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Red Internacional
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Chile

Estudiantil. Altas expectativas tras PSU, incertidumbre respecto a gratuidad de la educación

Finalizó una nueva Prueba de Selección Universitaria (PSU) y más de 280 mil jóvenes fueron a rendirla con la esperanza de poder estudiar en la universidad, miles de ellos queriendo hacerlo de manera gratuita. Sin embargo, la educación gratuita 100% financiada por el Estado aún está en la incertidumbre, mientras Gobierno insiste en mantener intacta la educación de mercado.

Miércoles 2 de diciembre de 2015

Fueron alrededor de 289.444 los estudiantes que se inscribieron para rendir la PSU que seleccionará a quienes entrarán al sistema de educación superior el próximo año. Partió el lunes con Lenguaje y Comunicación (obligatoria) y siguió con la optativa de Ciencias; luego el martes comenzó con Matemáticas (obligatoria), para dar paso a la opcional de Historia y Geografía. Tal como todos los años, miles de jóvenes asistieron con la esperanza de poder estudiar en la universidad, en un país donde educarse está lejos de ser un derecho garantizado, más bien es un privilegio.

Todos los años se inscriben miles de jóvenes para dar la PSU, sin embargo, este 2015 la asistencia fue mucho más notoria. ¿Serán las expectativas ante la posibilidad de estudiar gratis? Todo apunta a que el debate educacional y el proyecto de reforma presentado por el Gobierno han aumentado las confianzas en poder estudiar gratis, principalmente por la glosa de gratuidad presentada. Esta plantea financiamiento total para los cinco primeros deciles- aunque esto dependerá si la iniciativa es aprobada en el Congreso- lo que en concreto significa gratuidad para un 20% del total de la matrícula del sistema, es decir, alrededor de 234 mil estudiantes. Todo esto a través de becas y créditos. De gratuidad universal, nada.

En este sentido, las expectativas de miles de jóvenes por querer estudiar de manera gratuita no se condicen con la postura del Gobierno y el régimen político que ha buscado postergar la demanda histórica del movimiento estudiantil durante años. Hablan de gratuidad, pero lo cierto es que el Estado invertirá algo más de dinero para seguir extendiendo las becas y los créditos que mantienen endeudados a miles de personas. La demanda de los estudiantes que irrumpieron el 2011 no es un 20% de gratuidad, es gratuidad para todos, 100% financiada por el Estado; es exigir que se termine con la educación de mercado avalada y mantenida por todos los gobiernos post Dictadura y, ahora, por la Nueva Mayoría.

El filtro de clases llamado PSU, la necesidad de acceso irrestricto

Acorde a la lógica de educación de mercado y competencia, la PSU no se queda atrás. Son diversos los estudios- incluido internacionales como el informe de la consultora internacional Pearson, el año 2013- que establecen que dicha prueba no hace más que discriminar, segregar y dejar a la deriva a miles de jóvenes pobres que vienen de colegios municipales y que son parte de las instituciones educacionales conocidas como “vulnerables”. Por ejemplo, en el año 2013 de los 230 mil jóvenes que rindieron la PSU, el 30% provino de establecimientos técnicos profesionales; en el 2014 sólo 12 colegios municipales obtuvieron más de 600 puntos, de un universo de 451 recintos públicos, es decir, el 2,6%. Al contrario de esto, más de 200 establecimientos privados superaron los 600 puntos y todos los años se ubican en el ranking PSU como los colegios que mejor puntaje sacan.

En el año 2014 se publicó un ranking con los 100 colegios que obtuvieron los mejores puntajes PSU. De estos, 94 establecimientos son particulares pagados, cuatro municipales y dos particulares subvencionados. Las Condes, Vitacura, La Reina, Providencia, son algunas de las comunas que más se mencionan en el documento.

Las diferencias educacionales en Chile están directamente relacionadas con el sustento económico que tienen las personas. Hay educación para pobres y para ricos; algunos entran fácilmente a la universidad, son preparados todos los años para rendir la PSU, obtienen una buena educación y tienen la posibilidad de pagar. Otros, la mayoría del país, estudian en colegios empobrecidos, sin las condiciones materiales adecuadas, desplazados y sin ninguna garantía por parte del Estado. Así es la realidad que ha creado el sistema capitalista y la educación de mercado, donde todo se mide por la capacidad de pago de las personas, donde todo es un negocio, incluida la PSU.

El negocio de la PSU es conocido. El organismo que está a cargo es el Consejo de Rectores (CRUCH), que reúne a 25 universidades estatales y privadas. Por su parte, el DEMRE (Departamento de Evaluación, Medición y Registro Educacional de la Universidad de Chile) genera los bancos de preguntas y está al mando de los 250 mil (aproximados) estudiantes que rinden la prueba, los que deben costear $26 mil sólo por dar la prueba. Sólo la Universidad de Chile recauda $7 mil millones por PSU.

La educación y la demanda de gratuidad siguen marcando la pauta y se espera que este 2016 tome aún más fuerza por los anuncios planteados por el Gobierno y por el constante descontento que recorre colegios y universidades. Está en las manos de miles de jóvenes poder terminar con el negocio de la educación de mercado, movilizarse y luchar para que esta sea 100% gratuita y financiada por el Estado. La educación de mercado es herencia de la Dictadura, es expresión de competencia y discriminación, lo mismo que las pruebas estandarizadas como la PSU que son otro filtro de clases más. Por lo tanto, parte de la lucha por la educación gratuita tiene que ser también la exigencia de que se acaben dichas pruebas y que el ingreso a los establecimientos educacionales sea de manera irrestricto, libre, sin condiciones, más que el derecho legítimo de educarse.