El INE informó que el Índice de Precios al Consumidor sufrió un alza en el mes de julio de un 0,1% repercutiendo especialmente en alimentos y bebidas, con principales alzas en el pan y los cereales.
Viernes 7 de agosto de 2020
El Instituto Nacional de Estadísticas informó que este mes de julio el Índice de Precios al Consumidor, que determina la variación de precios de los bienes básicos, tuvo un alza de un 0,1%, cortando con ello 2 meses de inflación a la baja.
Así mismo, el Instituto señaló que la inflación acumulada durante este año va en un 1,3% y si tomamos los últimos 12 meses es de 2,5%.
Los alimentos son los que mayormente inciden en la variación del IPC manteniendo una tendencia al alza en los últimos 2 meses, destacando el alza del pan y los cereales.
Por ejemplo el pan subió un 3% de precio en el último mes, acumulando un 5,4% en los últimos 12 meses.
Desde el gobierno el ministro de Agricultura, Antonio Walker, señaló que “la inflación está controlada, es una muy buena noticia para los chilenos”.
Sobre el alza de los alimentos señaló que debido al confinamiento la población cocina más y que por al subir la demanda subió el precio.
A su vez, el ministro de Economía, Lucas Palacios, también minimizó las alzas, señalando que el aumento en alimentos se contrastaba con el descenso en transportes.
A nivel de divisiones, destacaron las alzas de precios en alimentos y bebidas no alcohólicas, y en bebidas alcohólicas y tabaco, contrarrestadas por el descenso en transportes. (Sigue...)
— Lucas Palacios (@LucasPalaciosC) August 7, 2020
Llama la atención que desde el gobierno minimizan los efectos de la crisis social, como si el alza en el pan fuera un asunto menor. Bien sabemos que los gobernantes no tienen idea de las condiciones de vida de la población, basta sólo recordar al ex ministro Mañalich señalando que no conocía el nivel de pobreza que había en el país.
La población está sufriendo por la pandemia, pero además por el hambre y los despidos. En este marco, las alzas a los bienes básicos son un duro golpe a las familias trabajadoras y en particular en los hogares más pobres, en donde las migajas del gobierno no logran dar respuesta a la miseria.
Para enfrentar el hambre es necesario un plan de emergencia que asegure sueldos de cuarentena de $500.000, como el congelamiento de precios, la condonación de deudas, etc. medidas que irían en derecho beneficio de los más pobres.
Sin embargo un plan de este tipo requiere imponerse mediante la fuerza de los trabajadores, es deber de las principales centrales sindicales del país el ponerle fin a la tregua con el gobierno y exigir, mediante un paro nacional, medidas de emergencia para paliar la crisis.
