Un mes después del comienzo de la invasión turca de Afrin, las autoridades sirias dijeron que enviarían tropas para detener el avance de los turcos y sus aliados en acuerdo con las fuerzas kurdas. Los kurdos niegan cualquier acuerdo con Assad pero admiten haber negociado.
Miércoles 21 de febrero de 2018 17:09
Los rumores de que el Ejército sirio podría llegar a intervenir en la norteña ciudad de Afrin, que se encuentra bajo fuego turco desde hace un mes, detonó palabras desafiantes de parte del Ministro de Asuntos Exteriores turco Mevlüt Çavuşoğlu: "¿Regresará el régimen [de Al Assad a Afrin]? Si es así, ¿para qué? [...] Si el régimen entra para expulsar al PKK y al YPG, no hay problema. Si regresa para proteger al YPG, entonces nadie podrá detener a Turquía ni a los soldados turcos ".
Desde el 20 de enero, las fuerzas armadas turcas y sus aliados están llevando a cabo una ofensiva contra el enclave kurdo de Afrin. El objetivo oficial es expulsar a las fuerzas kurdas de las YPG (Unidades de Protección del Pueblo) que Turquía considera "terroristas" porque están vinculadas al PKK (Partido de los Trabajadores de Kurdistán). Esta ofensiva puso en peligro los objetivos militares de los Estados Unidos en Siria, cuya única fuerza local confiable son los combatientes kurdos, que niegan cualquier conexión con el PKK.
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Esta maniobra militar mostró la tensión de las relaciones entre los Estados Unidos y uno de sus aliados históricos, Turquía. Sin embargo, los norteamericanos, para evitar una mayor degradación de sus relaciones (pero también para evitar tener que actuar en un territorio cuyo espacio aéreo está controlado por Rusia) han decidido dejar actuar a Turquía. Han abandonado a sus aliados kurdos.
Después de un mes de bombardeos y resistencia, el presidente turco Recep Erdoğan quiere ir más allá en su agresión. "En los próximos días se tomarán medidas más rápidas para asediar el centro de Afrin", dijo a los parlamentarios de su partido. El régimen turco quiere dar el siguiente paso: matar de hambre y cortar el suministro a la población de Afrin, incluidos los medicamentos y las necesidades básicas.
Es en este contexto que las fuerzas kurdas primero exigieron que el régimen de Bashar al-Assad "defienda las fronteras" contra la agresión turca y luego negoció con los representantes del régimen para acabar con los ataques de Turquía en Afrin. Aunque los voceros kurdos negaron que se hubiera llegado a ningún acuerdo con Assad, nadie niega el llamado a las fuerzas del régimen para contrarrestar a Turquía o el hecho de que las conversaciones con el régimen de Assad se llevaron a cabo. Tarde o temprano esto solo resultará en el sacrificio del derecho a la autodeterminación del pueblo kurdo.
A diferencia de Rusia, que dio luz verde a la ofensiva turca, aunque permaneció muy discreta a partir de entonces, tanto el régimen sirio como su aliado iraní se opusieron a la operación turca desde el principio. Esto es así porque por un lado, la persecución de Turquía a las fuerzas kurdas podría terminar fortaleciendo a otras sectores de la oposición mucho menos dispuestos a negociar con Damasco, a diferencia de los kurdos; por otro lado, la captura de Afrin podría fortalecer la posición de Turquía en Siria y convertirse en un posible obstáculo para el progreso de Irán en la región.
(Mapa: BBC)
Afrin no es una ciudad estratégica en sí misma, pero en las últimas semanas se ha vuelto central desde el punto de vista de las luchas de poder militar y geopolítico, también desde un punto de vista simbólico, por lo que significa para la moral de los combatientes de diferentes campos en disputa. La situación en Afrin está probando al mismo tiempo la alianza entre Rusia, Turquía e Irán forjada en los últimos meses; una alianza cuyos intereses contradictorios comienzan a ser expuestos en esta nueva fase de la guerra siria.
De hecho, Afrin podría convertirse en un punto de confrontación directa entre Turquía, Siria e Irán. Por el momento, las tropas del ejército sirio no han sido enviadas a Afrin, pero los combatientes "a favor del régimen" (armados por él y financiados por Irán) han sido atacados por las fuerzas turcas cuando estaban tratando de entrar en Afrin. Este es quizás el resultado de la mediación rusa que trata de preservar la relación con Turquía al tiempo que ve el problema de un declive del régimen a favor de grupos "rebeldes". En este sentido, la "defensa de Afrin" por parte del régimen podría ser liderada por estas fuerzas leales pero no directamente por el ejército sirio.
Pero esta ofensiva sobre Afrin también contiene contradicciones significativas para Turquía. De hecho, el riesgo de atascarse en un conflicto con los kurdos es importante, especialmente dado que varios soldados turcos ya han perdido la vida durante esta operación. A esto debe agregarse que para Turquía, incluso en el caso de una victoria en Afrin, será muy difícil ir más allá en otros territorios controlados por los kurdos, al menos sin provocar un escándalo diplomático con el Estados Unidos. El imperialismo norteamericano puede, por el momento, dejar caer sus aliados kurdos en Afrin, pero no puede permitirse eso en todo el territorio dominado por los kurdos en Siria.
En este contexto, algunos especulan que Turquía está aprovechando esta oportunidad para encontrar una salida a esta ofensiva, permitiendo que las fuerzas del régimen se hagan cargo de Afrin, siempre que los kurdos no regresen. Sin embargo, esta opción parece inalcanzable en este momento y conlleva muchos riesgos para Turquía: un retiro de Afrin, incluso bajo el régimen, podría ser presentado por los kurdos como una victoria sobre Turquía; entonces nada puede asegurar que una vez que las fuerzas prorégimen tomen Afrin, no permitan que los kurdos de alguna manera tomen el control de la ciudad, ni siquiera parcialmente.
Es por todo esto que no podemos excluir una escalada en el choque entre potencias regionales que podría tener consecuencias catastróficas para los trabajadores y las masas, que no pueden ni deben confiar en los diversos regímenes reaccionarios de la región, ni en la Rusia de Putin, y mucho menos en las potencias imperialistas.
Ninguna alianza con estas fuerzas reaccionarias puede traer algo positivo para esta población desgarrada y aplastada por años de guerra. Ninguna alianza con estas fuerzas reaccionarias puede garantizar el derecho de autodeterminación para el pueblo kurdo. Es del lado de los trabajadores, los jóvenes y las clases trabajadoras en los países de la región pero también en los países imperialistas que los explotados y oprimidos de Siria encontrarán un apoyo fundamental para exigir la retirada inmediata de Turquía de Afrin, pero también de todos los ejércitos extranjeros, incluidas las tropas imperialistas, para garantizar el derecho a la autodeterminación del pueblo kurdo y del resto de los pueblos de la región.