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Red Internacional
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Jujuy. Alud en la Quebrada de Humahuaca: Volcán, un pueblo que se resiste a desaparecer

La Izquierda Diario viajó al lugar del desastre, registró la situación del pueblo y recogió los testimonios y denuncias de los vecinos del lugar. Anoche se sucedieron nuevas lluvias torrenciales.

Lunes 16 de enero de 2017 09:14

El camino hacia el norte quebradeño se encuentra cortado, las líneas de colectivos y de transporte solo pueden llegar hasta a la localidad de León, a 16 kms de Volcán. Allí se encuentra un control policial que vigila quién puede pasar y quien no. Esperando el transbordo se encuentran turistas varados, viajeros, pobladores de la zona; trafics, autos y camionetas que luego de ser autorizados a pasar, cargan a los que esperan transporte. La policía interviene haciendo viajar a mujeres por un lado separándolas de los hombres, sin importar si viajan juntos, sean parejas o familiares.

La belleza característica del paisaje entrando a la quebrada, es ensombrecido al llegar a la cuesta de Bárcena, donde al costado del camino se ve una enorme cantidad de piedras arrastradas por el aluvión, que en el día del aluvión mató a una pareja de turistas belgas que viajaba en el tramo, y dejó a las pocas casas de la vera destruidas.

Los controles no cesan, se hacen parar las trafics o camionetas en la que viaja amontonada la gente por el estrecho camino que hicieron las topadoras entre el aluvión, la policía provincial pide documento y amenaza con bajar a los que no viven en Volcán.

Pasando esta zona destruida por el aluvión, se llega a Volcán. Lo primero que se ve es la carpa puesta por el ejército que sería lugar de refugio. Se ven decenas de personas embarradas hasta las piernas o incluso hasta la cintura queriendo higienizarse. También se ven decenas de turistas varados, y un gran dispositivo de seguridad, donde no falta nadie, policía provincial, gendarmería y ejército.

Hay un puesto de vigilancia a la entrada del pueblo dominado por la policía que determina quien entra y quién no. A la distancia en la ruta varias máquinas trabajan constantemente para despejarla de piedras y barro. Pero apenas ingresando una cuadra se choca uno con el desastre. Al entrar en la calle, los pies se hunden el barro que se pega al calzado. Las calles se ven convertidas en pantano y las casas pintadas por el marrón del barro que se fue removiendo de a poco por los vecinos.

En el interior del pueblo se encuentran decenas de vecinos peleando contra el barro con palas y baldes, el barro les llega hasta la cintura, las fuerzas policiales (gendarmes o incluso militares) se limitan a patrullar las calles en caballo o camiones militares.

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Hugo Gaspar, vecino de Volcán, nos contaba: “...La situación fue un desastre... La verdad que muchísima solidaridad de la gente, nos siguen llegando donaciones, el tema es que el desastre es tan grande que de a poco se van a ir recuperando…el gobierno cortó la ruta nacional 9, al principio no había máquinas, solo dos o tres y todo el mundo estaba muy molesto, recién luego de dos días llegaron para acá…”

Ante el rumor de que si habría más de dos muertos nos decía: “...sí, sí, había un señor de 60 años y su madre, que habían desaparecidos pero ya los encontraron muertos, los Zambrano, a él y su madre…”

Agregaba: “...yo lo que quiero ver, es cuando se abra el paso de la ruta 9, la mayoría de la maquinaria se va, y la mayoría de la ayuda se va, y ahí nos queda todo, si vos te adentras, vas a ver que el desastre es terrible. Hay que ver qué pasa cuando despejen la ruta…”

Preguntamos si este desastre se hubiese podido evitar: “Yo creo que sí se hubiera evitado. Toda la parte donde son los filtros, hace años que no se hace un buen mantenimiento, la gente de la zona sabe como es, como baja el barro. Hace un par de años bajo y se había inundado la empresa (la calera de Volcán), y ahora se vino para el pueblo...“.

Mientras se avanzaba por el pueblo, se podía ver los centros de distribución, en la plaza de Volcán donde no había llegado el barro, pero alrededor estaba todo inundado. El faltante de agua era lo más acuciante, y la falta de baños químicos, las cloacas se hallaban colapsadas, y la comunicación interrumpida.

El barro podía llegar hasta la cintura, para poder avanzar se debía tener cuidado, no se veía dónde pisar, y un pozo te podía hacer pasar una mala jugada.

Según denunciaron vecinos la parte más afectada fue en las inmediaciones de la calle San Martin, al principio del pueblo por el norte, donde el barro llegó hasta los techos de las viviendas. Sin embargo hasta allí no llegaban las donaciones, que estaban regentadas por el gobierno. Generalmente las donaciones por fuera del gobierno y sus adherentes no se dejan pasar.

El caso de la familia Vargas quienes tenían su casa sobre la calle Gral San Martín, nos hizo llegar la denuncia de cómo el alud abrió las puertas de sus casas y a duras penas lograron alcanzar el techo para salvarse. El interior de las casas se encontraban hasta el techo de barro en algunas piezas, sufriendo pérdidas totales de sus bienes.

Cerca de la feria campesina, mujeres preparaban una olla popular para los vecinos de la zona: una de ellas contaba esto para Izquierda Diario.

“...Mi nombre es Paulina, soy de la zona del ferrocarril. Le voy a decir la verdad, lo que hemos logrado ha sido peleando. Ayer al mediodía nos hemos hecho un grupito para hacer una olla popular, todos somos conocidos y vecinos...el problema es que las cosas (las donaciones)no te las quieren dar. Ayer fui descalza hasta la carpa del ejército a pedir botas y ropa y no me quisieron dar; todo lo mandan al CIC o a la Iglesia. Pero en el CIC no me quisieron dar, no entiendo por qué, si eso no sale de sus bolsillos; las donaciones son para la gente...

...yo lo viví, están mezquinando las cosas y no solamente a mí, a otras gentes de acá del barrio que fueron a pedir colchones no les quisieron dar, a pedir zapatillas no les quisieron dar, mercadería tampoco. Yo del CIC no recibí ni un kilo de arroz, nada… el segundo día (al alud) cuando más necesitábamos ayuda y empezó a llegar por vía aérea, cuando nos presentamos (porque no teníamos nada) no recibimos nada. El gobierno le quita las donaciones a la gente y la lleva toda al CIC...nosotros pedimos un baño químico y no tenemos, los baños de nuestras casas no funcionan, no nos podemos bañar. Nosotros agradecemos las donaciones aunque aquí las mezquinen; sabemos que abajo no dejan pasar las donaciones…

...esta situación se pudo haber evitado, la gente iba a la muni y se pusieron muchas quejas y lo único que hicieron es reírse. El año pasado tendrían que haber hecho las obras y no las hicieron. Esto nos pasa porque el gobierno hizo oído sordo a nuestros pedidos...”

Mientras las familias de Volcán se encuentran en una dura pelea por recuperar sus casas y su pueblo, deben sortear la disputa del gobierno que monopoliza la enorme cantidad de donaciones y la solidaridad que se dio desde San Salvador de Jujuy, privilegiando a quienes se encuentran alineados detrás de él, mientras se sigue alimentando a la competencia del Dakar y priorizando los negocios del mes turístico de las grandes empresas de hotelería y restaurantes de la quebrada por sobre la vida de las familias damnificadas.

Al tiempo que escribimos esta nota se daban nuevas lluvias sobre las zonas afectadas por los aludes y el aluvión, desde Izquierda Diario volveremos con nuevas testimonios que cuentan la terrible situación que están enfrentando los pobladores de Volcán que luchan dia a dia para recuperar, sus casas y su pueblo del alud.​