Los saudíes redoblan sus acusaciones contra Irán el día en que el secretario de Estado de Trump visita Riad.
Miércoles 18 de septiembre de 2019 17:43
Arabia Saudí insistió este miércoles con que los ataques del pasado sábado contra dos plantas petrolíferas de la compañía estatal Aramco fueron efectuados con 18 drones y 7 misiles iraníes. La acusación coincide con la llegada al país del secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo.
El portavoz del Ministerio de Defensa saudí, Turki al Malki, también portavoz de la coalición militar liderada por el reino que interviene en territorio yemení, ofreció nuevos detalles que según él serían una muestra de que el ataque fue "incuestionablemente respaldado por Irán".
Sin embargo, Al Malki evitó contestar las consultas directas de los periodistas sobre si los proyectiles fueron lanzados desde Irán. "Estamos trabajando para conocer exactamente el punto de lanzamiento de los drones y misiles ", afirmó el portavoz.
La nueva acusación fue acompañada por la visita del secretario de Estado de Trump, Mike Pompeo, a Arabia Saudí con el objetivo de coordinar una respuesta a los ataques que él mismo y el presidente estadounidense, han atribuido a Teherán.
Pompeo le aseguró a varios periodistas que el golpe múltiple contra las instalaciones de Aramco fue un "ataque iraní" y "no vino de los hutíes", y que incluso si estos fueran los responsables, "eso no cambia las huellas de los ayatolás en haber puesto en riesgo el suministro global de energía". La afirmación deja claro que el objetivo es aumentar la tensión contra Teherán, más allá de la inexistencia de pruebas.
Las acusaciones de Pompeo fueron de la mano con nuevas sanciones contra Irán. El presidente Trump anunció que ordenó un "incremento sustancial" de las sanciones económicas contra Teherán. Pero a pesar de incrementar la presión, Trump dijo en varias ocasiones que prefiere no ir a la guerra contra los iraníes, un conflicto que quiere evitar a toda costa
I have just instructed the Secretary of the Treasury to substantially increase Sanctions on the country of Iran!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 18 de septiembre de 2019
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Las tensiones volvieron a crecer luego de que el sábado pasado, unos 10 aviones no tripulados llevaron a cabo ataques aéreos en el corazón de la industria petrolera saudí: el área de Abqaiq, el mayor centro de procesamiento de petróleo del mundo, y también el campo petrolero de Khurais.
El origen del ataque continúa sin estar claro, aunque la milicia rebelde chiíta de los hutíes, que controlan el norte de Yemen, en la frontera con Arabia Saudita, reclamó ser los autores del mismo. Los hutíes tienen una relación con Irán, y desde el comienzo de la guerra civil de Yemen en 2015 han estado luchando contra los bombardeos en su territorio orquestados por la coalición liderada por Arabia Saudita. Yemen es uno de los territorios, como Siria, Irak y otros países, donde Irán y Arabia Saudita compiten por la preponderancia en el Medio Oriente.
Desde Teherán, el ministro iraní de Asuntos Exteriores, Mohamad Yavad Zarif, respondió que Estados Unidos admitió que está atacando "deliberadamente" a los ciudadanos de Irán con su nueva decisión de intensificar las sanciones. Zarif subrayó que el "terrorismo económico", como se refiere a las sanciones estadounidenses, es "ilegal e inhumano".
Los ataques provocaron la reducción de un 50 % en la producción de petróleo de Arabia Saudí, equivalente a un 5 % del suministro global.
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Además marcaron de incertidumbre la región. La seguidilla de roces y escaramuzas entre Estados Unidos, Irán y las potencias aliadas en el mundo árabe y Europa, pueden desencadenar conflagraciones que se le vayan de las manos a los actores de este enfrentamiento. Sin embargo las consecuencias de la escalada en los enfrentamientos golpean un sector clave de la economía internacional, la producción de petróleo, que podría abrir un nuevo capítulo recesivo (además de las disputas comercial-tecnológicas entre Estados Unidos y China) a nivel global.