El año comenzó con cesantías y persecución a los trabajadores y trabajadoras municipales en Malargüe. Desde ATE denunciaron ataques y persecuciones, y denunciaron que el intendente de Cambiemos se comporta como "un patrón de estancia".
Lunes 5 de febrero de 2018 19:35

Foto: Diario Los Andes
El año que se acaba de iniciar es sin dudas un ciclo de profundización de las recetas de ajuste, despidos y violencia sobre los trabajadores. A tono con la administración “CEO” liderada por Mauricio Macri, el intendente radical de Malargüe Jorge Vergara Martínez ha iniciado 2018 con nuevos bríos ajustadores, amenazas y cesantías.
Apenas iniciado el segundo mes del nuevo año, se conocieron los primeros despidos en la Municipalidad de Malargüe. Según fuentes gremiales consultadas por nuestro medio, las cesantías, que son numerosas, afectan fundamentalmente a los trabajadores más precarizados de la comuna. Asimismo, es además un rumor cada vez más fuerte en los pasillos comunales que los despidos se acrecentarían en el futuro inmediato, todo esto en un contexto de amenazas, amedrentamientos y persecución gremial.
Este clima persecutorio y de despidos se da a nivel local en un contexto de vulneración de derechos marcado por malas liquidaciones de la denominada cláusula gatillo de reajuste salarial y el aguinaldo de los trabajadores municipales, eliminación de ítems salariales, incumplimiento del convenio colectivo de trabajo que rige al municipio y de flexibilización laboral
Respecto a las persecuciones, desde la Asociación de Trabajadores del Estado regional Mendoza se emitió un comunicado en el que Roberto Macho, Secretario General de ATE Mendoza y Rubén Dominguez Secretario General de ATE Malargüe denuncian falta de gestión y persecución a trabajadores municipales. En el comunicado, Macho expresó hoy su solidaridad con los trabajadores despedidos y amenazados, calificando de “prácticas dictatoriales” las iniciativas ajustadoras que motoriza el jefe de la comuna, asegurando asimismo que Vergara Martínez se comporta como “patrón de estancia: apretando y persiguiendo trabajadores como en las viejas épocas, metiéndolos en cuartos oscuros con amenazas de despidos y sin ingresos para cubrir la canasta alimentaria que todo trabajador y familia necesita”.
Este clima persecutorio y de despidos se da a nivel local en un contexto de vulneración de derechos marcado por malas liquidaciones de la denominada cláusula gatillo de reajuste salarial (firmada en diciembre de 2016 por la administración Cambiemos) y el aguinaldo de los trabajadores municipales, eliminación de ítems salariales, incumplimiento del convenio colectivo de trabajo que rige al municipio y de flexibilización laboral marcada por la proliferación de contratos basura de tres y hasta un mes de vigencia con sueldos muy por debajo de la canasta básica alimentaria.
Pero los trabajadores municipales de Malargüe no están solos en sus padecimientos. El año dio comienzo con miles de despidos a lo largo y ancho del país. Estatales, municipales de todas las latitudes, azucareros, ferroviarios, mineros, metalúrgicos, de los medios, de la salud, son algunos de los trabajadores que padecen la ofensiva patronal privada y estatal.
En un contexto de caída libre en la imagen del gobierno, con oposiciones cada vez más numerosas en la calle, la unidad y la coordinación de las luchas que se vienen dando, se perfila cada vez más como un horizonte necesario si se quiere vencer al ajuste de Macri, los empresarios, los gobernadores e intendentes.
El panorama de la resistencia frente al ajuste, muestra que la salida pasa necesariamente por conquistar espacios de deliberación y unidad de los trabajadores, donde se discuta un plan de lucha nacional. Así lo entendieron distintos trabajadores que acompañaron la lucha del Hospital Posadas, convocando a un encuentro nacional de trabajadores en lucha el sábado 17 de febrero y exigiendo a las distintas seccionales gremiales que coordinen y unifiquen las diferentes luchas.