El caso Odebrecht explota contra la figura presidencial. Los depósitos bancarios sí existieron.

Leah Muñoz @leahdanmunoz
Martes 24 de octubre de 2017

Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) sacó un reportaje en el que exponía que Carlos Fadigas director de Braskem, una filial de Odebrecht, en 2013 aseveró en una reunión privada con inversionistas lo siguiente:
“Acompañamos de tiempo completo toda la campaña del PRI, del partido PRI, y del actual presidente Enrique Peña Nieto. No sólo de él, sino también de su equipo”.
Ante esto la Presidencia de la República tuvo que admitir que Enrique Peña Nieto sí se reunió con directivos de Odebrecht y sus filiales, pero que ninguno dio dinero a su campaña electoral en 2012.
En una carta enviada al diario Reforma por parte de Eduardo Sánchez, vocero de la Presidencia, escribió que “el licenciado Enrique Peña Nieto se reunió con múltiples empresarios nacionales y extranjeros con inversiones en México, entre ellos los directivos de Odebrecht y sus filiales, que en aquellos años era la séptima empresa más grande en Latinoamérica, y que inició operaciones en México en 1992”.
Frente a este nuevo destape de corrupción, que viene a afectar aún más la imagen ya desgastada de Peña Nieto, el gobierno ha negado las declaraciones de Carlos Fadigas y las maneja como “falsedades”.
“Ni como aspirante ni como candidato, Enrique Peña Nieto recibió recurso alguno de las empresas mencionadas. Debe recordarse que las autoridades electorales auditaron las fuentes de financiamiento y gastos ejercidos por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) en dicha campaña, y dictaminaron la legalidad de dichos comicios”, señala el comunicado oficial.
Como si las mismas autoridades que “auditaron las fuentes de financiamiento” quedaran exentas de tapar los vínculos de corrupción.
Sin embargo, a partir de la información obtenida por MCCI también se sabe que la empresa Braskem estuvo interviniendo durante el periodo de campaña presidencial haciendo tres transferencias de 1.5 millones de dólares, entre mayo y junio del 2012, a la empresa Latin America Asia Capital vinculada por testigos y delatores en Brasil a Emilio Lozoya Austin, quien era coordinador de Vinculación Internacional de la candidatura de Peña Nieto.
El despido de Santiago Nieto, titular de la Fiscalía Especializada para Delitos Electorales (Fepade) que dio a conocer amenazas de Emilio Lozoya, ex director de Pemex, para que lo declarara inocente de las sospechas de sobornos por parte de Odebrecht, es consecuencia directa del escándalo.
Esto con el agravante de que el cese del funcionario amenazado -quien está apelando la decisión ante el senado- se da a las puertas del proceso electoral de 2018.
El caso de Odebrecht que muestra la corrupción y la impunidad existente en las altas esferas del poder y en el actuar del PRI para llegar al poder, dejan una vez más mal parado al ya desgastado gobierno de Peña Nieto que no sólo ha estado involucrado en desapariciones y matanzas sino también en escándalos de corrupción internacional.
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