Desde los atentados de París, el presidente francés François Hollande viene pidiendo que otros Estados le sigan en su escalada militar en Siria. Ángela Merkel se reunió con Hollande este miércoles para prometerle más “compromiso” y “responsabilidad”.
Viernes 27 de noviembre de 2015
Foto: EFE, Yoan Valat.
“El Estado Islámico se combate con métodos militares”. Esta fue una de las afirmaciones clave de la canciller alemana el día de ayer. En la mañana participó del debate general sobre el presupuesto 2016 en el Parlamento. Allí anticipó que Francia podrá contar con más compromiso por parte de sus aliados alemanes.
Pocas horas después se juntó con François Hollande en París donde el presidente galo reiteró su pedido de apoyo militar por parte de Alemania: “Si Alemania pudiera ir más allá [de su compromiso actual], sería una señal muy bienvenida”. Esto se da en el marco de una campaña por una gran coalición anti-EI del gobierno francés. El martes se reunió con el presidente norteamericano Barack Obama y el jueves con el presidente ruso Vladimir Putin. Aunque el derribo turco de un avión ruso le dio un primer revés a estos planes, sigue ofensivo con su política guerrera.
Y Merkel le respondió: “Vamos estar al lado de Francia”. La frase antes citada demuestra claramente hacia qué dirección va la situación. Es cosa del pasado el tiempo en que el gobierno alemán se mantenía relativamente alejado de los focos más críticos, solo enviando armamento o entrenando e interviniendo en regiones de África menos arriesgados.
Ese giro bélico del gobierno alemán es un fuerte apoyo político a Francia y un mensaje claro al resto de los países imperialistas, como el Estado español o Gran Bretaña, que por su parte anunciaron también medidas militaristas.
Son varias las medidas propuestas por la Ministra de Defensa Úrsula von der Leyen (CDU). Primero está la de aumentar las tropas en Mali, que recientemente atravesó una toma de rehenes en un hotel en la capital, Bamako, donde murieron más de 20 personas. Alemania ya tiene 208 soldados en el país africano y el aumento será hasta los 650 para liberar al ejército francés.
La intervención de Alemania como parte de la coalición anti-EI dirigida por EE.UU. hasta ahora se limitó a la instrucción de los peshmergas kurdos y el armamento de sus tropas. Actualmente se encuentran 100 soldados estacionados en el norte de Iraq con esa tarea. Según los planes del gobierno, en breve serán 50 soldados más.
Como medidas de apoyo al ejército francés, Alemania pondrá a disposición un avión nodriza, y enviará un satélite del ejército sobre Siria para la exploración de las tropas enemigas del EI. La fragata “Hamburgo” de la marina federal escoltará al portaaviones francés “Charles de Gaulle”.
Pero más allá de estas medidas de apoyo a sus aliados, lo que realmente constituye un salto es la injerencia directa en la guerra civil siria a través de los aviones de reconocimiento “tornado” que ya fueron utilizadas en la intervención militar de la OTAN en los Balcanes y en la guerra de Afganistán. Estos aviones pueden detectar posiciones enemigas, interferir en posiciones de defensa antiaérea e incluso atacarlos si llevan bombas.
Teniendo en cuenta que la casta política de conjunto acuerda con lo que dijo Merkel -que solo hay una solución militar a los avances del EI y una escalada militar internacional de la que ahora forma parte Alemania-, todo va en la dirección de un mayor compromiso bélico de Alemania, que no se detendrá en las medidas tomadas hasta ahora.
En los últimos años, la posición de “tomar más responsabilidad en el mundo” ganó mayor peso en la clase dominante. Actualmente, el ejército alemán está interviniendo en diez países: Kosovo, Mali, Afganistán, Líbano, Iraq, Turquía, Sahara occidental, Sudán, Sudán del sur y Somalia. Pero esto no le basta al imperialismo alemán, que aspira a someter regiones más allá de su periferia en Europa del este y sur. Para eso necesariamente tendrá que intervenir más directamente en conflictos geopolíticos como el de Siria e involucrarse más, lo que al mismo tiempo aumenta los posibles riesgos.
El peligro de ataques terroristas hacia la población de Alemania por parte del EI aumentará proporcionalmente a una mayor intervención militar del ejército alemán. Son “sus guerras”, por intereses ajenos al pueblo trabajador, las que siembran las causas profundas tanto de la huida de millones de personas como del terror reaccionario del EI. Pero serán “nuestras víctimas” las que sufrirán las consecuencias de la matanza imperialista.
Muchos en Alemania sienten miedo de perder a uno de los suyos. La izquierda revolucionaria, que junto con miles de jóvenes el 19 de noviembre se solidarizó con los refugiados y marchó contra el racismo del Estado y de los movimientos de extrema derecha, tiene que buscar las vías de transformar ese miedo en un movimiento en contra el racismo, la derecha, las deportaciones a los refugiados y la guerra imperialista. Para esto también tendrá que enfrentar las restricciones a las libertades democráticas y la represión policial. Pero es que la lucha contra nuestro propio gobierno imperialista desde una perspectiva internacionalista y de clase es la única forma de impedir más muertes innecesarias, tanto en Medio Oriente como en Europa.