¡Que viva la lucha de la clase obrera! Durante tres días, los trabajadores y trabajadoras de Amazon en Madrid sostuvieron una huelga por sus derechos laborales, a pesar de la división impuesta por la empresa y la represión del Estado. El balance de sus protagonistas y primeras reflexiones de una gran huelga.
Josefina L. Martínez @josefinamar14
Diego Lotito @diegolotito
Miércoles 18 de julio de 2018
Foto: ID
Contra todos los pronósticos de aquellos que auguraban la muerte de la clase obrera, la huelga de 72 horas en el almacén de Amazon en San Fernando de Henares ha demostrado que la lucha de clases no solo no se extingue, sino que parece estar volviendo con fuerza.
El ‘Prime Day’ de Amazon es uno de los días de mayores ventas del año para la compañía de comercio electrónico, junto con el Black Friday en noviembre. Por eso la fecha fue elegida estratégicamente por los trabajadores para convocar tres días de huelga en el almacén más grande del Estado español. El año pasado, durante el Prime Day, el almacén MAD4 despachó casi un millón de paquetes. A comienzos de esta semana, el panorama era bien diferente: un aparcamiento de camiones casi vacío y exigua carga y descarga de mercancías.
Los trabajadores de Amazon ya habían sostenido una huelga muy fuerte los pasados 21 y 22 de marzo, que logró un acatamiento extraordinario de casi el 95%. En este caso, la huelga alcanzó el 80% de seguimiento entre la plantilla fija, aunque fue bastante menor en el caso de los trabajadores de ETT (temporales), amenazados con despidos y represalias por parte de la empresa.
Te puede interesar: Huelga en Amazon: un gran combate de clase para hacer historia
"Han sido 72 horas de huelga continuada que han exigido muchas horas de piquete y colaboración de todos los compañeros para que esto al final llegue a ser el triunfo que ha sido", valora Marc Blanes, delegado de CGT en el Comité de empresa de Amazon.
El ‘Prime Day’ es uno de los mayores días de ventas de Amazon a nivel mundial, pero “desde el almacén de San Fernando de Henares por lo menos no han tenido posibilidad de sacar apenas pedidos”, asegura Marc. “Los clientes sabemos que se están quejando porque no están llegando los paquetes que habían comprado, no se están cumpliendo los compromisos de venta al cliente que tiene Amazon, por lo que celebramos el éxito de la convocatoria”.
“Estos tres días de huelga han sido un completo éxito”, coincide Douglas Harper, delegado de CCOO en el comité. “El 80% de las personas que trabajamos en Amazon hemos secundado la huelga, han entrado muy pocas personas de plantilla que son principalmente responsables de área, y ha entrado personal de ETT que ha sido contratado para suplir a los trabajadores y las trabajadoras que han secundado esta huelga”, explica.
Para Harper la huelga ha sido “un paso adelante” y que la empresa tendrá que “hacer propuestas en la mesa de negociación del convenio colectivo”.
Sara, trabajadora del almacén que estuvo los tres días de la huelga al pie del cañón, siente “orgullo” por la huelga que hicieron. “Ahora estamos a expensas de que la empresa quiera recapacitar y ofrecernos lo que antes teníamos”.
Pero el gigante Amazon no es un enemigo fácil de derrotar y la unidad obrera, tanto en el Estado español como internacionalmente es una de las claves. Esta es la evaluación que hace Moisés Fernández Rico, presidente del comité de empresa y militante de CGT para quien “no podemos permitir que las transnacionales sigan así”.
Para Moisés la lucha de Amazon es “un movimiento que se está globalizando, el principio de un nuevo sindicalismo también global”, que es como operan las propias transnacionales. “Este es el camino, vamos a conseguir mejorar las condiciones de todos los trabajadores a nivel mundial”, asegura con plena confianza.
Maite también considera que "la huelga ha sido un éxito”, pero la alegría por la lucha no le quita la rabia por la represión sufrida en la tarde del martes por parte de la Policía Nacional, enviada por la delegación del Gobierno del PSOE en Madrid para actuar como “perros guardianes” de la empresa.
Te puede interesar: VIDEO: #HuelgaAmazon Cargas policiales y tres personas detenidas en los piquetes de huelga
Por ello denuncia “la mancha que ha dejado la policía, oprimiéndonos, no dejándonos hacer los piquetes informativos, no dejando parar a los camioneros para informarlos, agredieron a compañeros, uno de ellos tiene puntos en la cara, otras compañeras tuvieron que ir al hospital, dos detenidos, otra chica multada también...”.
Para esta trabajadora de Amazon, que también estuvo en los piquetes durante los tres días seguidos, la represión fue “lo peor, pero no por eso nos van a parar. Si ellos creen que, por darnos tres palos, o cinco o diez nos van a parar no es así, porque tenemos que luchar”, dice con plena convicción.
La represión “nos da más fuerza aún”, reafirma Gema, delegada de CGT en el comité de empresa. “Somos obreros, que no nos pisoteen los derechos”.
Te puede interesar: La huelga de Amazon continúa, el Gobierno del PSOE manda a la policía a reprimirla
“Tenemos un reto difícil, pero con toda la gente, los sindicatos y colectivos que ha venido a apoyarnos, entre ellos Izquierda Diario, Pan y Rosas, Contracorriente y la CRT, a quienes estamos enormemente agradecidos por el hecho de venir siempre que tenemos alguna manifestación o algún parón y están aquí con nosotros... con ellos y todos unidos lo conseguiremos”, nos dice Luis Miguel Ruiz, delegado por CGT en el comité de empresa.
Son las palabras de trabajadoras y trabajadores conscientes de que acaban de librar una nueva batalla nada menos que contra el capitalista más rico de la historia. Y que le están plantado cara.
El secreto de Amazon
Amazon cuenta con una red de centros logísticos a escala planetaria. En los más de 80 mega almacenes ubicados en varios países (algunos llegan a medir el tamaño de un campo de futbol), acumula stock de millones de productos, desde electrodomésticos hasta alimentos, que son despachados en poco tiempo hasta casi cualquier rincón del mundo.
Como parte de las empresas de la “nueva economía”, Amazon vende un relato donde “el secreto de su éxito” estaría en la creatividad de Jeff Bezos, en su “espíritu emprendedor”, o en la integración de la robótica a la logística. Lo que este relato intenta invisibilizar es que Amazon no funciona sin sus trabajadores, ¡y vaya que son muchos!
Amazon ocupa nada menos que a 560.000 trabajadores en todo el mundo según información de la empresa, incluyendo empleados de los centros de almacenamiento, servicios de atención al cliente e informáticos. En Alemania hay 24.000 trabajadores mientras que el centro MAD4 de San Fernando de Henares ocupa a 1800 trabajadores, entre plantilla fija y temporales.
Te puede interesar: Jeff Bezos es el hombre más rico del mundo, pero en Amazon sus empleados trabajan mucho y ganan poco
La empresa utiliza su extensión global y su estructura en red para obtener ventajas diferenciales en la explotación de la mano de obra. Por ejemplo, un trabajador en Polonia cobra menos de un tercio que uno en Alemania, por el mismo trabajo. Además, la tasa de sindicalización en ese país es más baja y la legislación laboral dificulta las huelgas. Amazon ha instalado centros en varias ciudades del oeste de Polonia, muy cerca de la frontera: así alimenta el mercado alemán (el segundo más grande del mundo para Amazon después de Estados Unidos) con costos polacos. Y cuando los sindicatos alemanes van a la huelga, Amazon desvía sus pedidos a Polonia para quitarle poder de fuego a los trabajadores germanos.
Pero Amazon tiene otro secreto: es una de las empresas con mayor tasa de temporalidad en el empleo. En el caso de San Fernando de Henares, 1100 trabajadores pertenecen a la plantilla fija mientras que 800 son contratados temporalmente vía empresas como Manpower y Adecco.
Después de la huelga de marzo, unos 100 trabajadores temporales fueron despedidos, y en estas semanas la empresa contrató más personal temporal con el objetivo de romper la huelga. Desde el Comité de empresa han denunciado estas prácticas como un intento de vulnerar el derecho a huelga.
Unificar las filas de la clase trabajadora
El problema de la temporalidad, sin embargo, excede por mucho el rol que ha jugado en la huelga de Amazon para vulnerar el derecho de huelga de la plantilla. La contratación, la subcontratación, la tercerización, así como la multiplicidad de variantes de precariedad laboral, son uno de los pilares sobre los que en los últimos 30 o 40 años se asentó la ofensiva neoliberal contra la clase trabajadora, imponiendo una división nunca antes vista en las filas de nuestra clase.
En las últimas décadas, las relaciones de explotación capitalista se extendieron por todo el globo como nunca antes, subsumiendo las más variadas actividades humanas. En la actualidad, por primera vez en la historia, las trabajadoras y trabajadores asalariados, junto con los semiproletarios, constituyen la mayoría de la población mundial.
Un crecimiento que ha modificado la fisonomía de la clase obrera, con una cada vez mayor presencia del sector servicios (incluyendo el transporte, la logística y diversas actividades que hacen a la circulación del capital).
Pero este crecimiento vertiginoso de la clase trabajadora ha venido acompañado de una fragmentación sociopolítica de sus filas de proporciones también históricas. “A la profundización de la tradicional división impuesta por el capital entre la clase obrera de los países imperialistas y la periferia se le sumaron otras que dieron lugar, junto con la proliferación de parados permanentes, al surgimiento de trabajadores ‘de segunda’ (contratos a término, subcontratados por empresas ‘tercerizadas’, trabajadores sin contrato legal, fuera de convenio colectivo, ‘sin papeles’, o diferentes combinaciones de estos), que conforman casi la mitad de la clase trabajadora mundial; en contraste con el sector de la clase obrera ‘registrada’ legalmente, sindicalizada, con salarios y condiciones de trabajo superiores a la media.” (“Estrategia socialista y arte militar”, Emilio Albamonte y Matías Maiello, Ediciones IPS, Buenos Aires, 2017).
Superar esta división y unificar las filas de la clase trabajadora no sólo es una tarea clave para los próximos combates de la plantilla de Amazon; es una tarea estratégica del proletariado del siglo XXI para enfrentar al capital.
Una huelga europea, una clase internacional
Si, Amazon se ha extendido a nivel global, pero la clase trabajadora también se ha extendido y está descubriendo nuevas formas de lucha para plantarle cara.
El pasado mes de noviembre hubo huelgas simultáneas en Alemania, Francia e Italia durante el Black Friday de noviembre. Esta semana confluyeron la huelga de 72 horas en Madrid con huelgas en siete centros de Alemania y acciones de protesta en Polonia. Según el sindicato alemán Ver.Di, este martes secundaron la huelga entre 2.500 y 3.000 trabajadores en ese país.
Te puede interesar: Desde el Estado español hasta Alemania, las huelgas obreras sacuden el ‘Prime day’ de Amazon
Delegados de varios países europeos están trabajando para avanzar en la coordinación internacional desde hace varios meses; los representantes del Comité de empresa de Madrid han viajado a encontrarse con sus pares de Italia, Alemania y Francia en varias ocasiones después de la huelga de marzo. La idea de una “huelga europea” más fuerte sigue siendo un objetivo.
La represión que se vivió en las puertas de Amazon este martes, con el saldo de dos personas detenidas y varios heridos, se transformó en un ‘boomerang’ para Amazon: cientos de miles de personas en todo el mundo compartieron en redes sociales las imágenes de la policía golpeando a los trabajadores y trabajadoras. Los huelguistas han recibido en pocas horas muestras de solidaridad de diferentes regiones del planeta, algo que los fortalece enormemente para continuar la lucha.
Amazon es un gigante capitalista difícil de vencer, pero sus trabajadores están acumulando experiencias y ganando cada vez más apoyos para esta lucha, tanto de parte de otros sectores de trabajadores como de miles de consumidores. Mediante la lucha, van conquistando confianza en sus propias fuerzas y empiezan a percibirse como una clase internacional que puede cuestionar el poder de los capitalistas, incluso cuando se trate del capitalista más rico del mundo.
Te puede interesar: VIDEO: Los ‘cheminots’ franceses alientan a la plantilla de Amazon a continuar la lucha
Josefina L. Martínez
Nació en Buenos Aires, vive en Madrid. Es historiadora (UNR). Autora de No somos esclavas (2021). Coautora de Patriarcado y capitalismo (Akal, 2019), autora de Revolucionarias (Lengua de Trapo, 2018), coautora de Cien años de historia obrera en Argentina (Ediciones IPS). Escribe en Izquierda Diario.es, CTXT y otros medios.