“El próximo presidente encontrará en México y en su gobierno una disposición constructiva, y de buena fe”, declaró Peña Nieto en la conferencia de prensa brindada con Obama.
Viernes 22 de julio de 2016
Del último encuentro oficial entre el presidente saliente de Estados Unidos y Peña Nieto participaron por la delegación mexicana los secretarios de Relaciones Exteriores, Claudia Ruiz Massieu; de Hacienda, Luis Videgaray; de Economía, Ildefonso Guajardo; y la procuradora General de la República, Arely Gómez.
Mientras por parte del país anfitrión fueron parte de la delegación los secretarios de Comercio, Penny Pritzker; de Trabajo, Thomas Pérez; de Seguridad Interna, Jeh Johnson; y la consejera de Seguridad Nacional, Susan Rice, entre otros funcionarios.
Aval para profundizar proceso de recolonización
Durante la conferencia de prensa, Barack Obama adoptó un tono mesurado. Afirmó que su administración “valora enormemente” la “relación duradera” con México y los “lazos extraordinarios” que unen a los pueblos de los dos países.
La valoración positiva de esta larga relación bilateral, señaló el presidente estadounidense, en ocasiones pasa desapercibida, “especialmente considerando la encendida retórica que a veces tenemos que escuchar”.
Por su parte, el mandatario mexicano afirmó “A la señora Hillary Clinton y al señor Trump quiero expresarles mis mayores respetos; con el candidato ganador buscaremos un diálogo franco y abierto”.
Por la boca muere el pez. Sumisión a la administración estadounidense que esté de
turno es el mensaje hecho público por el presidente Peña Nieto en la conferencia de prensa conjunta con Barack Obama en la Casa Blanca tras su reunión de hoy.
A su vez, ante una pregunta explícita, negó haber realizado una comparación entre el candidato republicano Donald Trump con Hitler o Mussolini.
Ésa es la respuesta de Peña Nieto ante el enorme descontento que ha generado la campaña xenófoba de Donald Trump. Una respuesta que es parte de la nula reacción ante cada una de las ofensas y amenazas del magnate, que han incluido tachar de “violadores” y traficantes de drogas al conjunto de los mexicanos, la construcción del muro a lo largo de los 3,185 kilómetros de frontera entre ambos países, el discurso proteccionista lanzado en el último periodo de la campaña del millonario, señalando el TLC y otros acuerdos como responsables del alza del desempleo en Estados Unidos.
No es ninguna novedad. Quien gobierna en México opera como gerente de los negocios de las trasnacionales, la administración estadounidense y los organismos internacionales.
Ellos exigieron reformas estructurales, Peña Nieto fue quién las intenta llevar a cabo, con el apoyo de los partidos del Congreso y de las direcciones sindicales vendidas, como Romero Deschamps del sindicato de petroleros y Juan Díaz de la Torre del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación.
Te puede interesar:
Donald Trump y la crisis de bipartidismo estadounidense