La alcaldesa Ada Colau, ha llamado a los trabajadores de Metro a desconvocar la huelga de los días 22 y 24 de febrero. La misma exigencia que hace la empresa para negociar el convenio colectivo. Barcelona es escenario de luchas contra la precariedad.

Cynthia Lub Barcelona | @LubCynthia
Lunes 8 de febrero de 2016
Así lo anunció en una entrevista a Catalunya Radio diciendo que le parece "grave que se haya ido directamente a convocar una huelga, porque como todo el mundo sabe, convocar una huelga es incompatible con una tabla de negociación". Y reiteró que el gobierno municipal tiene " toda la voluntad" para que ambas partes dialoguen, por lo que pide que se "levante la huelga para poder retomar esta negociación".
Colau veu "incompatible" negociar amb els treballadors del metro si no desconvoquen la vaga https://t.co/m0Kfm4NrhRhttps://t.co/69H54sU730
— BTVNOTíCIES (@btvnoticies) febrero 8, 2016
Con esta petición, lo que está diciendo es que si no hay negociación, la culpa será, no de la Dirección de Metro, sino de los trabajadores que "rompen el diálogo" con una medida de lucha como la huelga. De igual modo lo anunció la empresa en un comunicado del martes 8 de febrero, diciendo que no se pudo negociar porque hay una "minoria de sindicatos que persiste en promover que perjudicará gravemente los servicios públicos que prestamos a los ciudadanos". La dirección de Metro acaba culpabilizando y por consecuencia criminalizando a los huelguistas. Ada Colau está de su lado.
Esta noticia cayó como un jarro de agua fría a los trabajadores, provocando una lluvia de críticas en las redes sociales de parte de los movimientos sociales, los sindicatos y los trabajadores.
Las medidas de protesta de los trabajadores y las trabajadoras del Metro comenzaron el pasado 2 de febrero con un paro convocado por el Comité de Empresa y continuarán con una huelga de 24 horas, el 22 y el 25 de febrero.
No es casual la petición de Ada Colau de que se levante la huelga. Estas jornadas de protesta coincidirán con la celebración del Congreso Mundial de Móviles (MWC) en Barcelona del 22 al 25 de febrero, donde se calcula que atraerá a alrededor de 90.000 visitantes. Es decir, el gran negocio capitalista de la ciudad, que deja más de 500 millones de beneficios a los grandes empresarios.
Por todo esto Ada Colau necesita a la ciudad de Barcelona tranquila. Sin embargo, será escenario de jornadas de lucha y movilizaciones contra la precariedad laboral con la jornada de huelgas de los autobuses de TMB y de la campaña #Correscales2016 del 18 al 22 de febrero, que acabará con una movilización de los técnicos de Telefónica-Movistar.
Las promesas de Ada Colau antes de llegar a la alcaldía tomaban las grandes demandas de la clase trabajadora contra las condiciones de precariedad a la que la somete las grandes empresas capitalistas.
Así fue el caso de los trabajadores y las trabajadoras de Movistar con un "Compromiso con las Escaleras" vuelto a traicionar, —después del apoyo a la firma del ex-alcalde Xavier Trías a la renovación del MWC— ahora con la renovación del contrato con Telefónica valorado en 3,2 millones de euros.
.@AdaColau com canvia tot. Que fa falta xque la nova política passi a ser casta? Una victoria electoral? pic.twitter.com/5pEiW3Gy4t
— CGT metro Barcelona (@CGTmetroBCN) febrero 8, 2016
En el caso de los trabajadores del Metro, éstos no sólo critican a la empresa porque "la dirección no ha tenido inconveniente en incrementar sus sueldos astronómicos y primas por objetivos de un 14,27%, mientras que a los trabajadores nos precarizan cada vez más nuestras condiciones laborales y salariales después de cuatro años de congelación".
También criticaron que la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, sólo denunciaba a TMB antes de ganar las elecciones, pero que frente a su lucha no han obtenido ningún apoyo, "Hemos solicitado reuniones tanto con la presidenta de TMB, como con la alcaldesa de Barcelona para desencallar la situación y no hemos obtenido ninguna respuesta". Tal es así que durante el paro del 2 de febrero se concentraron frente al Ayuntamiento silbando con abucheos a la alcaldesa.
Ada Colau necesita de la "paz social" para gestionar los grandes negocios de los capitalistas, y en vez de apoyar las huelgas llamando a la movilización, pide calma.
Lo que está empezando a vislumbrarse ante los ojos de sectores de la clase trabajadora y de los movimientos sociales es que la “gestión humana” del capitalismo de los nuevos "gobiernos del cambio", en este caso municipal, no permite llevar adelante una política que enfrente decididamente los intereses de estas “mafias” capitalistas como Telefónica o TMB. Tampoco contra las grandes empresas constructoras que en complicidad con la banca dejan a miles de familias sin techo. Ni mucho menos contra las empresas turísticas, por eso también molestan los trabajadores manteros.

Cynthia Lub
Doctora en Historia en la Universidad de Barcelona (UB), especializada en clase trabajadora durante el franquismo y la Transición, también en estudios sobre género y clase, feminización del trabajo y precariedad. Docente de educación secundaria pública.