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Red Internacional
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CAMBIO CLIMÁTICO. Afirman que el 2016 será el año más caliente de la historia

La Organización Meteorológica Mundial se apoya en los informes del Instituto Goddard de la NASA y la Agencia Nacional Atmosférica de Estados Unidos. En septiembre podría colapsar el Ártico.

Viernes 29 de julio de 2016

La Organización Meteorológica Mundial de las Naciones Unidas señaló en un comunicado fechado el recién pasado 21 de julio que el mes de junio de 2016 no fue solo el 14° mes consecutivo de calor sin precedentes, sino también el mes consecutivo 378° con temperaturas por encima del promedio de todo el siglo XX, lo que indica que no hemos estado por debajo de esa media desde 1984 convirtiendo lo extraordinario en norma. A esto se suma que el Ártico se ha derretido antes y más rápido de lo pensado.

El organismo basa sus conclusiones en dos informes presentados por la Agencia Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés) y el Instituto Goddard de la NASA. Según esta última “La temperatura media en los primeros seis meses de 2016 fue de 1,3° C más caliente que la de la era preindustrial a finales del siglo XIX”. Por su parte, NOAA dijo que la temperatura promedio global de la tierra y el océano durante el periodo de enero a junio fue de 1,05° C por encima de la media del siglo XX, superando el récord anterior establecido en 2015 con un 0,20 ° C.

En el comunicado de prensa, el secretario general de la Organización Meteorológica Mundial Petteri Taalas, señaló que “el fenómeno de El Niño, que se había convertido en el termostato del planeta, ahora se ha ido. El cambio climático, causado por los gases de efecto invernadero que atrapan el calor, no lo hará. Esto quiere decir que enfrentamos más olas de calor, lluvias más extremas y un potencial de mayor impacto de ciclones tropicales”.

Respecto a la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera, Taalas señaló que “han superado el hito simbólico de las 400 partes por millón (ppm) en lo que va del año. Los niveles de CO2 varían según la temporada pero la tendencia subyacente es hacia arriba. Estas concentraciones mostraron un aumento sorprendente en la primera mitad del año 2016 llegando a las 407 ppm, 4 ppm más arriba que en junio de 2015”. James Hansen exdirector del Instituto Goddard había señalado previamente que el límite de sustentabilidad de la civilización moderna estaba en los 350 ppm.

Una débil Niña a partir de agosto

En otro comunicado de prensa más reciente fechado el día de ayer 28 de julio, la OMM señaló que “existe entre un 50 a 65 % de probabilidad de que se produzca un episodio de La Niña en el tercer trimestre de 2016, que prevalecería durante el resto del año”, aunque “es probable que sea de intensidad débil”. En cuanto al grado de incertidumbre asociado a la proyección actual, el 50 a 65% indica un riesgo elevado ya que es casi el doble de la probabilidad climatológica (25 a 35%) definida para la aparición de un episodio de La Niña.

La Niña es un fenómeno que ocurre con posterioridad a El Niño. Mientras que El Niño (que se dio por finalizado en mayo) consistía en el avance de una gran masa de agua caliente viajando desde las costas asiáticas hacia América generando grandes alteraciones climáticas al entrar en contacto con la atmósfera, el fenómeno de La Niña se basa en el avance de una gran masa de agua fría haciendo el mismo recorrido y produciendo un enfriamiento a gran escala de la temperatura de la superficie del océano en las partes central y oriental del Pacífico ecuatorial, además de otros cambios en la circulación atmosférica tropical.

Ambos fenómenos tienen grandes repercusiones climáticas opuestas en varias zonas del planeta. Zonas que se ven afectadas por precipitaciones inferiores a la media durante un episodio de El Niño registran por lo general precipitaciones por encima de la media durante un episodio de La Niña y viceversa.

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El episodio de El Niño durante el periodo 2015 y 2016 fue uno de los más intensos de los que se tienen datos y, mediante su efecto de calentamiento potenciado por el cambio climático, contribuyó a un período prolongado de temperaturas mundiales sin precedentes que trajo como consecuencias el blanqueamiento de la Gran barrera de coral, el fin del segundo lago más grande de Bolivia e intensas olas de calor, como en Sudáfrica que sufrió más de diez y más prolongadas de lo habitual, o en el Corredor seco centroamericano en donde se desarrolló una sequía que necesito de la ayuda humanitaria de la ONU.

Los primeros seis meses de 2016 fueron el semestre más caluroso jamás registrado, y pulverizó los récords de 2015 con un margen considerable. “En junio de 2016 se dieron variaciones significativas de la precipitación a escala mundial. Fue mucho más escasa de lo normal en la parte occidental y el centro de la zona continental de Estados Unidos, España, el norte de Colombia, el noreste de Brasil, Chile, el sur de Argentina y en zonas del centro de Rusia”.

La OMM también señaló que “se observaron condiciones más húmedas de lo habitual en todo el norte de Argentina, en el norte y el centro de Europa, en la mayor parte de Australia, y en el centro y el sur de Asia. Desde enero hasta el 4 de julio en China se dieron unas precipitaciones que superaron la media en un 21,2 %. La temporada de crecidas en el sur del país empezó el 21 de marzo, 16 días antes de lo normal, y en más de 150 distritos se dieron unas condiciones de humedad sin precedentes, según la Administración Meteorológica de China. El curso de agua de más de 300 ríos superó el nivel de alerta”.

Así, el 2016 está en camino de convertirse en el año más caluroso del que se tenga datos, incluso si se produce un episodio de La Niña, que suele tener un efecto de enfriamiento.

“Tenemos que esperar a ver cómo se desarrolla el fenómeno en los próximos meses, ya que aunque el océano está preparado para La Niña, la atmósfera parece que aún no”, dijo en una rueda de prensa el jefe de la División de Servicios y Aplicaciones del Clima Mundial de la OMM, Rupa Kumar Kolli.

En septiembre podría colapsar el Ártico

El calor ha sido particularmente intenso en el Ártico, lo que hizo que el comienzo de la temporada anual de deshielo del manto de hielo de Groenlandia y del hielo marino del Ártico fuera especialmente precoz. La cubierta de nieve en el hemisferio norte fue excepcionalmente reducida. Al 20 de julio de este año la extensión de los hielos marinos estaba muy cercana a la más baja jamás registrada por esas fechas.

Por lo general, la extensión del hielo marino del Ártico en el momento álgido de la estación de deshielo veraniego ya es un 40 % menor que a finales de la década de 1970 y comienzos de 1980. Se ha venido produciendo una disminución de un 13,4 % por década de la extensión del hielo ártico en el mes de septiembre, que es cuando esa superficie es la menor de todo el ciclo anual.

Es posible que en septiembre de 2016 el Ártico colapse. Tal como señala Sam Carana en Arctic News, “el hielo del Ártico se encuentra en muy mal estado, mientras que el calor del océano es muy alto y sigue aumentando. Los niveles de gases de efecto invernadero son récord”. Y es que, “durante los últimos 365 días, el calentamiento sobre el Ártico ha sido mucho más fuerte que en el resto del mundo”. “Lo más probable es que el hielo del mar [Ártico] desaparezca en gran medida antes de septiembre de 2016”, concluye Carana.