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Red Internacional
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Cine. Ahmad Natche: "El compromiso de un cineasta debe ser reaccionar con imágenes necesarias”

Entrevista al realizador y montajista hispanopalestino Ahmad Natche, el conflicto y las imágenes en medio oriente

Miércoles 2 de junio de 2021 10:28

Ahmad Natche nació en Sevilla y es de ascendencia palestina. Realizador de cortos y largos, también escribe crítica de cine en diversos sitios y publicaciones. Entre sus diversas producciones ha dirigido su mirada hacia la situación de opresión del pueblo palestino con el corto "La llamada de las piedras" y el largometraje "Dos metros de esta tierra", filmado en Ramala. Conversamos con él sobre la situación actual y el lugar de las imágenes en el conflicto.

¿Cómo ves la situación actual en Palestina?  

La reciente crisis en Palestina responde a la estrategia de Israel de escenificar periódicamente un choque de fuerzas mediante el cual legitimar su violencia hacia los palestinos. Con el partido Hamás como enemigo a derrotar y la bloqueada franja de Gaza como escenario principal, el gobierno israelí ha ejecutado una operación de castigo que le sirve para demonizar al pueblo palestino, aduciendo la defensa propia, mientras perpetúa su ocupación. Ofensivas como esta ocurrieron en 2008, 2012 y 2014 con una nula reacción internacional y la misma desproporcionada violencia por parte de Israel. Esta vez, los once días de mayo de 2021 que duró el ataque se saldaron con 248 gazatíes muertos, de los cuales 67 eran niños, y otras 1.900 personas heridas.

Pero la agresión persiste durante los períodos de supuesta calma, aunque de cariz menos espectacular, y afecta a todos los palestinos (no solo a los de Gaza), porque es inseparable del proyecto de dominación sionista en el que se funda Israel. Desde su creación en 1948, al definirse como Estado judío, Israel se propone hacer olvidar sus raíces a una parte de la población: la nativa árabe palestina. Con este fin, hasta el día de hoy la narrativa israelí ha perseguido la fragmentación y la desconexión territorial y cultural de la Palestina histórica. Los procedimientos son múltiples: represión de activismo cultural y político, colonias y muro de separación en Cisjordania, puestos de control militar que impiden la libre circulación entre pueblos o ciudades... También se ha utilizado la asimilación de los palestinos que viven dentro del Estado israelí, eufemísticamente denominados árabes israelíes: palestinos con ciudadanía israelí (alrededor del 20% de la población de Israel) que en la práctica son ciudadanos de segunda.
Lo que la última ofensiva ha puesto de manifiesto con más intensidad que otras veces es precisamente la continuidad de la realidad palestina en este territorio fragmentado. La cadena de sucesos empezó en Jerusalén, con el intento de desalojo de familias árabes de sus casas del barrio de Sheikh Jarrah para ocuparlas con colonos israelíes. Al mismo tiempo, en una clara provocación, el ejército israelí imponía medidas coercitivas en las calles de la ciudad vieja en plena celebración del Ramadán. Desde Gaza se expresó el rechazo a esta situación, y la violencia contra los árabes llegó al interior de Israel (en Haifa, Lod o Nazaret), donde los palestinos fueron blanco de linchamientos por parte de colonos y policía.

Todos los palestinos, con independencia de su ciudadanía, se sintieron igualmente indefensos, víctimas de un régimen de segregación racial que podría homologarse al apartheid de Sudáfrica. Aunque no se habló mucho de ello en los medios internacionales, el noveno día del ataque a Gaza (18 de mayo) los palestinos convocaron una huelga general como protesta en toda la superficie de la Palestina histórica, una acción popular sin precedentes desde la gran huelga de 1936 contra el Mandato británico. Y pienso que uno de los grandes temores de Israel es que cada palestino, sin importar su estatuto personal ni su ubicación, se sienta parte de una identidad común, que trata de borrarse, y la ficción que el sionismo alimenta desde principios del siglo XX de "una tierra sin pueblo para un pueblo sin tierra" se resquebraje.

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En el año 2012 Ahmad estrenó su primer largometraje de ficción como director, filmado en la ciudad palestina de Ramala , "Two Meters of This Land" (Dos metros de esta tierra, 2012).

Sinopsis: Dos metros de esta tierra serían suficientes para mí”, escribió el poeta nacional palestino Mahmoud Darwish. Muy cerca de su tumba en Ramallah durante una tarde de verano, un festival de música se prepara en un teatro al aire libre que se emitirá en la televisión. En esta película que combina drama y documental, los personajes no son actores profesionales.

Tráiler DOS METROS DE ESTA TIERRA · Ahmad Natche from Intermedio DVD on Vimeo.

Actualmente la película Two Meters of This Land (Dos metros de esta tierra, 2012) solo se encuentra disponible en una plataforma para el Estado español: Filmin y es posible que pronto se incorpore a una plataforma de difusión internacional.

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¿Qué pensás de la representación, las imágenes que se generan y las que se dan a conocer, de la situación actual en Palestina y como te posicionas vos como realizador a la hora de producir?

Creo que los medios informativos y la televisión cumplen el papel que la sociedad demanda, nada desdeñable por supuesto, y generan unas imágenes caracterizadas por la urgencia. Pero el dominio del cine es otro. Ante una realidad y en cualquier región del mundo, el compromiso de un cineasta debe ser reaccionar con imágenes necesarias: plantearse con rigor el porqué de su aportación, la naturaleza de su película. En el caso de Palestina, con una permanente presencia en los medios de comunicación y una abundancia de información, esta responsabilidad es tal vez mayor.

Es fácil que el superávit de imágenes informativas conspire contra la visibilidad de determinadas áreas de la realidad, con lo que se hace vital abordarla con nuevas miradas que desvelen lo menos conocido o visibilizado. En mi práctica como realizador, mi propósito es siempre contaminar lo menos posible una realidad con el dispositivo creado por el cine. Que sea en cambio la realidad la que contamine el cine. Para ello suelo recurrir a equipos de producción ligeros, poco numerosos y fundamentalmente del lugar de rodaje. Al mismo tiempo, confío más en la observación que en la invención.

Con esta premisa preparo un proyecto cinematográfico, un largometraje de ficción que se encuentra en fase de desarrollo. Ha merecido el respaldo de una importante institución, AFAC (Fondo Árabe para las Artes y la Cultura), que facilitará su producción y difusión. Se sitúa en Jerusalén y en él estará muy presente la forma en que la experiencia íntima de los personajes se teje con lo urbano. Aún no puedo contar mucho más ni sé cómo los últimos acontecimientos en el mundo y en la zona afectarán a su evolución.

Afiche película "Dos metros de esta tierra"

Mural/ Mahmud Darwish

“Y mi nombre, incluso si fallo al pronunciarlo
con sus seis letras dispuestas en la línea:
“eme”: mano de aventurero, moribundo marchando hacia la muerte
“a”: amigo de la vida, amante, amado, adiós,
“hache”: hermano, humano, huerto y huérfano de hambre
“eme”: un manojo de rosas
“u”: uno, único, unidad,
“de”: destierro, dirección, directriz que me dirige y me desangra,
este nombre es el mío…
y es de mis amigos allá donde se encuentren,
y es mío, en presencia o ausencia, mi cuerpo prefijado…
Me bastarían tan sólo dos metros de esta tierra
(uno setenta y cinco para mí…
y el resto para la flor de colores confusos
que, despacio, me sorbe). Y es mío
aquello que fue mío: mi ayer y lo que será mío,
mi mañana lejano, la vuelta de mi espíritu errante.
Como si nada hubiera sido.
Como si nada hubiera sido,
una pequeña herida en brazos del frívolo presente…
mientras se ríe la Historia de sus víctimas
y sus héroes…
a quienes mira de reojo, y se va…
Este mar, mío,
este aire húmedo, mío
y mi nombre
incluso si fallo al pronunciarlo sobre el ataúd-
es mío.
Mas ahora, tras haberme llenado
de todos los motivos de la marcha,
no soy mío.
Yo no soy mío,
No soy mío.”