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Red Internacional
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Acuerdo Constituyente. ¿Qué dicen los parlamentarios de la región de O`Higgins?

El pacto incluye 50 miembros electos exclusivamente desde los partidos de los 30 años, más los 24 expertos designados por el mismo congreso, la institución más desacredita por la población, que durante la revuelta apenas tenía un 2 a 3% de aprobación, y ahora con suerte alcanza el 17%, y manteniéndose en los últimos lugares entre el resto de instituciones del regimen

Jueves 29 de diciembre de 2022

Hace unas semanas se pactó el nuevo acuerdo por una nueva constitución; el “Acuerdo por Chile”, orquestado entre 4 paredes por 14 partidos y “organizaciones”, desde la derecha de la UDI, más los partidos de la ex Concertación y el delirio de “Amarillos por Chile”, hasta el oficialismo del FA y el PC. Una verdadera vergüenza al comunismo, pactando con capitalistas, y depositando sus fuerzas y su política en las instituciones de la república burguesa. Esto como resultado de lo pactado en las cúpulas de los partidos de los 30 años, con la colaboración directa y activa del gobierno de Boric, un acuerdo que viene a perpetuar el modelo neoliberal a medida de los intereses de los grandes empresarios, es decir, no respetando en lo absoluto la decisión del pueblo trabajador de una nueva constitución redactada 100% por representantes electos.

El pacto incluye; 50 miembros que podrán ser electos exclusivamente de los partidos de los 30 años, más los 24 expertos designados por el mismo congreso, la institución más desacredita por la población, con un 2 a 3% de aprobación durante la revuelta popular de 2019. Y que de acuerdo a lo señalado en la última encuesta Cadem sería la penúltima institución con menos aprobación, un 17% la primera semana de diciembre, solo superada en desaprobación por la DC.

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En la región de O’Higgins, el senador del PS Juan Luis Castro (mismo partido del alcalde de Rancagua) quien quedo satisfecho con el acuerdo, o el diputado ex DC Raúl Soto (PPD), quien se muestra más que conforme con lo alcanzado a espaldas del pueblo, y dice “estar contento y orgulloso” por lo logrado en el acuerdo, que se realizó por el “bien de Chile”. En realidad las “lecciones” que sacan de su fracasado proceso anterior, pues no termino de convencer al pueblo trabajador, son rebajar el mínimo programa progresista que se había propuesto, y subordinarse más aún a la pauta de la derecha. El diputado Soto de O’Higgins debería especificar que, al hablar de participación ciudadana solo hacen demagogia, pues las decisiones serán zanjadas solo en las cúpulas de los partidos con sus expertos para el proceso.

Por su parte la abogada Marcela Riquelme, diputada electa por un cupo independiente dentro de Convergencia Social (CS), declaró al medio local El Tipógrafo que: “nos están diciendo que fue una mala idea la hoja en blanco y se castiga la participación de los independientes y se nos sindica como responsables del fracaso”. Además, dice estar de acuerdo con los 12 puntos que, "son los que democráticamente se han decidido para garantizar la estabilidad institucional".

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La diputada solo reclama el hecho de que quienes participen no sean 100% electos. De lo dicho por la diputada del FA no hay mucha distancia de la posición de la derecha o del propio oficialismo, aparte, señala que ha sido tomado democráticamente, cuando es más antidemocrático que el acuerdo anterior, es decir, que el acuerdo pactado por Piñera con la oposición; el Acuerdo por la paz y nueva constitución.

De esto la derecha fue la que ha salido más beneficiada, los 12 puntos y les expertos designados responden a eso. Dentro de esto el diputado de RN y regalón de los empresarios D. Schalper y el timonel de la UDI J. Macaya fueron actores protagonistas en las negociaciones con el oficialismo. Planteándose desde una posición "abierta" al diálogo, lograron conquistar, sin mucha resistencia del resto de sectores que participaron en la mesa, la defensa de los intereses del gran empresariado, de la propiedad privada, la perpetuidad de las rancias instituciones del Estado como lo es el Senado.

De este nuevo pacto no podemos esperar nada, las “12 bases institucionales” son parte de este proceso que debemos denunciar con fuerza, y trabajar desde la izquierda revolucionaria por construir una alternativa de las y los trabajadores, junto a todos los sectores oprimidos para terminar con un sistema de miseria y precariedad para las inmensas mayorías, nacionalizando nuestros recursos naturales para poder comenzar por la transformación de este sistema financiando cada derecho sentido por la población como vivienda, educación, salud (mental, salud reproductiva y sexual) entre otros.

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Hay que hacer carne la política de unidad, no desde de la cúpula del congreso, sino una unidad de clase, desde abajo, de los trabajadores/as, confiando en la auto organización, en los métodos históricos de la clase trabajadora y el pueblo, con la movilización como una herramienta infalible en la lucha por nuestros derechos, contra los privilegios de aquellos que atentan contra nuestras vidas robando todo nuestro trabajo y horas de vida, devastando todo el medio ambiente a su paso para generar ganancias.

Es necesario la lucha política a la burocracia del Estado, en todos los sindicatos, en los centros de estudiantes, en las organizaciones sociales y poblaciones, conquistando la independencia de clase del gobierno que busca borrar la memoria colectiva de la revuelta popular de 2019, así como borrar la brutal represión y los presos políticos que dejo la lucha del pueblo trabajador. Esta independencia de clase nos llevara al triunfo de nuestras demandas, la alianza de las luchas de todos los oprimidos y explotados en un frente contra el mismo enemigo, el que se manifiesta a nivel internacional en las diferentes latitudes de la misma forma; los grandes capitalistas que roban la riqueza de los trabajadores y los territorios.

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Hacemos un llamado abierto a todas las organizaciones y personas que se consideren anti capitalistas a debatir y discutir sobre una estrategia para vencer, y sobre cuál es el programa político por el cual luchar.

¡Abajo la cocina parlamentaria!

¡Vamos por una verdadera asamblea constituyente libre y soberana! Que entregue todo el poder de decisión a las grandes mayorías, la que solo podrá ser conquistada con organización y movilización del pueblo trabajador.

Sigue este link para ver el Acuerdo completo