ANUNCIO PRESIDENCIAL. Alberto Fernández confirmó que Martín Soria asumirá como ministro de Justicia

Desde el lunes de la semana pasada venían creciendo las especulaciones acerca de quién reemplazaría a Marcela Losardo en el puesto, luego de que el Presidente hubiera dicho en una entrevista con el periodista Gustavo Silvestre que "Marcela (Losardo) me había planteado desde antes su idea de dejar el Ministerio. Ella cree que el tiempo que viene es un tiempo que necesita otra actitud" y que la ahora ex ministra se encontraba "agobiada".

Soria, hijo del fallecido gobernador de Rio Negro, ocupaba hasta hoy un cargo como diputado nacional por esa provincia y también había sido, entre los años 2011 y 2019, intendente de la ciudad de General Roca, momento en el que fue reemplazado por su hermana, María Emilia.

Los Soria siempre han gobernado la zona a favor de las grandes multinacionales, vinculadas al negocio de la fruta, incluyendo el negocio de los puertos, manteniendo la brutal explotación de los trabajadores golondrina venidos desde las provincias del norte del país.

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Recordemos que su padre, Carlos Soria, y por quien Martín se inició en la política, había sido diputado nacional por el peronismo, antes de ser finalmente la máxima autoridad de la SIDE designada por Eduardo Duhalde al momento del asesinato de Dario Santillán y Maximiliano Kosteki en la masacre de Puente Pueyrredón. También había ocupado el cargo de intendente de Roca, igual que sus hijos, antes de asumir como gobernador.

A tono con las afirmaciones del Presidente de las últimas semanas, en las que volvió a cargar contra sectores del Poder Judicial, el nuevo ministro viene de ser parte de las denuncias contra la llamada "mesa judicial" del macrismo, entre ellas, las visitas del juez Hornos a Mauricio Macri cuando este era presidente.

Sin embargo, más allá de las acusaciones cruzadas con sectores del Poder Judicial y los reiterados dichos del Presidente la mal llamada "reforma judicial" no significó más que una serie de limitadas medidas cosméticas para no modificar nada de fondo. Por el contrario, la larga serie de sus privilegios se mantiene intacta.

Por este mismo motivo La Izquierda Diario consultó a Myriam Bregman, quien nos decía: “¿Qué me parece la renuncia de Losardo? Para empezar, no creo que nadie la extrañe… Su gestión fue calamitosa. Ella asume en el Ministerio de Justicia en un momento crítico, con una mesa judicial montada en la Rosada para el manejo de causas que le interesaban al macrismo, como lo vivimos con los trabajadores y trabajadoras de PepsiCo, y después de terribles crímenes políticos como el de Rafael Nahuel y Santiago Maldonado. Nadie podrá decir qué hizo realmente algo para terminar con la impunidad.

La derecha es hábil para imponer sus propósitos ante un gobierno que tiene la marcha atrás fácil; aprovecha que se va la inocua ministra para agitar el fantasma de la “reforma judicial”. La verdad que de lo que se ha visto hasta ahora, esa reforma es centralmente una reorganización y ampliación de juzgados, que no cambia mínimamente el contenido social que guía la actuación de la casta judicial ni de sus privilegios. El presidente habló del juicio por jurados pero no mucho más. Por ahora la clave es que oficialismo y oposición de derecha se tiran con “la justicia” para aglutinar sus respectivas bases electorales”.

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