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Red Internacional
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MUJER Y REVOLUCIÓN. Alejandra Kollontai y la necesidad de una ’revolución psicológica de la humanidad’

En el marco de la Revolución Rusa y muy ligado a la lucha por el fin de la opresión de las mujeres Alejandra Kollontai planteó la necesidad de una revolución psicológica que enfrentara la moral y psicología propias del orden burgués.

Clara Mallo Madrid | @ClaraMallo

Viernes 27 de abril de 2018

Alejandra Kollontai fue una de las grandes organizadoras del movimiento obrero femenino en Rusia y a nivel internacional. Participó como delegada en todas las Conferencias Internacionales de Mujeres Socialistas y profundizó en la teorización de la opresión de la mujer a lo largo de la Historia y bajo el Capitalismo.

El análisis que Kollontai hace de la situación de las mujeres en la sociedad capitalista parte de tres ámbitos distintos: el trabajo, la familia y el mundo personal. Será en relación a este último donde Kollontai aportó más a los debates dentro del marxismo siendo una de las que plantearon como una cuestión central el análisis de las relaciones sexuales y afectivas y cómo estas son un problema que no se restringe al ámbito privado adelantándose incluso a la famosa consigna y parte del programa de las feministas de los 70 de "lo personal es político".

El segundo aspecto que caracteriza su pensamiento respecto a la cuestión de la opresión femenina es cómo pensó de una manera estratégica el fin de la opresión ligándola a la revolución socialista.

Kollontai abordará de una manera radical estas cuestiones sosteniendo la idea de que si la revolución no incorpora la idea del fin de la opresión y de la lucha específica contra todos los efectos y consecuencias que en la vida cotidiana y en la mentalidad humana esta impone, el resultado de la revolución no será el Socialismo.

La necesidad de una revolución psicológica

Según Marx, para construir una nueva sociedad no bastaba con trasformar las relaciones de producción, sino que además era necesaria la aparición de un hombre nuevo. Kollontai asume las palabras de Marx dedicando gran parte de sus trabajos a la necesidad de la revolución psicológica de la humanidad.

Para Kollontai, la nueva clase en ascenso, el proletariado, requiere de una nueva psicología propia, que rompa con la moral y relaciones existentes en la sociedad burguesa. Esta clase social, el proletariado necesita crear sus propios hábitos de vida, sus propios valores y sus modos de relacionarse. Para Kollontai además esta necesaria revolución humana no podía posponerse por ningún triunfo político, debía de integrase desde el minuto uno en el proceso revolucionario.

Enfrenta así la visión de algunos socialistas que sostenían que los problemas del amor, moral y las relaciones son cuestiones relativas a la superestructura y que por lo tanto tenderán a solucionarse de manera natural cuando cambien las bases económicas de la sociedad. Del mismo modo no es ingenua y rechaza las tesis optimistas que sostienen la posibilidad del fin de la opresión en la sociedad actual bajo el capitalismo.

Respecto a la necesidad de incorporar en el proceso revolucionario esta idea de revolución psicológica Kollontai afirmaba que tal cambio, tal revolución psicológica, había comenzado ya a esbozarse, es más, para ella esa revolución había comenzado en las mujeres, con la aparición de lo que ella define como la nueva mujer. Esta posición le supone grandes debates con sus camaradas ya que tradicionalmente tanto teóricos burgueses como muchos marxistas caracterizaban a la mujer como el sector más atrasado y conservador de la sociedad. Kollontai sin embargo sitúa a la mujer como la vanguardia en el cuestionamiento y cambio social.

Esto nos lleva a la definición que Kollontai hace de esta nueva mujer. La clave de ella, y lo que la diferencia de la mujer del pasado, es la toma de conciencia de su opresión. Esta toma de conciencia viene impuesta por su incorporación al mundo del trabajo asalariado, por la salida de la reclusión del hogar y la esfera privada.

"La mujer no tiene otro remedio que adaptarse rápidamente a las condiciones transformadas de su existencia, a revisar a toda prisa las «verdades» morales que le proporcionaron las abuelas del pasado."

Este cambio de mentalidad, esta toma de conciencia de su opresión, se expresa en primer lugar las mujeres proletarias, resultado de las contradicciones que generan sus nuevas condiciones de vida.

"Es precisamente en las capas más profundas de la sociedad donde la mujer experimenta más rápida y profundamente la transformación psicológica, sentimental, moral e ideológica, avanzando en la toma de conciencia de su opresión."

Así para Kollontai la nueva mujer como tipo generalizado es un producto de la evolución de las relaciones de producción y de la incorporación de la fuerza de trabajo femenina al mundo asalariado. Momento en el que se sientan las bases, al menos materiales, para la emancipación de la mujer.

Esta nueva mujer, en su toma de conciencia, inicia una lucha contra la servidumbre de la mujer en el Estado, en la familia, en la fábrica y en la sociedad. En esta pelea contra la servidumbre de la mujer en algunos ámbitos se incorpora la mujer burguesa. Por tanto la nueva mujer, como tipo, podemos encontrarla también en la burguesía, de ahí el feminismo burgués que pelea dentro del marco burgués por la equiparación de derechos con el hombre. Sin embargo aquí Kollontai hará una importante diferenciación:

Aunque asume que: "La nueva mujer (...) se encuentra en todas las clases sociales". Sin embargo, la mujer nueva de la clase burguesa no es más que un tipo accidental, episódico, son las obreras la auténtica vanguardia de la emancipación de la mujer. y las únicas que pueden llevar hasta el final con el programa de su clase la emancipación de todas las mujeres. Y Kollontai expresa con rabia "las proletarias llevan ya años trabajando cuando las sufragistas reclaman como algo novedoso el trabajo para ellas, y no se dan cuenta de que, si pueden reivindicar el derecho al trabajo en las profesiones liberales es gracias a aque otras mujeres llevan años pudriéndose en las fábricas".

¿Como incorporar la lucha específica contra la opresión en la revolución?

Siguiendo la lógica bolchevique de que con la igualdad legal no bastaba para terminar con la opresión y se hacía necesario liberar a la mujer de la esclavitud del hogar, Kollontai plantea que la socialización de las tareas domésticas así como la redefinición de la maternidad, eran tarea inaplazable para la revolución. Para Kollontai además existe una segunda cuestión que debía caracterizar la revolución. Sin que se dé una verdadera revolución psicológica, una revolución en la relación entre los distintos sexos y sin el desarrollo de un nuevo concepto de amor no se podrá avanzar hacia la verdadera emancipación de las mujeres.

Lo avanzado de estos planteamientos respecto a la revolución psicológica, moral y sexual chocan de frente con la posición mantenida por Alejandra Kollontai en el periodo de burocratización del nuevo estado soviético, frente al cual mantuvo un silencio absoluto. Esta es una gran contradicción en su trayectoria cuando bajo el régimen de Stalin muchas de las conquistas de las mujeres retrocedieron y se desacreditaron todas las ideas, que como las planteadas por ella respecto a la liberación de la mujer, se habían debatido en los primeros años de la revolución.

A más de cien años de la Revolución Rusa las tareas de emancipación de las mujeres y la lucha contra el capitalismo siguen pendientes. Por ello, hoy se hace necesario profundizar en las batallas que Kollontai y otras revolucionarias dieron por terminar con la opresión de la mujer e integrar esta cuestión del modo en que se merece dentro del marxismo y la estrategia socialista.