Carta de un joven trabajador de la industria automotriz de Brasil: "Algo que debe cambiar"
Jueves 16 de octubre de 2014
Soy un joven de 21 años, nacido en Goiana. Mi padre hace 30 años se dedica a la zafra, mi abuelo y mi bisabuelo también lo hicieron. Doce años atrás, esta región era solo reconocida por la caña de azúcar, por la caña de azúcar y como si fuera poco por la caña de azúcar. Nuestro litoral norte, en Pernambuco, es conocido por ser "la tierra de los usineros", que son los dueños de un sinnúmero de ingenios. Hoy el paisaje es diferente y las expectativas también. A donde era todo verde de cañaverales, hoy se levantan grandes obras de monstruos de la industria. La cervecería de Ambev, la vidriera de Brennand y la mayor de todas, la del grupo Fiat- Chrysler. Sin dudas, los grandes cambios se produjeron en la geografía.
Tuve la fortuna, que hace casi 2 años, Fiat me seleccionó para formar parte del "proyecto Pernambuco". Mi formación cambio, evolucionó, las rutas también. Ya se ven menos esos cuerpos siempre sin remeras en el camino. Es que hoy el cortador de caña va de mameluco a su trabajo, y el horario lo rige un marcador digital y no la salida y el ocaso del sol.
Sin lugar a dudas esta región está cambiando, ya cambio. Pero hay cosas que parecen no cambiar. Hace dos años que, en Fiat, los empleados "horistas" tenemos el mismo salario y el mismo reclamo. ¿Por qué no tenemos un sindicato que nos defienda? ¿Porque solo, nos podemos contactar con el sindicato, de forma clandestina? ¿Porque no recibimos los mismos beneficios que nuestros compañeros en Minas Gerais? (cesta básica, participación de lucros e paritarias) ¿Porque nuestro salario es apenas 200 reales superior al salario mínimo? Puedo responder, porque el grupo FIAT ya nos respondió: formamos parte de un "proyecto", y que hoy la fabrica no produce autos todavía. Hace aproximadamente 6 meses atrás, varios compañeros dejaron de lado la ilusión y buscaron otros caminos como respuesta al bajísimo salario ofrecido.
Para frenar la salida de sus recursos humanos, el grupo FIAT utilizó un recurso legal, aludiendo que estaba invirtiendo miles de reales en entrenamiento, y que nosotros asumíamos el compromiso, en un tiempo no menor a dos años en la fábrica. Caso contrario, Fiat iniciaría “acciones legales en concepto de indemnización” (!!). Ciertamente el recurso dio efecto y la mayoría se refugió en el silencio. En esa misma semana fuimos informados por nuestros superiores que los reclamos de " todo tipo" debían encaminarse dentro y no recurrir a sindicatos porque quien recurre a esa instancia “se está disconforme” (deducciones lógicas, si las hay). Entonces concluyo: sí, mi paisaje cambio, mi ropa de trabajo cambio. Hay algo que debe cambiar, y esperamos ese cambio y el apoyo de nuestro sindicato.