El domingo 8 se desarrollaron los actos del Frente Pueblo Sin Miedo en diferentes capitales del país, con el eje en "Fuera Cunha corrupto. No al ajuste fiscal”.
Jueves 12 de noviembre de 2015
Fotografía: Esquerda Diario
En San Pablo, el acto estuvo integrado por la Central Única de Trabajadores (CUT), el Movimiento de Trabajadores Sin Techo (MTST), la Unión Nacional de Estudiantes (UNE), la Central de los Trabajadores y Trabajadoras de Brasil (CTB) y el PSOL (Partido Socialismo y Libertad). El acto se realizó en la sede del museo MASP al comienzo de la tarde, con varios miles de participantes. Los grandes medios hablan de 1.500 personas, mientras que Guilherme Boulos del MTST anunció la presencia de 20 mil. La manifestación bloqueó una de las manos de la Av. Paulista y se dirigió hacia el Parque Ibirapuera.
En su gran mayoría el acto estuvo compuesto por militantes del MTST. Había pocos sectores de la juventud, como de trabajadores organizados o de aquellos que están en huelga como los petroleros, a pesar de que la CUT dirige la Federación Única de Petroleros (FUP) y también es parte del Frente Pueblo Sin Miedo.
¿El Frente Pueblo Sin Miedo se plantea como alternativa frente a los ajustes?
Uno de los debates políticos más importantes de la coyuntura es cómo construir una alternativa de independencia política, que pueda ser tanto una alternativa a los sectores de la oposición de derecha, conservadores y neoliberales como al gobierno de Dilma, que viene implementando un ajuste histórico contra los trabajadores
El problema es que aún hay sectores de la izquierda que hablan de una "ola conservadora" en el país para justificar la política de apoyo indirecto al gobierno como “mal menor”, ocultando el hecho de que los mayores ataques a los trabajadores (en un país con alta inflación, despidos y desempleo, de implementación de la privatización – la llamada "desinversión"-, de Petrobras, que recorta derechos jubilatorios, etc.) proviene del propio gobierno de Dilma.
En este sentido, hablar de "combate contra la derecha" sin dejar clara las críticas también a Dilma y a Lula (que actúa detrás de escena) es una manera de hacerle el juego al PT, como ya viene haciendo la burocracia sindical de la CUT, la CTB o la UNE y fortalece a estos sectores en los ataques que llevan adelante contra los trabajadores en las fábricas y lugares de trabajo.
Así, con el eje en "Fuera Cunha" y "Fuera Levy", el Frente Pueblo Sin Miedo acaba instrumentalizando la lucha "contra la derecha y el conservadurismo," por el derecho de las mujeres y contra el ajuste a los trabajadores a una defensa indirecta (y a veces incluso directa) del gobierno de Dilma.
Los discursos del acto “olvidaron” a Dilma
En este sentido, el tono de los discursos durante el acto estuvieron marcados principalmente por la denuncia de Eduardo Cunha, el objetivo de la manifestación, seguido de Levy y la política de ajuste y de Alckmin (PSDB, gobernador de San Pablo), debido a su política de cierre de aulas y escuelas.
Sin embargo, las críticas al gobierno de Dilma, que está al frente de los ajustes, fue casi inexistente en la mayoría de los discursos de los representantes de las organizaciones que componen el Frente Pueblo Sin Miedo. La mención a Lula, que recibió un caluroso saludo Guilherme Boulos por su cumpleaños, tampoco fue mencionado, ni el papel del PT en la crisis política que atraviesa el país.
El mismo discurso Guilherme Boulos, líder del MTST, se destaca en este sentido ya que abrió el acto hablando contra los ajustes pero se cuidó de hacer declaraciones críticas que mencionaran abiertamente al gobierno del PT; solo una breve referencia a Dilma cuando se refirió al ajuste fiscal pero lejos de ser el centro de su discurso. El eje fue la denuncia de Cunha, los ajustes de Levy y Alckmin. Incluso llegó a afirmar que el MTST "ocupará toda escuela que cierre" en San Pablo.
Este también fue el tono del discurso de Bárbara Melo, presidente de la Unión Brasilera de Estudiantes Secundarios (UBES). Sin embargo, es curioso cómo los secundarios que están protagonizando un importante movimiento de resistencia a la política de Alckmin estuvieron ausentes en el acto.
Vagner Freitas, presidente de la CUT, se refirió tímidamente al gobierno cuando defendió que habría que "superar este ajuste y modelo económico del gobierno de Dilma, rumbo a un nuevo modelo de desarrollo”.
La huelga de los trabajadores petroleros solo fue mencionada de pasada. No es de extrañar, por tanto, que en el acto no se haya escuchado una sola consigna en defensa de los petroleros, que protagonizan la mayor huelga desde 1995, ni siquiera cuando se pasó por delante de la sede de Petrobras.
En el site de la CUT la burocracia sindical celebra el “éxito” del acto y afirma: “Estamos defendiendo la salida del ministro Levy para que el gobierno federal siga teniendo el apoyo de los movimientos sociales”, toda una declaración emblemática del significado del acto de conjunto.
La lucha por el “Fuera Cunha corrupto” frente a la enorme polarización social
Dado el carácter conservador y a veces reaccionario de las medidas que viene tomando Cunha contra el derecho de las mujeres, por la reducción de la edad de mayoría penal, entre otros, muchos sectores de trabajadores y jóvenes han visto a Cunha como la principal referencia del conservadurismo en el país y la necesidad de enfrentar sus políticas, además de estar vinculado a casos de corrupción, como el caso de sus cuentas en Suiza, a la vista de todos.
El problema político que se plantea es cómo entablar este combate y algunos sectores consideran que es mejor centrarse ahora en la lucha contra Cunha. Sin embargo, todos los sectores que sienten simpatía por la lucha contra Cunha y contra la derecha brasilera, o incluso por la lucha contra los ajustes, deben entender que no será apoyando al gobierno de Dilma Rousseff que avanzaremos en la defensa de los derechos de los trabajadores o de las mujeres.
Los actos están pensados con el eje en “Fuera Cunha” como si esto por sí mismo fuera a fortalecer la conciencia de los trabajadores y la juventud en la lucha por sus derechos. El problema es que esa conciencia sólo avanzará si planteamos la verdad sobre la política nacional y la verdad es que Lula y Dilma han hecho política en los bastidores para un gran acuerdo entre Cunha y el gobierno, que permita mantener a los dos en el poder con el propósito de “preservar la gobernabilidad “. Lula recientemente hizo declaraciones sobre que el PT no debería poner el eje en la lucha contra Cunha sino en los ajustes. Y Cunha por su parte ha reducido los decibles sobre el proceso de juicio político (impeachment) a Dilma. Un acuerdo sin escrúpulos entre el PT y su principal opositor, con un único objetivo: mantener a Dilma en el poder e implementar el más agresivo ajuste fiscal.
Ocultar esto a los trabajadores y a la juventud en actos como este no supone fortalecer la lucha contra la derecha, sino hacer una gran maniobra para defender al gobierno.
El PSOL abandona una alternativa independiente al integrar el Frente
Muchos trabajadores ya se han dado cuenta de estos movimientos y ven con desilusión al gobierno del PT y a la oposición de derecha. Se abre una gran oportunidad para que la izquierda pueda construir una fuerza independiente del PT y de la derecha que exprese el sentimiento de los trabajadores, la lucha de las mujeres y la juventud. Al renunciar a esto y no mencionar al gobierno de Dilma, el Frente Pueblo Sin Miedo termina haciendo el juego al petismo y bloqueando el surgimiento de una fuerza independiente.
Las corrientes del PSOL que participaron siguieron la línea política general del acto. Con pequeñas columnas de jóvenes, levantaron carteles con consignas contra Eduardo Cunha. Tampoco abogaron por defender la necesidad de una política claramente opositora al gobierno. Un ejemplo fue el discurso de Sâmia Bonfim, militante del MES (corriente interna del PSOL), quien desde el palco planteó: “tenemos que preguntarle a Dilma de qué lado está”. Como si quedase alguna duda.
Por lo tanto, la participación del PSOL en este Frente es una cobertura por izquierda al PT, encarnado en la política de “Fuera Cunha” sin poner el eje en las críticas necesarias al gobierno de Dilma. De esta manera el PSOL retrocede en la posibilidad de presentarse como una alternativa de izquierda al PT, siendo la única posibilidad de retomar ese camino rompiendo con este Frente. De lo contrario quedará diluido entre las organizaciones petistas.
En síntesis, el lanzamiento del Frente Pueblo Sin Miedo se amparó en el sentimiento progresista contra Eduardo Cunha para ocultar el papel que el gobierno de Dilma está cumpliendo. Como hemos planteado en otros artículos se trata en realidad de un Frente para dejar a Dilma y al PT sin miedo.