El polémico jefe de la oficina de presidencia, Alfonso Romo, vuelve a estar en la mira tras saberse que es dueño de la empresa Enerall, que desde 2007 ha tenido concesiones para explotar el agua subterránea de Yucatán.
Miércoles 4 de marzo de 2020
Alfonso Romo, el empresario en Palacio Nacional protagoniza un nuevo escándalo. En días recientes salió a la luz que Romo es dueño de la empresa Enerall, fundada en 2007 y que en 10 años obtuvo varias concesiones para explotar el agua subterránea en Yucatán.
La empresa reunió 15 mil hectáreas para la explotación del agua, convirtiéndose en la mayor explotadora de agua en Yucatán y la tercera en todo México.
El volumen de agua que explota anualmente podría llenar 17 veces el Estadio Azteca, gracias a los 23 títulos para la explotación de agua otorgados entre 2012 y 2018.
El escándalo estalló cuando en abril del 2018 la Procuraduría Federal de Protección al Medio Ambiente (Profepa) investigó un megaproyecto impulsado por Romo en el que el resultado fue un cenote de 5 mil 500 metros cuadrados tapado con tierra y rocas, convertido en fango. Pese al delito ambiental, las investigaciones quedaron empantanadas.
En plena campaña electoral el escándalo de la empresa era inevitable, por lo cual Romo tuvo que “renunciar” a la misma, pero sigue en manos de su familia.
El escándalo es inevitable, hay un ecocida en el Palacio Nacional y no es menor, en un país con 15 asesinatos a defensores del medio ambiente.
Pese al discurso en campaña contra la megaminería y los megaproyectos del presidente Andrés Manuel López Obrador, desde el primer momento se confirmó la continuidad de la megamineria con capital mayoritariamente canadiense y el Tren maya, pese a la oposición de las comunidades indígenas.
"¿Voy a renunciar?"
Tras el escándalo que tomo relevancia en estos días, Alfonso Romo comentó: “¿Voy a renunciar? Claro que no, por supuesto que no, no tengo ningún conflicto de interés, ni medio ambiental”.
Así, de esta manera, cínica aseguró que no tiene ya ninguna relación con la empresa aunque siga siendo propiedad de su familia.
Conforme pasa el tiempo, comienzan a surgir las contradicciones de la Cuarta Transformación y sus amigos empresarios que ocupan cargos importantes y que continúan teniendo una enorme influencia en las principales decisiones políticas y económicas del país, mientras siguen asesinando a defensores del medio ambiente como Samir Flores.
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López Obrador prometió hacer investigar el caso, pero esto no podrá borrar el daño ambiental en la Península de Yucatán ni las críticas a los funcionarios de su gobierno.