Memoria, Verdad Y Justicia. Acto en conmemoración a las víctimas del centro clandestino “El Campito”

Ayer, luego de escuchar a los oradores, se abrió el predio y los que participamos caminamos hacia el sitio donde estaban las instalaciones de tortura y muerte que funcionó en Campo de Mayo durante última la dictadura cívico militar eclesiástica.

Hablaron sobrevivientes de “El Campito”, familiares y amigos de víctimas y desaparecidos que fueron vistos por última vez en el lugar. Allí pasaron aproximadamente cinco mil personas detenidas desaparecidas que fueron ilegalmente secuestradas principalmente por su militancia social, política o sindical. La mayor parte de las cuales permanecen desaparecidas hasta el día de hoy y sobrevivieron alrededor de 45. También hubo detenidos junto a sus hijos menores de edad.

Algunas personas pertenecientes a las distintas agrupaciones aún buscan a sus hermanos o sobrinos nacidos en aquel centro clandestino de detención. Durante el acto, los sobrevivientes y familiares relataron sus duros recuerdos y los secuestros sufridos en donde los represores les arrebataron a sus seres queridos.

El Campito o “Los Tordos” como también lo llamaban los represores, funcionó desde marzo de 1976 hasta fines de 1978 y era uno de los más grandes del país.

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En Campo de Mayo funcionaron también otros centros de detención; “Las Casitas”, la prisión Militar de Encausados y el Hospital Militar en donde llevaban a las embarazadas a parir en pésimas condiciones o a hacerles cesáreas obligadas. Las madres fueron separadas de sus hijos a los que les robaron la identidad. Las víctimas de Campo de Mayo fueron sometidas a condiciones de detención inhumanas, torturas, violencia sexual y actos aberrantes.

También existió una pista de aterrizaje, en donde hacían “los vuelos de la muerte” en los que arrojaban detenidos desde avionetas al mar o al Río de la Plata. Sin embargo, la mayor parte de los militares que cometieron estos crímenes siguen impunes, incluso lo que están en juicio o cumplen prisión domiciliaria en sus casas de lujo.

Los represores intentaron deshacerse de las evidencias, derrumbando las instalaciones y dejando crecer la vegetación por la calle en la que se accedía al predio.

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En 2010 el Equipo Argentino de Antropología Forense detectó los cimientos de “El Campito” y gracias a ello se abrieron causas judiciales y se habilitó la preservación de la zona. Entre la vegetación, los árboles y arbustos que crecieron durante los cuarenta años transcurridos pueden verse algunos escombros y un árbol más viejo que fue identificado por sobrevivientes.

Hasta el momento sólo se ha podido excavar en lugares concretos, como “El Campito”. Mauricio Macri intenta declarar por decreto que Campo de Mayo sea una reserva ambiental, como reserva no se podría acceder para continuar con las investigaciones y se taparían las pruebas de lo sucedido. Los organismos de derechos humanos y las distintas agrupaciones impediremos que se lleve a cabo esta injusta ordenanza para que se resguarde el lugar y se investigue.