Habló de desarrollo sustentable, innovación tecnológica e inclusión social cuando impulsa el fracking y la megaminería y un recorte a medida del FMI.
Miércoles 16 de diciembre de 2020 22:58
Telam
En un discurso de 15 minutos el presidente argentino Alberto Fernandez asumió la presidencia pro tempore del Mercosur por 6 meses. Su predecesor, el derechista presidente uruguayo Lacalle Pou le cedió el mando vía teleconferencia. Fernandez hablo de integración, ecología, desarrollo social y dijo que el Mercosur debe ser una “nave insignia”. Una declaración de intenciones que contrasta con la realidad de la actividad regional, marcada por el Grupo de Lima por derecha y el Grupo de Puebla por centro izquierda.
El mandatario argentino estuvo acompañado por su jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, y su canciller Felipe Solá. Este último es uno de los mayores defensores del agropower en Argentina y fue parte de la negociación con China para la instalación de granjas porcinas, por lo que resulta chocante el discurso ambientalista de Fernández. Más aún, en medio de un proceso de movilizaciones enormes en la provincia de Chubut contra la megaminería contaminante y el apoyo del mandatario a la explotación del yacimiento de Vaca Muerta, todo lo contrario a un “eco Mercosur, bajo en carbono y sustentable”.
Este tema está fuertemente ligado a las exigencias de la Unión Europea para que se termine de cerrar el acuerdo entre los dos bloques. La UE dice estar preocupada especialmente por la deforestación de la Amazonia y el poco compromiso del presidente brasileño Jair Bolsonaro para cumplir lo establecido en el Tratado de París.
En el terreno de la inclusión social, uno de los temas destacados por Fernández, tampoco hay mucho que festejar. La pandemia causó una profunda crisis económica y sanitaria en la región, a la que los países del Mercosur respondieron de diversas maneras pero todos invariablemente fallaron en proteger a las grandes mayorías populares. Particularmente en Argentina, el presupuesto para el 2021 incluye una serie de recortes pedidos por el FMI que solo podrán profundizar esta crisis.
Antes de Alberto Fernández, Lacalle Pou había remarcado la necesidad de alcanzar “consensos” y de “entender y comprender que necesita cada país” con el objetivo de fortalecer el bloque regional.
A continuación, hablaron Bolsonaro; el presidente de Paraguay, Mario Abdo Benítez; el mandatario de Bolivia, Luis Arce Catacora; el de Chile, Sebastián Piñera y representantes diplomáticos de Perú, de Ecuador y de Surinam.
Lo que dejó el discurso de Fernández, además de una buena dosis de cinismo, fue el intento de reflotar un bloque que desde antes de la pandemia está en stand-by por diversas razones. Entre ellas la organización de las derechas regionales en el Grupo de Lima y el intento de formar una contratendencia de centro izquierda liderada por el presidente mexicano Andrés Manuel Lópes Obrador con el Grupo de Puebla.
La elección del demócrata Joe Biden en EE. UU. es el nuevo gran hito político para la región y el intento de reflotar el Mercosur parece venir de la mano de este cambio. Pero aún está por verse qué resultado pueda tener.