses materiales tiene la capacidad de acaudillar al resto de los sectores oprimidos para evitar la catástrofe: la clase trabajadora.
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