Ante la escalada del conflicto y la declaración de guerra del Estado de Israel contra el pueblo palestino, publicamos esta declaración de las organizaciones socialistas revolucionarias de la Fracción Trotskista - Cuarta Internacional. Defendemos el derecho a la resistencia y la autodeterminación nacional del pueblo palestino. Luchamos por una Palestina obrera y socialista. No compartimos la estrategia y los métodos de Hamas.
Martes 10 de octubre de 2023 12:45
En la madrugada del sábado 7 de octubre, milicias de Hamas, organización que controla el gobierno de la Franja de Gaza, llevaron adelante la incursión armada en territorio israelí más importante en los últimos 50 años, con el lanzamiento de cerca de 5.000 misiles, junto al ingreso de cientos de milicianos en aldeas cercanas a la Franja. La operación militar dejó un saldo de alrededor de más de un centenar de rehenes y alrededor de un millar de muertos, incluyendo cientos de jóvenes que estaban en una fiesta, familias que vivían en kibutz y otras tantas que no tenían ninguna función militar.
El 8 de octubre, el primer ministro israelí, el ultra derechista Benjamin Netanyahu anunció una “guerra larga y difícil” como respuesta a los ataques. El portavoz israelí de las Fuerzas de Defensa comunicó la evacuación militar de localidades situadas cerca de la frontera con Gaza. También han cortado el suministro de electricidad, combustible y todo tipo de productos de primera necesidad a los más de 2 millones de habitantes de la Franja. “Estamos luchando contra bestias humanas y actuamos en consecuencia”, señaló el ministro de Defensa de Israel, Yoav Gallant. Son los preparativos de lo que Netanyahu anunció como una "fase ofensiva, que continuará sin limitaciones ni tregua hasta que se alcancen los objetivos". El primer ministro israelí aseguró que el Ejército de su país utilizará "todo su poder" e instó a los palestinos a abandonar la Franja de Gaza al advertir que reducirá "a escombros" las instalaciones de la zona.
Israel ha lanzado fuertes bombardeos a edificios enteros e instalaciones sanitarias en la Franja de Gaza, junto con locaciones que según el ejército sionista serían centros de operaciones de las milicias de Hamas. En las primeras 48 horas, ya se contabilizan al menos 700 muertos palestinos. La nueva fase ofensiva incluirá ataques mucho más mortíferos y no se descarta el ingreso de tropas a la Franja de Gaza. En las últimas horas la situación viene escalando de manera acelerada. Los ataques israelíes se han extendido al Líbano. Y el imperialismo norteamericano ha anunciado el refuerzo de su presencia militar.
La acción de Hamas junto a milicias de la Yihad islámica y otros grupos de la resistencia palestina como el FPLP no tiene precedentes en las últimas décadas y generó una verdadera conmoción en Israel y a nivel mundial. La operación “tormenta de Al Aqsa” se basó en una acción coordinada y planificada por las milicias que humilló a uno de los Estados más armados del mundo, mostrando una crisis profunda de los aparatos de inteligencia y seguridad. La respuesta de Netanyahu fue inmediata: declarar el “Estado de guerra” y obligar a todos los partidos, incluida la oposición, a cerrar filas para reconstruir una unidad nacional reaccionaria detrás de su gobierno, que venía siendo duramente cuestionado y pendía de un hilo.
Netanyahu, que tiene varias acusaciones por corrupción, viene enfrentando este año una importante crisis, con masivas movilizaciones en las principales ciudades de Israel contra su intento de reforma judicial para sumar todo el poder detrás del Ejecutivo. Apoyado únicamente por los partidos ultraderechista y religiosos de su coalición de gobierno, viene siendo cuestionado incluso por sectores de elite del ejército y los reservistas del ejército, que amenazaron con la insumisión. La recreación de una “unidad nacional” contra el enemigo externo le ha permitido por ahora cerrar filas, pero más allá de la coyuntura inmediata ha quedada expuesta su debilidad.
A nivel mundial, los Estados imperialistas europeos y Estados Unidos que venían cuestionando parcialmente la política de Netanyahu, un aliado de Donald Trump, y su coalición de extrema derecha, se alinearon de forma incondicional con el Estado de Israel, condenando los ataques de Hamas como “terrorismo” y asegurando que Israel tiene todo el “derecho a defenderse”.
La Comisión Europea anunció que "revisará" la ayuda financiera para las autoridades palestinas. Una medida “de guerra” que padecerá la población civil. En Alemania, principal potencia imperialista de la UE, todos los partidos burgueses, incluyendo la extrema derecha de Alternativa por Alemania apoyaron a Israel. El gobierno alemán también anunció que reforzará la represión contra las manifestaciones y grupos propalestinos.
Israel tiene uno de los ejércitos más poderosos del mundo, armado hasta los dientes por Estados Unidos y la UE, con potencia nuclear. Y ejerce desde su fundación en 1948 sobre la base de la limpieza étnica de la población árabe una brutal opresión contra el pueblo palestino, al cual le arrebató en sucesivas guerras la mayoría de su territorio, dejándolo cercado en dos franjas estrechas sin unidad territorial. Los gobiernos del mundo que apoyan a Israel hacen la vista gorda ante los permanentes asesinatos, torturas y todo tipo de vejaciones que comete el gobierno de Netanyahu, considerado el más derechista de la historia del Estado de Israel. Y cuando hacen alguna referencia ponen un signo igual entre la violencia de los opresores y los oprimidos. En 2014, Israel lanzó la operación “Acantilado poderoso” con bombardeos sobre la Franja de Gaza que provocó más de 2310 palestinos asesinados. Los que realmente tienen derecho a defenderse son los palestinos que desde hace 75 años padecen la ocupación militar de su territorio y políticas de exterminio. Con su apoyo “incondicional” a Israel, los Estados imperialistas avalan nuevas masacres sobre el pueblo palestino.
Una situación mundial turbulenta
La escalada del conflicto israelí-palestino se produce en medio de una situación mundial turbulenta, con grandes tensiones y cambios geopolíticos. Hace pocas semanas se anunciaba la posibilidad de un acuerdo entre Arabia Saudí e Israel, promovido por Estados Unidos, para el reconocimiento del Estado de Israel por la monarquía de Mohammed bin Salman. Este pacto, que no contemplaba otorgar ninguna concesión importante a los palestinos, hubiera significado un punto de inflexión en las relaciones geopolíticas de Israel, hacia una mayor “normalización” de sus relaciones con los países árabes, siguiendo la estela de los "Acuerdos de Abraham" impulsados por Trump. El pasado 20 septiembre, Biden y Netanyahu abordaron el tema en Nueva York. El acercamiento entre Israel y la monarquía saudí venía a contrarrestar el anuncio de un restablecimiento de relaciones entre Arabia Saudí e Irán, promovido por China.
Ahora, el pacto con la monarquía saudí se complica enormemente con la acción de Hamas y la declaración de guerra de Israel. Por su parte, Irán, principal potencia regional enfrentada a Arabia Saudí e Israel, manifestó su apoyo a la operación tormenta Al Aqsa de Hamas, al igual que lo hizo el presidente sirio Bashar al-Ásad. Irán tiene una alianza estratégica con Hezbollah, quienes mantienen un enfrentamiento militar con Israel desde el sur del Líbano y el domingo lanzaron misiles “en solidaridad” con la ofensiva de Hamas y con la resistencia palestina.
La nueva escalada del conflicto israelí-palestino ha llevado a que el Pentágono aparque las críticas a Netanyahu por la reforma judicial, brindando su apoyo “inquebrantable” a Israel. Biden ha anunciado el envío de barcos y aviones militares, incluido portaviones ‘Gerald R. Ford’ y sus buques de apoyo. Sin embargo, Biden no lo tiene fácil, en medio de una grave crisis política en Estados Unidos, con el riesgo de “cierre de la administración” y partidas presupuestarias postergadas (entre ellas las ayudas financieras para Ucrania) después de la destitución del republicano Kevin McCarthy como líder de la Cámara Baja de EEUU, por una moción de censura presentada por su propio partido.
La declaración de guerra por Israel, y la posibilidad de una escalada regional del conflicto suman inestabilidad a una convulsiva situación internacional, marcada por la guerra en Ucrania, que ya lleva 19 meses y el aumento de las tensiones entre el bloque de la OTAN con Rusia y China.
La resistencia palestina y la estrategia de Hamas
La Autoridad Nacional Palestina, encabezada por Mahmud Abbas se encuentra hace mucho tiempo en una crisis terminal. La ofensiva israelí durante los últimos años relegó a Abbas a una posición aún más irrelevante y dejó expuesta su política de colaboración con los ocupantes.
La acción de Hamas, la Yihad islámica y otros grupos de la resistencia palestina como el FPLP llega en un contexto en el que se venía advirtiendo sobre la posibilidad de surgimiento de una “tercera intifada” palestina ante el agravamiento de la represión y las provocaciones por parte de la coalición derechista de gobierno y los colonos sionistas. Asesinatos, represión, derribo de casas, detenciones arbitrarias y ataques a la población en los territorios ocupados y a los palestinos que viven como ciudadanos de segunda en el Estado de Israel. Por ese motivo, la acción de Hamas fue celebrada en todos los territorios palestinos, ya que se vio como la posibilidad de continuar la resistencia contra el opresor, una resistencia que todos los Estados imperialistas del planeta quieren borrar. La incursión armada mostró una imagen de vulnerabilidad de “Goliat” frente al “David” de la resistencia palestina, lo que también cosechó enormes simpatías entre las poblaciones árabes de todo medio oriente, oprimidas por el imperialismo.
Defendemos el legítimo derecho del pueblo palestino a defenderse y resistir al Estado genocida de Israel y condenamos toda la hipocresía del imperialismo contra el pueblo palestino, al que acusa de terrorismo, mientras apoya la ocupación israelí.
Sin embargo, la acción militar de las milicias de Hamas, atacando por igual puestos militares y a la población civil, fue fácilmente instrumentalizada por Netanyahu y los Estados imperialistas para intentar legitimar su declaración de guerra. También le ha permitido al gobierno israelí aglutinar a toda la oposición y sectores críticos detrás del apoyo a una ofensiva militar contra la Franja de Gaza. Rechazamos los ataques a la población civil. No compartimos los métodos de Hamas, que impiden avanzar hacia la necesaria unidad en la lucha entre la población árabe palestina, los árabes israelíes e incluso sectores de la clase obrera judía que rompan con el sionismo y su política criminal, contra el Estado de Israel y su sistemático apartheid. Tampoco compartimos su programa y su estrategia, que proclama como objetivo la instalación de un Estado integrista islámico en todo el territorio del Estado de Israel. Si la política de “dos Estados” que impulsó la ANC mediante los acuerdos de Oslo se mostró como un rotundo fracaso, tampoco es ninguna alternativa progresiva la que propone Hamas.
Abajo el régimen del apartheid. Por una Palestina obrera y socialista donde convivan árabes y judíos
Los crímenes del Estado de Israel contra el pueblo palestino, denunciados por muchos intelectuales de origen judío como Ilan Pappé, son imposibles de ocultar. Incluso este historiador considera que el estado de Israel lleva adelante un “genocidio incremental”. Las cifras son elocuentes. Según B’Tselem (Centro de Información Israelí para los Derechos Humanos en los Territorios ocupados) desde el año 2000 han sido asesinados en acciones militares o policiales 10.500 palestinos. Y en las cárceles israelíes hay alrededor de 5000 presos, entre ellos niños. Bajo el gobierno de Netanyahu y la extrema derecha religiosa, estos crímenes han alcanzado una nueva escala, no solo en los territorios ocupados de Gaza y Cisjordania, sino también contra los árabes que viven en el mismo Estado de Israel y son tratados como ciudadanos de segunda. Los funcionarios del gobierno de ultra derecha hablan abiertamente de expulsar a los palestinos y anexar Cisjordania. Es esta situación de opresión colonial que recrea una y otra vez la resistencia palestina desde hace más de siete décadas. Y es también lo que motoriza campañas internacionales como BDS (Boicot, Desinversión y Sanciones) de la que participan organizaciones y personas de origen judío que rechazan los crímenes del estado de Israel.
Frente al fracaso de la política de “dos Estados” y ante la nueva ofensiva de la ultraderecha es necesaria una lucha masiva de todo el pueblo palestino, junto con la clase trabajadora árabe y judía en Israel que rompa con el sionismo, en alianza con trabajadores, jóvenes y mujeres que en el Medio Oriente están saliendo a la lucha, como la juventud iraní, contra el Estado gendarme de Israel y el imperialismo. Para terminar con el régimen de apartheid, es necesario desmontar el Estado sionista de Israel. Defendemos el derecho a la autodeterminación nacional del pueblo palestino y luchamos por una Palestina obrera y socialista, en el marco de una federación socialista en el Medio Oriente. Porque solo un Estado que se proponga terminar con toda opresión, explotación y reacción imperialista podrá garantizar el derecho al retorno de los refugiados palestinos y una convivencia democrática y pacífica entre árabes y judíos. Tarea que deberá ser emprendida por la clase trabajadora y los campesinos de toda la región. La unidad de las masas palestinas y las masas árabes cuyos gobiernos han normalizado relaciones con el Estado sionista o los que se aprestaban a hacerlo, es clave en este camino.
Contra las persecuciones y las falsas acusaciones de “antisemitismo” para ahogar cualquier denuncia a los crímenes del Estado de Israel, defendemos el derecho a manifestarnos en solidaridad con el pueblo palestino ante las nuevas masacres que prepara Netanyahu. Desde los grupos socialistas y revolucionarios que formamos parte de la Fracción Trotskista-Cuarta Internacional, llamamos a impulsar todas las acciones unitarias en apoyo al pueblo palestino.
Organizaciones que conforman la Fracción Trotskista - Cuarta Internacional:
ARGENTINA: Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS) / BRASIL: Movimento Revolucionário de Trabalhadores (MRT) / CHILE: Partido de Trabajadores Revolucionarios (PTR) / MÉXICO: Movimiento de los Trabajadores Socialistas (MTS) / BOLIVIA: Liga Obrera Revolucionaria (LOR-CI) / ESTADO ESPAÑOL: Corriente Revolucionaria de Trabajadoras y Trabajadores (CRT) / FRANCIA: Révolution Permanente (RP) / ALEMANIA: Revolutionäre Internationalistische Organisation (RIO) / ESTADOS UNIDOS: Left Voice / VENEZUELA: Liga de Trabajadores por el Socialismo (LTS) / URUGUAY: Corriente de Trabajadores Socialistas (CTS) / PERÚ: Corriente Socialista de las y los Trabajadores (CST) / COSTA RICA: Organización Socialista Revolucionaria (OSR) / ITALIA: Frazione Internazionalista Rivoluzionaria (FIR).