Se trata de una ofensiva unilateral e injustificada del Estado de Israel que atacó edificios en pleno centro de la ciudad y puestos de vigilancia. Militantes palestinos respondieron en la noche de este viernes disparando decenas de ineficaces cohetes. La ONU, apoyando en los hechos al Estado sionista, condenó la violencia en general.
Sábado 6 de agosto de 2022 02:21
Este viernes Israel lanzó una ofensiva sobre Gaza con distintos bombardeos que destruyeron al menos tres puestos de vigilancia palestinos y dos edificios en el centro de la ciudad. Los ataques, casi simultáneos, causaron el fallecimiento de quince personas, entre ellas una niña, y dejaron otras setenta y cinco heridas de diversa gravedad.
Las Brigadas Al-Quds, brazo armado de la Yihad Islámica Palestina (YIP), anunciaron que el líder Tayseer al-Jabari, número dos de la organización, murió en los ataques. La ofensiva israelí venía siendo planificada al menos desde principios de la semana cuando el gobierno del primer ministro Yair Lapid detuvo a un alto dirigente de la YIP en la Cisjordania ocupada, con claras intensiones de provocar alguna respuesta que le sirviera de excusa para un ataque militar.
La organización palestina repudió la detención del dirigente y amenazó con represalias, pero no realizó ninguna acción concreta. No obstante, el gobierno israelí ordenó atacar Gaza “preventivamente”, esgrimiendo que tenía información de un “ataque inminente” de la YIP.
Para entender la situación, recordemos que el 30 de junio el Parlamento israelí votó la dimisión del primer ministro y la convocatoria a nuevas elecciones que tendrán lugar en noviembre de este año. Esto significa un nuevo pico en la crisis que arrastra el régimen desde hace por lo menos cuatro años. Hay que señalar que en las campañas electorales y en momentos de crisis políticas, Palestina se vuelve un tema clave donde cada fracción política o candidato intenta mostrarse más duro contra los palestinos.
Por su parte, y tras los sangrientos ataques israelíes, la YIP respondió en la noche del viernes con el lanzamiento de decenas de ineficaces cohetes en dirección al sur y centro de Israel. Una gran parte de ellos fueron interceptados por misiles tierra-aire israelíes, muy poco después de despegar en el propio cielo de Gaza, y los restantes cayeron en áreas despobladas sin causar daños ni heridos.
Como suele suceder, Egipto, Catar y Naciones Unidas anunciaron que vienen intentando “mediar” entre ambas partes para evitar un “conflicto” a gran escala. Una postura cínica que pretende poner a los dos actores al mismo nivel, como simétricamente responsables. El enviado de la ONU para Medio Oriente, Tor Wennesland, señaló este viernes que “La continua escalada es muy peligrosa. El lanzamiento de cohetes debe cesar inmediatamente, y pido a todas las partes que eviten una escalada aún mayor”. Es decir que para el funcionario es indistintamente condenable la nueva ofensiva israelí que ya causó quince muertos y setenta y cinco heridos y los posteriores lanzamientos de cohetes del grupo islamista que resultan completamente ineficaces. Por si esto fuera poco, Wennesland hizo una velada amenaza contra la población civil palestina.
“Los avances logrados en la apertura gradual de Gaza desde el final de la escalada de mayo (de 2021) corren peligro de deshacerse, lo que provocaría necesidades humanitarias aún mayores en un momento en el que los recursos mundiales están al límite y el apoyo financiero internacional para un esfuerzo humanitario renovado en Gaza no estará fácilmente disponible”, manifestó.
Como ha sucedido históricamente, no estamos ante una simple “escalada” entre dos contendientes, sino ante una nueva ofensiva militar del Estado de Israel contra los palestinos. La sitiada Franja de Gaza, una verdadera “cárcel a cielo abierto”, es una vez más atacada por los misiles de Israel en el marco de la sistemática política colonialista que sostiene todo el arco político israelí y que implica la expulsión y la imposición de un régimen de apartheid sobre los palestinos en su territorio histórico.