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Red Internacional
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Elecciones Estados Unidos. Agencia ICE: de antiinmigrante a antidisturbios en elecciones de EE. UU.

Durante la administración de Trump, las labores de por sí infames de las que se encargaba la agencia ICE en materia de regulación migratoria se diversificaron por medio de una orden ejecutiva firmada por el magnate en junio pasado.

Nancy Cázares

Nancy Cázares @nancynan.cazares

Martes 3 de noviembre de 2020 17:03

Según dio a conocer NBC News, elementos del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) y de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), como parte del Departamento de Seguridad Nacional, recibieron instrucciones para alistar la "protección" de propiedad federal en Washington en caso de suscitarse disturbios este martes 3 de noviembre, día de las elecciones en Estados Unidos.

A pesar de que se trata de una medida sin precedentes, no es la primera vez que los recursos de la agencia federal ICE son puestos al servicio de otros operativos. Sus agentes participan también como seguridad adicional en el día de la toma de protesta del nuevo Presidente. 

Esta medida se implementa en el marco de las protestas antiracistas y contra la brutalidad policíaca en Estados Unidos y como parte de la mano dura con la que Trump ha respondido a los reclamos de justicia representados por el Black Lives Matter. Desde su creación en 2003, nunca se había convocado a la ICE con la finalidad de sofocar disturbios durante una jornada electoral.

Y es que durante la administración de Trump, las labores de por sí infames de las que se encargaba la agencia ICE en materia de regulación migratoria se diversificaron por medio de una orden ejecutiva firmada por el magnate en junio pasado. Con esta orden, ICE pasó a formar parte del Grupo de Trabajo para la Protección de las Comunidades Estadounidenses (PACT), junto a la CBP y el Servicio de Protección Federal. PACT no es sino una respuesta reaccionaria que se justificó en la criminalización de las protestas, alegando que es necesario proteger "monumentos y edificios federales" de "anarquistas y extremistas de izquierda".

Así, si bien es cierto que se trata de la primera vez que estas agencias intervendrán en medio de unas elecciones, no será la primera vez que jueguen un rol abiertamente represivo. Ya durante las protestas de este verano en Portland, Oregon, este "Grupo de Trabajo" reprimió protestas durante un par de meses. 

Como decíamos más arriba, esta labor represiva de ICE se ejerce de manera cotidiana en contra de miles de migrantes mexicanos y centroamericanos, principalmente, que tienen que enfrentar no sólo las inhumanas condiciones de detención, sino también todo un entramado de racismo y odio institucional que avaló políticas como las de "tolerancia cero" que separaron cientos de familias y que avala un sinnúmero de violaciones a los Derechos Humanos. Desde tortura hasta esterilizaciones forzadas de las que es responsable directa la administración de Donald Trump. 

Sin embargo, no es exclusivamente bajo el gobierno de Trump que ICE profundizó su rol represivo. Desde su creación en 2003, bajo la administración de George Bush, esta agencia formó parte, junto a otras 21 agencias federales del DHS. Patrulla fronteriza y autoridades migratorias operando por medio de una cadena de mando única y directa en presunta lucha contra el "terrorismo".

En 17 años de existencia, el desarrollo de ICE ha ido de la mano con la militarización de la frontera con México y un sensible aumento en los casos de brutalidad policíaca en los barrios y poblados populares. Se trató de una verdadera reorientación del "terror" derivado de los sucesos del 11 de septiembre de 2011 en contra de las y los trabajadores migrantes. Desde 2003, durante los gobiernos de Bush, Obama y Trump, ICE ha funcionado para lo que fue creada: como el brazo represivo y aleccionador encargado de perseguir, detener, castigar, deportar y desalentar la migración de mano de obra desde el sur del continente. 

Para 2013 ya se había invertido más en ICE que en el FBI, la DEA y el Servicio Secreto juntos. 

Republicanos y demócratas han sacado jugo a la retórica de la "seguridad nacional" para incrementar la inyección de miles de millones de dólares en la aplicación de sus políticas migratorias. Así, entre 2003 y 2016, durante las gestiones de Bush y Obama, el presupuesto de ICE se duplicó de 3.3 mil millones a 6.1 mil millones. Con Trump, este presupuesto ha recibido también importantes aumentos que, con marco en una crisis sanitaria sin precedentes, deja claro de qué lado se encuentran los intereses en la administración del presupuesto. 

El alcance de ICE excede, además, las fronteras estadounidenses, pues también realiza operativos conjuntos con agencias federales de decenas de países.

Así, queda claro que poco significa en materia migratoria la toma del poder por parte de uno u otro de los partidos en disputa. Las deportaciones son parte de la agenda de la Casa Blanca y, demócrata o republicana, por más "amistoso" que se presenten los discursos más "progresistas", la estrategia de seguridad nacional no apunta sino a su endurecimiento y continuidad. Un panorama incierto para casi 11 millones de migrantes irregulares en Estados Unidos.

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