En una votación histórica, el rechazó arrasó contra el apruebo en todo el país. La esperanza de la región metropolitana se terminó muy temprano y la diferencia se volvió irremontable. Incluso en comunas donde Boric ganó ampliamente en la segunda vuelta ahora el resultado fue el opuesto. ¿Qué explica la victoria del rechazo incluso en comunas que supuestamente se verían beneficiadas por la nueva constitución?
Lunes 5 de septiembre de 2022
Un día histórico era lo que se esperaba desde temprano en muchas calles del país. Desde Arica a Magallanes, los medios de comunicación hicieron una amplia cobertura de una votación que según la encuestas era una carrera perdida para el gobierno pero la disyuntiva era cual sería la diferencia.
A eso de las 18:00 horas, y con el resultado de cierre de las mesas en Magallanes, el escenario se volvia cada vez más difícil para el apruebo. Con más de un 59% de las preferencias el rechazo se impuso a un apruebo que rozó el 40%. Este resultado prendió las alarmas en el gobierno y los partidos del oficialismo.
El resultado de Magallanes se repitió mesa a mesa, En Arica el rechazo obtuvo el 66.82% de las preferencias, Antofagasta 63,18%, O’higgins 65,52%, Biobío 69,49%. Se esperaba la victoria del rechazo en regiones, la esperanza debía venir de la Región Metropolitana (que posee el 40% del padrón electoral) y la de Valparaíso, pero en ambas regiones el rechazo también se impuso y por amplia mayoría: 55,26% y 57,62% respectivamente.
No dejó de llamar la atención que zonas de sacrificio como Quintero (58,11%), Puchuncaví (57,32%), Petorca (56,11%) o Freirina (55,54%) también se inclinaran por el rechazo, aun cuando gran parte de la propaganda del apruebo apuntó a que este tipo de zonas desaparecerían.
El desglose de la Región Metropolitana también abre luces de la magnitud de la derrota: el rechazo gana en 47 de las 52 comunas de la región, el apruebo gana Pedro Aguirre Cerda (54,85%), San Joaquín (53,88%), Maipú (51,15%), Puente Alto (50,97%) y Ñuñoa (50,41%).
La envergadura de la derrota trae aparejada un rebaraje del gobierno. Con un primer balance contra los “maximalismos, violencia e intolerancia” el gobierno de Boric buscará como seguir. Con seis meses de gobierno, el camino se puso cuesta arriba y el cambio ministerial se evaluará desde hoy. La reunión con los partidos oficialistas (ya que la derecha no aceptó reunirse) será clave para trazar el plan B -aunque ya hay camino avanzado-. Socialismo Democrático se apresta a cobrar un nuevo peso dentro del gobierno y con ellos volverán los partidos y figuras de los 30 años a la primera linea de la política.
Pero el resultado de la votación no es solo el rechazo a la propuesta constitucional, como decíamos aquí, los resultados son también “un amplio voto en rechazo a la situación económica y social que representa el gobierno de Gabriel Boric. Pese a la sorpresa, este resultado no cayó del cielo. No es casualidad que la derecha haya desplegado una campaña totalmente demagógica hablando de pensiones, salud, vivienda para defender toda la herencia de la dictadura. El gobierno de Boric, el Partido Comunista, el Frente Amplio codo a codo con la ex Concertación, hicieron una campaña cediéndole sus principales argumentos. Han gobernado implementando recetas celebradas por la derecha y la ex Concertación para que la crisis la pague el pueblo trabajador: ajuste fiscal, un mísero bono invierno, enterrar definitivamente los retiros de fondos previsionales. Las reformas de Boric han sido a la medida de las exigencias del gran empresariado, como un aumento del sueldo mínimo que se lo comió la inflación. El rechazo usó la angustia la preocupación de llegar a fin de mes y la precarización de la vida para hacer demagogia.”